Letters || SNK

𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟐𝟎: 𝐚𝐧𝐧𝐢𝐞

ＦＬＡＳＨＢＡＣＫ

—¡Hay una grieta en el cristal de la titán femenina!— gritó un guardia.

Estaban en una reunión el comandante Erwin y algunos superiores más.

Se levantaron de la mesa con brusquedad, mientras que algunos ni siquiera reaccionaron.

Fue unas pocas semanas después de que la capturaran. Pensaban que se quedaría así. Pensaban que no volvería al mundo.

Pero ahí estaban todos.

Todos había corrido hacia el lugar en donde estaba la titán femenina en el cristal.

Los compañeros de la tropa 104 que estaban en la rama de la legión de reconocimiento, habían bajado al sótano en donde se encontraba Annie.

Los tres amigos de la infancia, Mikasa, Eren y Armin, miraban la escena con intriga. Se observaba con claridad la grieta que estaba en aquel gran cristal celeste.

—Chicos— murmuró Armin. —¿Creen que Annie esté saliendo del cristal por cuenta propia?

Tanto a Eren como a Mikasa les produjo un escalofrío al pensar en la respuesta de aquella pregunta, así que solo se limitaron a asentir con la cabeza, dudosos. Aunque en el fondo, Eren deseaba volver a
ver a Annie.

También un rubio quería ver a Annie. Pero trataba de ocultar ese deseo por el simple hecho de ser la enemiga. Quería preguntarle muchas cosas. No tenía idea si era una persona conveniente o no.

Solo algunos superiores se encontraban cerca del cristal. Levi tenía las cuchillas preparadas mientras miraba con indiferencia. Hanji se sentía extasiada, ya que mucho por investigar y sus pensamientos e hipótesis estaban por los cielos. Mientras tanto, Erwin miraba el cristal, pensativo hasta que después de unos minutos se encaminó hacia donde estaba Eren.

—Eren, si algo llegará a pasar, tendrás que volver a enfrentar a la titán femenina, ¿entiendes?

—¡Si!— asintió con la cabeza.

—Ackerman, igualmente, si llegara a pasar algo, ayudarás a Eren y a Levi, ¿de acuerdo?

Ella asintió.

—Comandante— era una voz femenina. —Annie usó una pequeña navaja en su anillo para transformarse la última vez, tome eso en cuenta.

Erwin meditó unos segundos.

—Bien, gracias por decirme Ackerman. De ser posible, quítale su anillo.

Volvió a asentir.

Y pasaron las horas.

Algunos soldados se retiraron, ya habían pasado horas desde que habían avisado sobre la grieta. Y ya era de madrugada. Todos los superiores se quedaron ahí, aunque también se quedaron Sasha, Connie, Jean, Eren, Mikasa y Armin. No podían descansar. Ninguno de ellos no descansaría sin una respuesta.

Sasha se estaba adormilando recargada en el hombro de Connie. Jean sentía los ojos pesados y Connie trataba de entablar una conversación con la chica patata para mantenerla despierta. Eren, Mikasa y Armin seguían observando el cristal, con una completa concentración.