1. Inicio.

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En una oficina en Nueva York...

- Swtzrenz, Alteza Abraxz indicó que pase.

Me levanté del sillón donde estaba esperando hace cinco minutos. La puntualidad entre nosotros es algo característico y algo bastante ponderable si consideramos que para nosotros el tiempo no existe, pero aun así, al vivir entre seres que se toman el tiempo en serio, la puntualidad era un símbolo de respeto en nosotros también, por eso siempre intentaba llegar unos minutos antes a todos lados.

Ingresé al despacho. Alteza Abraxz estaba en medio de un gran ventanal, absorbiendo fervorosamente cada rayo de sol que pudiera, con su ser real expuesto por completo. Su oficina había sido construida para eso, para dejar pasar los rayos de sol lo máximo posible, y aun así siempre que entraba en esa oficina, un frío indescriptible se apoderaba de mí.

- Alteza. - Le dije bajando un poco mi cabeza en señal de respeto, y sin tener un contacto visual directamente hacía él hasta que me hablara.

- Swtzrenz, tengo una misión para usted. - Me dijo sin restarle importancia a lo que hacía. Él no se movió para nada, ni siquiera me miró. - Como sabe, Wszhant fue retirado...

Claro que lo sabía, ese era su plan...

Wszhant fue una especie de "maestro" impuesto para mí. Al ser lo que soy, muchas opciones no me quedaban en que orientar mi existencia. Cuando lo conocí, su área era otra. Estaba más volcado a lo de índole militar por ese entonces, pero después fue "degradado", como decía él, hacia la parte de espectáculo, al entretenimiento de masas, a fomentar distracción. A pesar que él lo tomaba como una humillación, no había dudas que se le daba excelente ese ámbito. Sus resultados óptimos no se hicieron esperar, dejando satisfechos a nuestros jefes... Y eso debió bastar para Wszhant, mas nunca fue así.

Esta existencia, luego de más de 30 décadas, dejó de tener sentido para él.

-... Espero que haya aprendido algo de él, porque su misión es: Primero, reemplazarlo. Segundo, conseguir una nueva beta. Y tercero, obtener solo excelencia en su misión. - Completó.

- No conozco otro resultado que no sea la excelencia, Alteza Abraxz. - Le respondí con seguridad.

Él esta vez se giró para verme por primera vez desde que entré a su oficina.

- Siempre que la veo está en su forma humana... ¿Motivo? - Indagó él.

- Acostumbrarme más a ella.

El silencio se apoderó del lugar por un breve instante.

- Ahí tiene a las tres candidatas para el puesto de beta. Seleccione a la más apta.

- ¿Qué pasa con las sobrantes? - Le dije mientras sujetaba las carpetas en mis manos, pero sin exponer ante mis ojos el contenido.

- Esclava y Ritual. - Dijo sin más.

- Bien. - Dije asintiendo.

El futuro de tres personas, de tres mujeres, estaba en mis manos. Solo una de ellas seguiría, relativamente, con el futuro que soñó alguna vez. Las otras dos... Los rituales podían ser muy sádicos y perversos, pero finalmente el eterno descanso llegaría, o lo más cercano a eso. Sin embargo, ser esclava... Espero que le toque un buen programador.

- Pregunte, que a pesar que disfruto mirándola, esta reunión tiene que concluir, Swtzrenz. - Me dijo dándome a entender que había leído mi mente. Eso no era correcto, pero siendo él de la realeza, lo correcto se adecuaba a sus necesidades.

- Mi trabajo es indicio que la suma sacerdotisa va a ser reemplazada. ¿Quién va a ocupar su lugar?

- Wszhant hizo un trabajo impecable con Taylor S, y su ambición hizo el resto. Retírese. - Me dijo mientras ponía ambas manos detrás de él. - Tiene seis meses, pero espero que no le lleve tanto tiempo. - Completó girándose hacía la ventana como al comienzo.

Reptiliana. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora