Nuestros Amantes

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He podido escribir uno mas, se que no es constante la publicación pero escribo cuando la inspiración viene a mi. 

Si no han visto la pelicula española con el titulo homónimo vallan a verla, la encuentran fácilmente en Youtube. Es una de mis favoritas y por eso decidí hacer una especie de adaptación.  

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Solo había estado en esta cafetería una vez con anterioridad, el lugar le pareció atractivo además de acogedor, eran mu pocos los lugares donde podía respirarse este ambiente en una ciudad completamente modernizada, se dijo a si mismo que no debería de volver después de aquella primera visita pero como pasaba últimamente abandonaba la lógica y era mas abierto a nuevas experiencias.

— ¿Le ofrezco algo? – (raciocinio en un vaso) pregunto el joven al otro lado de la barra.

— Alcohol – su amigo medico siempre buscaba un vaso de cualquier alcohol después del trabajo alguna vez le dijo que lo relajaba y él necesitaba relajarse, sabia que el liquido no le traería el mismo confort que a su amigo pero quiza el sabor era suficiente.

— ¿De cual? – (esa es una buena pregunta)

— No lo se, nunca lo he bebido – si el chico se sorprendio solo sonrio de lado y fue a traerle una copa.

— Vino rosa simplemente. – de verdad era rosa, el primer sorbo se sintió agradable, aunque dulce, le daba la razón a su amigo el sabor era reconfortante.

Se sentó en una mesa, completamente solo, con una copa de vino. Había algunos libros de papel de escritores famosos apilados descuidadamente en la pared mas cercana a su mesa, perdió el tiempo leyendo los volúmenes cuando lo sintió, del otro lado del establecimiento en una mesa paralela a la suya un joven lo observaba detenidamente, los nervios le atacaron por primera vez al reconocerle, pero evadió su mirada al suponer que el encuentro era solo casual, pero cuando dio un segundo vistazo la mirada seguía sobre él. Era curioso que alguien lo observara tan fijamente porque nunca lo hacían, pensaban que eran amables pero solo acentuaba mas el echo de que era diferente.

Aumentando la incomodidad que ya sentía, el joven se levanto de su mesa y se sentó en la suya despreocupadamente.

— Hola – ha saludado al puro estilo humano, como si le conociera.

— ¿Nos conocemos? – (dí: no, por favor) no ha podido evitar preguntar.

— No – le contestó sincero – pero me gustaría. Nunca he conocido a nadie que no supiera lo que era el alcohol.

— De acuerdo. – dijo siguiéndole la corriente – Hola soy...

— No me lo digas, no quiero saber tu nombre al menos no ahora.

— Supongo que no me dirás tu nombre tampoco.

— No tampoco. – (bueno al menos es coherente)

Lo había visto solo una vez con anterioridad, pero parecía infinitamente diferente a la persona que vio hacia unos dias, cuando parecía a punto de llorar en un segundo y luego completamente furioso, eso era lo que mas envidiaba de su tipo, que las emociones fluían debajo de sus pieles como la sangre en sus venas, jamas les pedían permiso para reproducirse, simplemente lo hacían en automático, tenerlo frente a él era muy extraño, era el único del lugar que vestía en colores claros y con ropa ligera, aun cuando la lluvia caía a raudales afuera, si algo despreciaba de esta ciudad era el clima cambiante, a veces las tardes eran bochornosas y por la noche el cielo no les daba tregua. La ultima vez no lo había visto con lentes por lo que el uso de los mismos podía ser simple moda o un uso mínimo del accesorio, cuestión aun mas rara porque había opciones para esas nimiedades, por los mismo no era capaz de determinar el color de sus ojos que podían ir desde el ámbar hasta el azul, algunas personas podían modificarlos por su temperamento o por las condiciones externas cual era su caso no lo sabia.

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