Heartbreak Hotel // YM

3

– ¿Más dinero? Estás loco Yoongi, nuestro padre ya se ha dado cuenta. Congeló la mayoría de mis cuentas.

– Joder – Yoongi da una patada al aire, elevando la tierra en el proceso. Mira con pena su hermoso auto chocado contra una pared de un restaurante en algún maldito lugar lejos de New York, la que hubiera sido su próxima parada sino fuera por Kihyun, un maldito chico hermoso que se resistió lo suficiente para sacar de quicio a Yoongi, y que este terminara con el auto contra una pared por la frustración.

¿cómo mierda iba a pagar el daño de su auto? Era todo para él, sin el auto no habría más viajes, ni libertad, ni sexo. Se volvería de nuevo un dependiente de su padre.

Africa de TOTO se escucha no muy lejos, le encanta la canción, le recuerda a su hermano.

Es un restaurante.

– Envíame dinero en cuanto puedas, necesito arreglar mi auto. Iré a cenar algo.

Sin esperar respuesta cuelga.

Yoongi es el penúltimo hijo de los Min. Bang chan es el mayor, luego seguía Wonho...

Entra al restaurante, la canción está por terminar, acelera el paso y mete una moneda en la rockola para ponerla de nuevo.

Wonho era su mejor hermano, Wonho era confianza, paciencia y diversión. Apenas dos años mayor que Yoongi.

Se protegían de todo, Wonho le ayudaba en sus momentos malos, le enseñó la buena música, la misma que sonaba en ese momento.

Wonho había muerto mientras recorría el desierto de Las vegas en su motocicleta. Nunca encontraron el cuerpo, pero sí su sangre, bastante para que estuviese vivo, y su moto casi incinerada.

Su padre insistió en que tal vez Wonho no había ido por buen camino. Hablando de amistades.

– Ah, Wonho... Eunwoo no quiere enviar más dinero – Eunwoo era el menor de los Min.

A la mitad de la canción, la aburrida voz de Presley interrumpe los recuerdos de su hermano. Yoongi con el rostro colorado de enojo voltea y ve a un tonto chico con zapatillas Converse rosas metiendo monedas a la rockola.

– ¿Eres estúpido? – No duda en ser bastante rudo.

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– ¡Es un jodido asco, Jimin!

Taehyung pisó una de las ratas muertas mientras ayudaba a sacar las sabanas viejas y sucias de todas las habitaciones. Jungkook aparece enseguida desde la habitación contigua.

– Yo ya he pisado tres –con el dorso de la mano empuja su cabello ondulado hacia atrás, pues le estorba en la vista– aguanta un poco, Jimin no podrá solo.

Taehyung suspira y termina de quitar la sabana, la avienta hacia afuera.

– ¿Piensas que va a tener éxito con esto?

– ¿Sinceramente? no. El lugar está jodido.

Los ojos de Jimin se llenan de agua, decide no entrar a la habitación. Ellos tenían razón, ¿por qué un hotel en medio de la nada tendría éxito? Ni siquiera estaba a la vista.

Baja las escaleras y corre fuera, sin pensarlo sube a su auto y maneja hasta su restaurante favorito.

– Hey, Jimin.

– Hola, Chris ¿mucho trabajo por hoy?

– Tal vez en un rato más, es viernes por la noche.

– Claro.

Jimin pasa de Chris, directo hasta la rockola. Christian Yu, su mejor amigo, y crush por bastantes años, hoy no estaba de humor para verlo trabajar toda la noche sentado en la barra con su malteada de vainilla.

Pone Devil in disguise de Elvis y deja la frente pegada al vidrio del aparato.

Las lagrimas no demoran nada en salir.

– ¿Eres estúpido?

– Sí.

Responde sin despegarse del cristal.