No sabía cuántos segundos habían pasado hasta que los labios de Oliver estuvieron sobre los suyos; supuso que habían sido muy pocos, pero a él le parecieron muchísimos. Estaba tan nervioso sin saber qué hacer con sus torpes manos, que terminó aferrándose al edredón de la cama, sintiendo el peso del rubio sobre el suyo mientras se inclinaba para tener mejor accesibilidad a su boca.
Barry estaba tan seguro de que Queen no estaba interesado en nadie más que no fuera Roy, que no sabía por qué en ese preciso momento se estaba burlando de él de aquella manera. De seguro se había percatado de las miradas que le lanzaba cuando creía no ser visto y por eso mismo ahora intentaba jugarle alguna broma, sí, de seguro era ese el motivo de que ahora intentara hacerle creer que le atraía aunque sea un poco. Esos pensamientos llenaban su mente en ese momento. Pero si era así y de verdad estaba jugando con él, no se quedaría quieto.
Se dejó llevar por el momento. Se imaginó a Oliver enamorado de él al menos por ese breve instante y dejó que sus manos subieran hasta el rostro ajeno, atrayéndolo hacia sí con manos temblorosas, ansioso por mayor cercanía. Queen musitó su nombre y no el de Roy mientras terminaba por atraparlo contra el mullido colchón. Su corazón dio un vuelco.
Abrió los labios para él, dejando que su lengua se introduzca en busca de la propia. Sabía increíble, incluso con ese toque de alcohol y de lo que creyó, eran chicles mentolados. A pesar de su timidez se las arregló para deslizar las manos por la gran espalda del rubio, deleitándose con cada recoveco de la misma, notando lo firme y ancha que ésta era, a diferencia de la suya.
Quiso más, mucho más. Y eso lo asustó. Ni siquiera se reconocía a sí mismo ni a aquel deseo tan repentino por querer abarcar y tomar todo lo que pudiera de Oliver. Estaba totalmente perdido por él y sólo hasta entonces se permitió reconocérselo. Cuando abandonó sus labios estuvo por quejarse y lo hubiera hecho si no fuera porque casi al instante sintió los mismos recorrer el largo de su cuello y tiró hacia atrás la cabeza para permitirle llegar a esa zona tan sensible para él. Incluso se escuchó a sí mismo musitar su nombre, incitándolo a que continuara.
-Oliver...
Casi pudo sentir sus labios sonreír contra su cuello, como si aquello le pareciese divertido. Oliver arremetió contra sus caderas, creando una fricción deliciosa, logrando que arqueara su espalda, buscando más de aquel contacto. Tan perdido entre sus caricias y besos como lo estaba, no recordó que aquello era un reto y que el tiempo dado de seguro había terminado; sólo el sonido de la puerta al abrirse lo hizo congelarse por completo en el lugar.
Roy estaba de pie en la puerta observándolos en completo mutismo. Mierda. Roy, su mejor amigo. Roy, el que estaba loco por aquel que había dejado sus labios hinchados por los besos que habían compartido. Toda la calentura del momento se esfumó, dejando en su lugar una sensación de malestar. Barry Allen se sentía la peor mierda de todas.
Muy a su pesar empujó a Oliver, apartándolo de encima suyo. Roy los miró con el rostro en blanco y se inclinó hacia adelante justo en el preciso momento en el que vomitó todo lo que había bebido. Ambos reaccionaron al mismo tiempo, y se apresuraron en acompañarlo al baño, donde abrieron la llave de agua para mojarle el rostro, intentando aliviarlo.
- Barry... -Oliver empezó. Sintió su mano sobre su espalda, pero se la quitó de encima con un movimiento brusco.
- No me toques. –Se limitó a decir, sin siquiera ser capaz de mirarlo a la cara. Todavía sentía cómo le ardían los labios por los besos que habían compartido. No sabía qué le diría a Roy para que lo perdonara por tal traición; era de las pocas personas con las que Barry sentía que podía confiar y no sabía qué haría sin él si es que su amigo decidía alejarse.
- Los dejo solos.
Roy gimió, volviendo a vomitar lo último que le quedaba en su estómago. La puerta se abrió a sus espaldas, pero antes de que Oliver terminara de irse, se detuvo.
-Sólo para que quede claro, nunca fue un simple reto para mí. Lamento que nuestro primer beso fuera así, pero de todas maneras fue lo que esperaba y más.
Nota; No me odien, pero volví. Voy a tratar de que no vuelva a pasar un año, so(?).
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Tres minutos
FanfictionOliver y Roy son amigos desde pequeños y comparten todo, hasta que Oliver Queen entra a sus vidas.