"Sin nombre"

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Me ha encantado como ha quedado este capitulo, por alguna razón quería escribir algo parecido, nos vemos la siguiente semana... 

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Jim y Spock abordaron la nave que los trasportaría al planeta de origen del moreno, los especímenes que estaban transportando de regreso a Vulcano eran de suma importancia, mas ahora que la especie estaba en números rojos, Sarek había organizado una gran comitiva con una gran cantidad de seguridad privada que los esperaban ya, el viaje de una semana que realizarían seria sumamente duro, sobre todo porque el pequeño tesoro era invaluable, ambas criaturas eran una recurso biológico invaluable incluso eran celosamente monitoreados por Bones, quien no se había despegado de la capsula medica donde habían sido depositadas, después del nacimiento vigilando a cada minuto su condición.

Había sido duro, sobre todo las últimos dias, desde que los habían recibido casi al final de la misión, pocas personas o mas bien pocas tripulaciones tenían una aventura de cinco años como la de ellos, sobre todo, pocos de ellos terminaban alguna misión con algún espécimen tan único e importante, estaban contentos pero sumamente preocupados de si resistirían un viaje tan largo, ya se habían presentado suficientes inconvenientes durante el nacimiento de las pobres criaturas.

"Criaturas" James se había negado a darle un nombre, porque creía que seria más difícil para todos si este pequeño tesoro no llegaba a salvo al planeta de origen y segundo porque personalmente seria una perdida enorme para el, no solo fallaría en la misión mas importante que le habían confiado, sino le fallaría a su mejor amigo.

— ¿Cómo están? – pregunto el rubio por decima vez, cuando entro a la cabina donde se había instalado a la criatura. Esa era la pregunta que Leonard recibía mas de una docena de veces al día.

— Estables, pueden respirar adecuadamente, pero me preocupa la duración del viaje.

— Sarek mando su nave privada y aun asi nos tomara tiempo llegar. – a veces le sorprendía lo lento que podían viajar en pleno siglo XXIII.

— Las distancias se hacen mas largas cuando la angustia nos acompaña – señalo su amigo.

— No quiero perderlos, ellos han perdido demasiado.

— Estarán bien, son fuertes.

Lo era, había peleado para llegar a este mundo, sabia que podía resistir un poco mas, coloco su mano en la capsula y lo observo cuidadosamente, eran pequeños, pero se aferraba a la vida con la misma determinación que un hombre colgando hacia el vacío, le creía a Bones, eran fuertes, llegarían a casa y todos verían en ellos una esperanza para su planeta.

Los chicos, el resto de la tripulación-amigos de Jim tambien querían saber que ambas criaturas llegarían al planeta de origen a salvo, pero no viajaban en la misma nave, Sulu y Pavel llevaban otra nave y a su familia al planeta desértico, pero echaba en falta su compañía, se sentiría mas fuerte con ellos presentes, no es que Spock y Bones no sirviesen solo... se sentiría mejor con todos ellos rodeándolo.

— Ve a dormir un poco, los especialistas los vigilaran. – pero ni todos los "especialistas" de la galaxia le darían la paz que le daba vigilarlos con sus propios ojos.

— No me veo capaz – contesto.

— No seas necio o recurriré a ese duende. – sonrio solo un poquito.

— Jim – hablando del rey de Roma, medico y capitán sonrieron cómplices – deberías dormir un poco. – recomendó el oficial.

— De eso hablábamos antes de que llegara Sr. Spock – la sonrisa aun no dejaba el rostro del medico – vamos acompañe a James a su dormitorio, serán solo unas horas Jim – le recordó el medico.

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