Me despierto un poco cansada. Toda esta noche he estado pensando en que debo de hacer ahora. Me levanto lentamente de la cama. Me restriego las manos sobre los ojos y bostezo. Me quedo unos segundos pensando en que tengo que hacer hoy, un nuevo dia. Arreglarse, no estaría mal. Intentar cambiar esta cara de tristeza en una postiza, a base de maquillaje, que no demuestre lo que siento. Tristeza. Salgo de mi habitación y me dirijo al cuarto de baño. Cuando llego empiezo a buscar cosas para la cara. Cremas, geles y demás. Todas estas cosas son las que me pongo una a una y según el orden que especifica en la información. Poco después me arreglo el pelo con una plancha de mi madre. No se muy bien cómo funciona pero intento hacer lo que puedo. Me cambio de ropa y bajo a la cocina.
-Hola hija, buenos días, ¿estás mejor?
-Sí mama, me sirvió mucho lo que me dijiste, gracias -
-Te veo cambiada, aunque veo que no sabes mucho usar la plancha -dice soltando alguna risa
-Ya.... es que llevaba el pelo muy mal y no sabía cómo usarla-
-Ven hija déjame que te enseñe-
Subimos al baño. Mi madre coge una silla y me pone enfrente del espejo. Yo me miro en mientras ella me arregla el pelo. Al acabar me miro, por fin me veo guapa. Es una sensación difícil de explicar. Nunca había creído que fuera hermosa. Muchas veces lo iba diciendo pero, no era verdad, solo intentaba engañarme con ello. Por eso nunca me cuide, pensé que era imposible. Una autoestima baja es lo que tiene. Pero todo esto que ha pasado me ha hecho pensar y la conclusión es que ahora mismo yo me veo bien, me da igual que piense las otras personas. Si no les gusta que no miren.
Después de ello mi madre me pregunta:
-Hija, ¿hoy por la noche no teníais el baile de verano?
-Sí mama, así es pero como podrás comprobar en el instituto mi único amigo era Andy ,no conozco a nadie más-
-Por eso hija. Por que cuando vuelvas de verano ¿qué vas a hacer?Es mejor que conozcas ahora a tus compañeros de clase-
-Pero, tampoco tengo nada que ponerme-
-Mira hija ya que tienes hoy el día libre sal y búscate algo que te guste-
Después de decir eso se acerca a mí y me da dinero.
-Mama, no te preocupes tengo dinero ahorrado de mi trabajo de camarera, con eso me sobra-digo mientras le devolvía el dinero.
-Bueno y a qué esperas sal, y ves que el día no dura mucho-
Subo a mi habitación cojo el dinero y mi chaqueta. Cierro la puerta de mi cuarto y bajo por las escaleras.
-Adiós mama-
-Buena suerte hija en busca de tu vestido-
-Gracias mama-digo mientras me rio.