El culiao arrogante, ctmare.

O4.

Me estaba quedando sin uñas weón, por poco y me empiezo a comer los dedos, el Alexander me miraba preocupado, podía sentir su mirada en mí cada vez que parábamos en un semáforo.

—Por la cresta. — Escuché decir a mi mayor, parando para darle la pasada a algunas personas.
Yo suspiré e intenté calmarme. Pero, simplemente no podía mi mamá no me dijo más solo que mi papi había recibido un disparo, pero no sabía que más po.

Cuando, ya pasaron todas las viejas el Alexander aceleró a full, no pode evitar asustarme. —Ale, ve más lento por fa.— Le dije.

—Conchetumare perdón, es que, con lo que me dijiste de tu viejo..— Hablaba mientras miraba la carretera frenando de a poco para que la velocidad se regularizará.

—Si sí sé.— Mencioné. — Pero si vai así de rápido me vai a terminar matando a mí po.—

El Ale se rió, y desvío la vista unos segundos para mirarme a los ojos. Luego su vista volvió a la carretera.
Dobló en un par de esquinas, y por fin llegamos a mi casita, me baje pero altoke y golpeé como si fuera paco. Mi mamá me abrió medio asusta, yo cacho que por mi golpea.

—¿Donde está mi papá?— Casi le grité a mi viejita.

—Aquí toi Popi. — Escuché la voz de mi taita, desde la cocina. Fui raja, para tomarme con un papi haciendo la once. ¿Que weá?
Me acerqué a él y lo abrace bien fuerte.

—Papi.. ¿que paso?, Mi mamá me..— Empecé, pero no continúe porque mi progenitor chasqueo la lengua.

—Si no hija, fueron unos cuantos perdigones en la espalda no má, tu mamá que es la alaraca.— Explicó.
Yo sentí como si me sacarán 15 kilos más de encima, suspiré y me toque el pecho, me había preocupao caleta. Me di la vuelta y ahí estaba mi mamá mirando el piso, su cara era de puro arrepentimiento.

—Perdón hija. — Se disculpo ahora viéndome a la cara. —Me asusté po, el Óscar vino a dejar a tu papá y dijo que con la manifestación le habían disparao, pero después el me explico que eran esas weas de perdigones. Yo ya te había llamao ya.— Se defendió.
El Óscar era un amigo de mi papá de la pega.

— Ya mamá, tranquila, si ya pasó. Fue un susto no má.— Le sonreí. "Sustos que no dan gustos", ah.

Mi papá, luego de eso se fue acostar porque dijo que igual le dolía la espalda, mientras yo y mi mamá terminamos de hacer los panqueques que mi apá estaba preparando pa la once.

De repente tocaron el timbre y a mi se me iba a la cabeza altiro, "mi mochila conchetumare, el Ale" y fui hecha un peo abrir antes que mi mamá fuera, y efectivamente estaba el Alexander con una pequeña sonrisa con mi mochila en mano. — Se te quedó esto po Sofi.— Dijo.

Yo pesqué mi mochila y la tire al piso, y me puse de puntitas pa darle un abrazo al Ale, se las mando en traerme y aparte se preocupó y toa la weá, más puntos pa mi angelito.
Sentí las manos del Ale levemente en mi cadera, me separé despacio. —Gracias Ale, te pasaste en serio, te debo una brijido.— Agradecí.

—No si no pasa nada.— Mencionó sonriendo. —¿Cómo ta tu papá?—. Cuestionó, yo sople hacia arriba moviendo unos pelos que se me escapaba de las mechas.

-—Es una larga historia, después te cuento. — Dije.

—Mm, Ya, ¿Y si me contai por WhatsApp?— Propuso.

¿WhatsApp?, Pero si yo no tenía su número po.
"Dale el tuyo po tonta aweona", me dijo mi vocecita interna, hay cache po.
Hice un mohín con mis labios haciéndome la pensativa.

—Ya bueno.— Acepte, saqué el celu de mi chaqueta porque todavía no me sabía mi número, ah. — Ya anota.— Le dije mientras veía como mi contrario sacaba su celular. — +569 34905603.—