Capítulo 1

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Tarde. Primer día de clases y llegaría tarde. ¿Razón?, un par de hermanos lentos. Con fastidio observé por décima vez el reloj y dejé salir un suspiro

—Estoy listo...— dijo James mientras bajaba las escaleras

—Son un par de chicas ustedes dos... ¿debería prestarles mis faldas y sostenes?

El castaño dejó salir un bufido y tomó una manzana del frutero. —¿Por qué tan apresurada, Jessie? ¿Veras a tu novio?—

—¿A quién? —Preguntó mi padre apareciendo en la escena.

—A nadie... — gruñí mirando de mala gana a mi hermano. —Es solo que quería llegar temprano para tomar el lugar junto a la ventana.

—Pero si ese lugar es tuyo desde siempre, tú te encargaste de hacérselo saber a todo el mundo— murmuró Andrew haciéndose presente en la plática ¿cuándo había llegado ahí?

—Como sea... es tarde y no veo que muevan el trasero fuera de aquí, largo— Los tres rodamos los ojos al mismo tiempo y tomamos nuestras respectivas mochilas.

Así era mi vida cada inicio de semana desde que mis padres decidieron separarse hace ya mas de cinco años. 

Mi familia esta conformada por cinco personas. 

Mis padres, Thomas un hombre caucásico, bien parecido y con un semblante bastante rudo, agente de la policía estatal; Y Elizabeth, una americana de estatura promedio, cabellera rubia y cuerpo torneado, vendedora de bienes raíces.

Y mis hermanos, James y Andrew.

James es mi mellizo, físicamente no nos parecemos demasiado aunque muchos insisten en que si es así, posee cabellos rubios-castaños y tiene una estatura bastante mas arriba de lo promedio. 

Por ultimo esta Andrew, el menor por dos años. Físicamente es idéntico a nuestro padre, cabellos castaños oscuros, mirada profunda y bastante malhumorado.

A pesar de que los tres somos diferentes, tenemos una marca de agua que constantemente nos esta metiendo en problemas. El carácter. Crecer con un par de padres rudos, creó a tres niños impetuosos. 



Cuando llegamos a la escuela la campanilla apenas había sonado por lo que los tres nos dividimos para ir a nuestras respectivas aulas. Para nosotros los mayores el tiempo de la preparatoria se dividía en semestres por lo que ahora nos presentábamos al  quinto luego de las vacaciones de invierno.

Como era de esperarse el profesor Duncan ya se encontraba escribiendo en la pizarra mientras que los demás escribían deprisa en sus cuadernos de notas, al fijarse mi mirada en mi mejor amiga Sara esta me hizo una señal para que entrara mientras que el hombre aun se encontraba inmerso en su explicación. 

—Creí que nunca llegarías... 

—Culpa de los tontos con los que vivo— respondí.

Sara era mi mejor amiga desde cuarto grado, y puedo decir que es la única chica con la que he logrado congeniar, mas bien es la única que me soporta. Ella es toda una belleza latina, su cabello es largo y tan negro que se confunde con la noche. 

—Solo se ha presentado otra vez y entregó la planeación.

—La cual dudo que vaya a seguir.— la morena afirmó y reímos por lo bajo. 

Cuando la clase terminó tomamos el libro que leeríamos durante los siguientes parciales y caminamos hacia nuestros casilleros. 

—¿Qué tal las vacaciones con tu madre?

¡De ninguna manera!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora