Juré que si alguna vez volvías a mi mente, escribiría una pequeña carta con todo lo que sentía. Rabia, tristeza, nostalgia, alegría, indiferencia... Pero ahora no siento nada, no sé si sabes a lo que me refiero.
Fuiste como esos camiones que pasan a las seis de la mañana, los que barren las calles y lo limpian todo por completo. Los que se llevan por delante todo lo que pueden; la suciedad, la belleza, las hojas caídas del otoño y esa pulsera que se le perdió a la chica de las botas azules. Absolutamente todo.
Hacen que todo desaparezca de un día para otro.
Y tú me llenaste por completo al principio. Seguiste llenándome después de un tiempo (y no sabes lo que agradezco que fuese un tiempo tan largo). Pero entonces cortaste por lo sano, cerraste el libro de golpe, te fuiste. Diste un par de pasos hacia la puerta que para mí significaban mil cincuenta y tres pasos hacia atrás.
Y, como esos camiones, te lo llevaste todo. Así, sin más.
Dejé de sonreír de un día para otro.
Dejé de escuchar canciones lentas.
Dejé de dormir en mi cama.
Dejé de dormir.
Daban las siete de la mañana y la calle siempre estaba impecable.
Se veía más vacía que nunca.
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13 min.
Teen FictionSé que encontrarás una manera de respirar. Sé que aprenderás a dejarte querer. Encontrarás la forma de volver a reír, volver a amar, volver a vivir. A mí se me ha acabado la inspiración. Punto y final.