Al despertar en un hospital totalmente vacío después de pasar varias semanas en coma, Rick Grimes se encuentra completamente solo.
El mundo tal y como él lo conocía se ha terminado, pues ha sido azotado por una epidemia zombie.
Las aventuras y desv...
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〘O9. TODO FACHADA〙 ༆
T-DOGSEHABÍASUBIDOa lo alto del edificio para controlar la situación desde las alturas, con la bolsa de armas y un rifle en las manos. Porque sí, más o menos tenían un plan. Daryl, Rick y Lynn, ahora con escopetas, ya se encontraban frente al gran portón donde les había llevado el chico. Las puertas no tardaron en abrirse y los tres supervivientes no dejaron de apuntar en ningún momento.
—¿Estás bien, chaval? —preguntó el hombre que había salido, Guillermo.
—Iban a cortarme los pies —dijo de inmediato el chico.
—¿Los polis hacen eso?
—No, él no, ese puto cateto. Le ha cortado la mano a uno tío, me la enseñó —siguió apuntando a Dixon con miedo —. Y la pelirroja esa, me inmovilizó y me amenazó.
—Cierra el pico —dijeron al unísono Daryl y Lynn.
—Ese de ahí es el tipo que me clavó una flecha en el culo —informó otro sujeto, saliendo por el gran portón de madera, apurando con su pistola a Daryl —. ¿Qué pasa ahora?
—Tranquilo —pidió Guillermo a su amigo, con un tono de voz suave —. Tranquilo.
—¿Y el hurón? —preguntó fríamente Lynn, dándole una mirada al latino.
—¿Así que es tuyo? —devolvió con inquisición —. Un animal curioso. Mordió a uno de los nuestros, eso no mola.
—¿Sí? Te diré yo lo que no mola —masculló ella.
—Tienes carácter —siguió pausadamente —, eso está bien. Me gustan las chicas así.
—Esperábamos poder discutir con tranquilidad —intervino al fin Rick, con aquel tono de voz típico de "agente amigable pero con las ideas claras".
—Ese tío ataca al primito de Felipe y le amenaza con cortarle los pies, a él le clava una flecha, un hurón muerde a Jorge, ¿y tú quieres discutirlo? —enumeró con desconcierto Guillermo —. Eres gilipollas.
—Estaban confusos y cometieron errores, los dos bandos.
—¿Qué es ese tío para ti? —señaló a Daryl. Luego, clavó sus ojos negros en la pelirroja, quien mantenía su cara de póquer con naturalidad —. ¿Y ella? Ninguno parecéis parientes.
—Son de los nuestros; seguro que tenéis algunos así.