"La carga de los mayores"

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Guía: Aunque lo he marcado claramente, este capitulo resultara confuso porque tiene a dos personajes que saltan en la historia, espero que no tengan complicaciones...

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Michell

Cuando llegaron a la Tierra ni siquiera esperaba que le gustara el lugar, la gente decía cosas horribles de los Terranos (arrogantes, creyéndose mejores que el resto) pero Michell tenia ascendencia de ese sitio, algún familiar de sus padres debía estar ahí, por supuesto ella no deseaba verles porque ellos habían renunciado a ella y estaba bien, porque ya eran mayores y no podían cuidarle, en cambio fue dada en adopción a su nueva familia. Y fue afortunada porque la familia no solo era joven, sino que tambien infinitamente amorosa, su padre un político reconocido pronto se convirtió en embajador, un hombre estricto pero lleno de amor para los suyos, incluso para el hijo rebelde que se había ido de casa apenas cumplir la mayoría de edad.

Michell jamas había tenido hermanos, ella nunca se quejo, ni siquiera cuando fue abandonada completamente sola, pensaba que si tenia un hermano al menos hubiera estado acompañada en la orfandad pero tampoco quería ese sentimiento para otro niño. La segunda mejor cosa que le paso en el mundo fue encontrar una familia que la adoptara y que le enseñara un camino lejos de la soledad, la primer mejor cosa que le paso, fue enterarse que seria la hermana mayor de un niño milagroso.

Ella sabia desde el primer momento que lo vio que era maravilloso, un milagro, nacido de dos razas completamente diferentes, toda una rareza del universo, fue sorprendente que personas como Sarek, un hombre estricto y lleno de fría profesionalidad y calculadora concentración encontrara a Amanda, quien estaba llena de amabilidad y cariño para sus hijos. Sabia que los padres de Sarek la había despreciado desde el principio, pero que su abuelita la había amado en el primer instante. Recordaba la primera vez que lo vio parecía enojado, debía estarlo, una niña había acaparado la atención de su madre, una a la que podía abrazar, a la que podía leer cuentos y malcriar sin sentir que cometía un error. Ella fue feliz a lado de Amanda pero sabia que él había sido desgraciado.

Spock jamas había tenido nada para él mismo, nada que deseara, porque el deseo es irracional, pero ella lo veía, veía lo que los adultos querían ignorar, veía los ojos del pequeño, tan parecidos a los de Amada llenos de esperanza, cuando la esperanza para su familia era solo cálculos y eficiencia, ella veía potenciales milagros, era un niño tan amoroso a su modo, Michell siempre se sentía tan contenta a su lado con las pocas muestras de afecto, después algo cambio. Fue antes de que su padre fuera puesto en discordia, antes de que le pidieran escoger entre sus dos hijos, sus dos medio hijos uno por genética otro por educación, secretamente lo seguían culpando por la rebeldía del mayor.

Michell ni siquiera podía enojarse cuando lo supo, que el rector de la Academia de Ciuencias a la que toda su nueva familia había acudido, le puso un ultimátum a su padre, solo aceptarían a uno de sus hijos, había optado por Spock, porque aun era joven y no quería arruinar ninguna de sus oportunidades pero cuando el menor de la familia los rechazo con un: "Gracias por su consideración" a pesar de haber cumplido todos sus requisitos de entrada.

Su madre secretamente se sentía satisfecha, ahora no tendrían a ninguno de los dos, casi al mismo tiempo su padre había aceptado ser embajador de su mundo frente a los humanos, asi que en apreciación del nuevo rango se habían mudado a la Tierra. No había nada que Vulcano pudiera enseñar que no pudiera hacer la Tierra sobre todo por los pactos de intercambio de información. Aunque claro jamas los relacionados con su especie.

— Madre ¿Qué sucede? – pregunto a la muy contrariada Amanda cuando llamo ese mes, llama sin falta desde que me mude a la Tierra hace tres años.

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