Possesive | Minayeon.

09: El peor día.

—Habían pasado dos silenciosos meses, yo me recuperaba de la reciente separación gracias a Chaeyoung, ella era muy atenta conmigo y siempre intentaba hacerme saber que estaría bien. Ese día salí temprano a la universidad, no regresaría hasta la noche pues tendría que trabajar en el turno de la tarde—Suspiró con desgano—. Ese día, Chaeyoung me dijo que no se sentía bien, que sería mejor que se quedara en casa. Yo lo acepté...Y no sabe cuánto me arrepiento—Mina no miraba a Donghae. Ella miraba al piso y se obligaba a no llorar pero sabía que eso no duraría—. Todo estuvo bien durante el día, el último mensaje que me envió fue a las cinco. No me extrañó que lo hiciera a esa hora, cuando llegué en la noche, fue lo peor que pude haber visto.

Mina respiró con fuerza apretando el puño. Su corazón comenzaba a doler y su garganta se le cerraba.

—Estaba...Ella estaba...—Sus ojos se nublaron, su fortaleza se esfumó—. Estaba en nuestra sala, llena de sangre y llena de heridas...Y-Yo...La abracé al instante mientras lloraba. Era como como una pesadilla, una de las peores. Yo me decía que si era una pesadilla quería despertar.

Mina cerró los ojos con fuerza, dejando sus lágrimas caer y sus sollozos salir.

—Ella lo hizo—Sollozó con la voz quebrada—. Esa loca mató al amor de mí vida...Ella nunca le hizo nada y aún así la mató...

El llanto ensordecedor hacía a Donghae estremecerse y compadecerse.

—Su obsesión llegó a tal punto que la mató para quedarse conmigo, la asesinó vilmente cuando ella era inocente. No sé aún cómo es que creen que yo tuve que ver ahí, ¿usted me ve como alguien que mataría al amor de su vida? ¡Ya estábamos en los trámites para irnos a Busan!

Mina golpeó la mesa mientras sollozaba más y más fuerte.

—Yo no la estoy culpando. Son ellos. Es la señorita Im...

—Ya le conté todo, solo déjeme ir—Pidió Mina.

Estaba hecha un mar de tristeza, la agonía que sentía en su corazón era grande y pronto se la tragaría.

—Yo sé que le duele, señorita Myoui. Yo también perdí a mi esposa. ¡Su ex novio también la mató! Creáme que usted lo aprenderá a superar pero no a olvidar.

Mina se sorprendió por la gran confesión que hizo el detective quien hasta se había levantado para decírselo.

—Es que no puedo...Yo quería casarme con ella e irnos a Japón, a cualquier lugar, pero juntas. Tener hijos, una casa, un hogar...hacer todo eso que siempre había soñado con una maldita psicópata. ¡Ella era pura, era tan inocente y Nayeon le quitó todo eso! ¡Me lo quitó a mí!

El llanto siguió más fuerte. El dolor era palpable, Mina sufría muerta en vida por alguien que de verdad amó y que se la arrebataron.

—Y no es lo peor, no. No pude verla por última vez, no pude despedirme de ella...¡La maldita policía me trajo acá! Como una "sospechosa". Me quiero morir, me moriré si voy a la cárcel por inculpamiento de una muerte que no quería. Estoy muerta en vida, Donghae y eso no lo cambiará nadie.

Donghae no dijo más, se quedó en silencio. Él sabía que cuando fueron a buscar a Mina para esclarecer el caso, iban a enterrar a la señorita Son. Él no lo quería permitir pero eso salía de sus manos. Caminó hasta la puerta y la abrió, alertando al guardia. Volvió a mirar hacia la mesa donde Mina tenía la cabeza gacha mientras lloraba en silencio.

—Llévala a la celda para que descanse para el juicio de mañana. Dale la ropa nueva que le trajo la familia y llévale algo de comida.

El guardia asintió caminando hasta la japonesa, la levantó con la poca delicadeza de siempre y se la llevó pasando en frente de Donghae quien cerró los ojos y suspiró. El juicio sería intenso.

Mina por su parte, cuando llegó a la celda, se tiró en la cama y lloró cual niña pequeña. Recuerda que no lloraba así desde que estaba en la adolescencia. Estaba destrozada, recordar ese suceso tan vivo y fresco le retorcía el alma. No quería saber nada más de eso, quería escapar lejos, olvidarse de Corea, de Nayeon y de todo lo que pasaba.

Pero algo debía aceptar: Son Chaeyoung había muerto a manos de su ex novia.

Jamás se le había ocurrido aquello. No hasta que recapituló. Había estado con una psicópata que se había obsesionado con ella casi tres años y no se había dado cuenta de ello. No hasta que Chaeyoung le hizo abrir los ojos.

Chaeyoung...Cuánto le dolía pensar en ella.

Cuánto le dolía pensar que ya no estaría nunca más.