Stella Roberts.
Toda la mañana he estado escuchando rumores sobre los nuevos estudiantes, no es para menos ya que ambos llegaron a poco tiempo para fin de semestre y ambos son mellizos.
Debo decir que el alboroto que han creado con su llegada no es para menos, ambos son muy atractivos, parecen ser muy callados y su físico sin mentir es llamativo.
En la última clase el profesor sale del salón un momento, algunos se ponen a hablar entre ellos mientras que yo solo termino de transcribir lo que el profesor escribió en la pizarra, de un momento a otro el salón se quedó en total silencio y yo miro en todas direcciones buscando al zombi o la grieta tridimensional que causa dicho silencio cuando lo veo.
El mellizo está caminando hacia delante con pasos seguros y tranquilos, mientras que su rostro permanece inexpresivo, lo sigo con la mirada, él pasa por mi lado y yo volteo mi cabeza para continuar mirándolo, es algo hipnótico, atrayente para mí, se detiene frente a mi escritorio, me observa durante unos milisegundos, me extiende una hoja doblada a la perfección, la tomo y el vuelve a su asiento, leo lo que está escrito en la nota la cual pone una dirección y un:
"A las tres de la tarde no llegues tarde"
Lo miro y asiento a lo que él asiente con su cabeza, su vista va a su hermana para continuar con su aparente conversación, decido fijarme en la nota, me impresiona la linda letra cursiva que parece escrita con tinta, es realmente única.
Luego de clases fui a casa, subí a mi habitación y me puse a mirar una serie, yo y mi obsesión, faltaban unas dos horas para ir a casa de los mellizos. Luego de mirar un capítulo me levanto y me empiezo a alistar, en la nota decía que no llegara tarde, miro mi reflejo en el espejo de cuerpo completo.
Según yo me veo bien, me puse unos Jean azul claro, una sudadera blanca holgada, un cinturón negro y unos zapato negros altos los cuales hacen juego con el cinturón y me dan unos centímetros extra; mi cabello lo ato en un moño descuidado que luce bien. Bajo a la cocina para pedirle a mi madre que me lleve, al bajar la veo sentada en la mesa con una taza de café y el celular en su mano.
— ¿Qué haces? —me sirvo una taza igual.
—Leo uno de esos libros virtuales que me envió Emma.
— ¿De qué trata? —me siento frente a ella interesada en lo del libro mientras tomo un sorbo a mi café.
—Trata de una chica de diecisiete años que está en la mafia, al parecer tiene muchas habilidades y acaba de asesinar a un hombre en apenas el cuarto capítulo.
—Sí, suena a Emma.
Mi madre es una mujer joven de 35 años, me tuvo a una temprana edad (17) ni me pregunten qué hacía ella a mi edad, es algo que no quiero saber, con mi madre mantengo una buena relación, ella ha aprendido a ser comprensiva, paciente, tolerante conmigo, mi mamá es mi mejor amiga literalmente, con mi padre mantengo igual una buena relación aunque estamos algo distante.
— ¿Me llevas a casa de los mellizos? —preguntó mirando la hora en mi móvil. —Debo estar ahí en diez minutos.
— ¿Cuáles mellizos? —pregunta mientras me mira con una expresión de confusión.
—Te digo en el auto porque ellos me dijeron que no llegara tarde y quiero ser puntual.
Todo el camino me lo paso contándole a mi madre todo lo que pasó, ella como la chismosa dramática que es lo disfruta, hace suposiciones de conspiraciones malignas y yo solo me río; te amo mami eres la mejor.
Al llegar a su gran casa tocó el timbre y esperó unos minutos hasta que una mujer de más o menos cuarenta con una sonrisa y el uniforme de servicio, abre la puerta.
—Buenas tardes. —le devuelvo la sonrisa. —Busco a los mellizos.
—Si ellos la están esperando. —se hace a un lado dejándome pasar. —Sígueme.
Caminamos entre los pasillos de la enorme mansión, ella me dirige a un pasillo más oscuro el cual tiene lámparas a ambos lados del corredor las cuales emiten una tenue luz dándole un toque de terror, dramatismo a esta parte de la mansión, no sé el resto, al final del pasillo se ve una puerta doble de madera.
Allí sería donde el asesino guarda los cuerpos o lleva a sus víctimas para aterrarlas y darles un trágico final: ok Stella bájale a la paranoia, no es una película o libro de terror, misterio y suspenso...
Nos acercamos a la puerta, la mujer toca repetidas veces hasta escuchar un "pase" desde adentro. Al entrar miro mi alrededor, es un salón enorme bien iluminado en el cual hay un enorme librero, un sofá en forma de L blanco con una mesa delante y otros más pequeños individuales, una televisión enorme con algunas consolas y una variación muy extensa de videojuegos, unos cuantos puffs, un tablero de ajedrez, una mesa de ping-pong y un rincón con cosas artísticas, me sorprende el orden en que están las cosas, todo se ve perfecto, la decoración es simple, y el contenido variado. Los mellizos están sentados uno frente al otro en el tablero de ajedrez.
Dejo mi mochila sobre el sofá y me acerco a ellos, sus piezas son de cristal o así me lo parece, miro el juego sobre el tablero, el rojo (El chico) está acorralando al blanco (A su hermana).
— ¿Juegas? —pregunta ella sin mirarme y con una indiferencia que me hace dudar si realmente quiere o no saber.
—Un poco. —Respondo mientras pongo mis lentes en mi cabeza, mi mamá me obligo a traerlos, dijo que siempre me incomodan los lentes cuando estudio matemáticas.
— ¿Qué te parece la partida?
—Bueno pues sin mentir, él te ganará.
—A mí me parece igual. —dice él del mismo modo que su hermana.
A pesar de ser frío y cortante es todo un placer auditivo escuchar su voz la cual es grave, varonil y firme, este chico podría ser un buen locutor, tiene la voz, pero igual sería pecado ocultarlo tras un una cabina de radio porque merece ser visto.
—Una última jugada. —pide ella.
—Dale, luego iniciamos con los deberes.
Ella se acerca a él tablero y mueve el caballo blanco comiéndose a él alfil que amenazaba a su rey.
—Jaque. —canta ella a su hermano para hacerle saber que su rey está en peligro, sin pensarlo dos veces él estira su mano para comerse el caballo con su reina.
—Ya, luego continuamos. —le dice él.
La verdad cuando vi el tablero yo no estaba viendo esa jugada supongo que me enfoque en solo una cosa, el jaque.
ESTÁS LEYENDO
Castle
Mystery / ThrillerEllos ocultan algo. Ellos son diferentes. Ellos están mintiendo. Ellos son misteriosos. Ellos saben algo que tu no. Ellos son más listos que el resto. Ellos simplemente son perfectos, por alguna extraña y absurda razón.