"Promételo"

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La usualmente tranquila Bahía Medica del Doctor Macoy, siempre era alterada por su rubio mejor amigo, no importaba cuanta tontería le soltara o cuantos problemas le causara, hace mucho tiempo Leonard se había comprometido a cuidarlo como nunca fue cuidado, la familia de Jim había sido un grano en el culo y Len seria un buen amigo que le ayudara a sobrepasar las penurias.

Ese compromiso se extendía a escuchar las quejas que su amigo tenia, asi que una vez mas, Leonard Macoy estaba escuchando el soliloquio de su Capitan, mas bien de su amigo, ya no estaban en servicio, aunque lo habría preferido, simplemente lo pondría a dormir y se iría a tomar un buen wiski a su habitación.

— Enserio que no se que le pasa - decía una vez mas, esta era la quinta vez del mes – arregle los dispensadores de comida para que saliera su gelatina insípida de ella y dijo: Es un desperdicio de recursos puedo comer el menú estándar.

— Aja – dijo el doctor imaginando su vasito en su mano.

— Es igual que la vez anterior, le ofrecí un libro y lo guardo en la bóveda como si fuera algo invaluable....

— Técnicamente lo son Jim – le recordó su mejor amigo.

— Pero era un regalo, una primera nueva edición de Romeo y Julieta.

— Eres tan dramático – quiza pero le gustaban los dramas.

— Y esa vez, cuando lo ofrecí el té que conseguimos en Japón él solo tomo una porción y regreso el resto.

— Eso fue caro....

— Exacto y esa vez cuando....

— Estas loco – concluyo Bones – de verdad lo estas.

— No es verdad.... – reprocho infantilmente.

— Locura – dijo Macoy solemne – cuando se hace la misma cosa esperando un resultado diferente.

— No son las mismas cosas

— Y aun asi, tus esfuerzos han tenido el mismo resultado – le recordó él – has rechazado a tus subordinados por perseguirle y solo vienes a verme cuando hace estos desplantes, Jim es un duende de sangre verde que no tiene interés en las relaciones interpersonales olvídalo y trátalo profesionalmente.

— Es mitad humano, debe necesitarlas – de verdad Jim creía que las necesitaba.

— Te ha demostrado que no, ve a la cama es tarde, levántate mañana dirige tu nave y deja de molestar mocoso.

Bones siempre era duro con Jim, siempre le decía las cosas que necesitaba escuchar, sabia que tenia razón, aunque no quisiera abandonar a su oficial, el llamaba su atención, siempre lo hizo y de verdad intento acercarse pero no había funcionado, nunca había sido de rendirse fácilmente y esta perdida no significaba que abandonaría el juego solo que prestaría atención al tablero completo, porque Len tenia razón, el debía ocuparse de todo el mundo, bien debía compensar a su equipo.

La mañana (artificial o no) trajo nuevos ánimos a Jim, pidió asistencia a sus subordinados para sacarse de la cabeza el rechazo de su Primer Oficial, entreno con Sulu esgrima, desayuno con Bones y cruzo algún comentario con el pequeño genio ruso, solo se encontró con el vulcano hasta que inicio el turno, cuando acabo el mismo, se fue directo al gimnasio, después puso al corriente su papelería y se fue a dormir.

Aunque el tiempo era bueno, todos notaron el cambio en sus hábitos, nadie dijo nada por que parecía mas feliz y alegre, mas activo de lo normal, y menos estresado. Incluso lo notaron en el cuartel general, quienes extrañados de sus actividades temieron que ocultara sus verdaderas acciones entre reportes falseados, además de la fría y metódica forma en que el P. O. escribía los suyos, llamaron un día para saber como estaba.

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