Capítulo 8

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—Entonces, ese "nuevo inicio" ¿salió bien o mal? — cuestionó Sara mientras salíamos de la clase del profesor Perkins.

—Presenció un drama... debe ser algo malo

Negué a lo que Chris decía y respondí sin darle demasiada importancia.

—En porcentaje ganan los momentos buenos así que lo dejaré de esa forma

Al llegar a nuestros casilleros descargué unos cuantos libros para liberar peso y una mano en mi cintura me hizo respingar. En cuanto busqué al responsable de aquello para hacerlo pagar, me encontré con un Mike sonriente.

—Parece que si le gustas de verdad.

—A él le gustan todas, Sara.

—Es solo para pasar el rato— agregó Chris

—Solo eso.

Cuando estaba por decir algo mas mi celular sonó e hice una seña a mis amigos para que se adelantaran a clases, ellos asintieron y se marcharon.

Mire la pantalla, la foto de Killian me sorprendió. No habíamos hablado desde la noche del sábado después de la cena con mi familia.

—¿Aló? — respondí al tercer toque.

—¡Esto es la onda! — la voz de un niño pequeño emocionado hizo que me alejara el celular del oído. —Sisi, es el mejor de los regalos que me pudieron dar ¿Cómo lo sabias? —

Sonreí de lado al saber de quién se trataba y que en efecto el regalo le había gustado.

—Hola, Nick... me alegro que te gusten— cerré mi mochila con una sola mano y de la misma forma el casillero. —Tienes un admirador secreto que me dijo cuáles eran tus gustos—

—¡Uno de ellos trae discos y ahí puedo aprender! — chilló una vez más y se escucharon unos murmullos a su lado. —Gracias... ¿puedo invitarte un helado de agradecimiento? —

Caminé por el pasillo directo al salón del profesor Foster y dejé salir una risita divertida ante su emoción.

—No podría dejar que me invites uno, sería verme demasiado abusiva.

—No te preocupes los pagará, Lian— refutó seguro.

—Entonces, no se diga más.

Hubo un pequeño silencio de nuevo y luego respondió

—Iremos por ti cuando termines clases. ¡Adiós! — La llamada se cortó antes de que pudiera responderle.

Continúe mi camino y como todos los días, esperé a que el horario terminara lo más pronto posible. No me desagradaba la escuela, ni el hecho de estudiar, me desagradaban los que estaban dentro de mi clase exceptuando obviamente a mis dos mejores amigos.

¿Por qué no me agradaban? Comenzaremos por el hecho de que son perezosos, apáticos, inútiles y 0% participativos. Eso sin contar que en demasiadas ocasiones terminan realizando malos trabajos donde afectan mi calificación. No soy alguien que se preocupe por un simple número, pero no me gustaba que fueran ellos los causantes de este.

Terminadas las horas de labor estudiantil, Sara y yo caminamos hacia su casillero ya que debía ir a buscar el neceser que usaba en días de gimnasia. En cuanto a Chris, él había salido hecho una bala pues tenía una cita con su "casi novio".

—¡Hey, Westermann!

Escuché a Sara gruñir y cerró su casillero. Yo me reí con sutileza y me giré para encontrarme cara a cara con Mike.

—Dime.

—Hoy tenemos tarde de juegos en mi casa, irán los muchachos y llevarán a sus chicas, ¿quieres venir? — Se acomodó la mochila sobre el hombro y relamió sus labios.

¡De ninguna manera!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora