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Honestamente no sé qué clase de chicos son estos, estoy realmente estoy sorprendida con su capacidad, yo solo les pase mis apuntes y ellos se auto educaron a sí mismos, lo que uno no entendía el otro hermano lo hacía y se lo enseñaba a su mellizo, en lo que ambos no concordaban me preguntaban a mí, esto hizo mi trabajo sencillo. Mientras ellos hacían eso yo hacía los deberes del día siguiente.

Una vez que acabe los observó, ellos están sentados en el suelo con los cuadernos sobre la pequeña mesa mientras transcriben lo que tiene mi cuaderno.

La rojiza melena de la chica baja por un lado de su bello rostro, las facciones de su rostro se marcan pero aun así se ve perfilado, tiene unas tenues pecas en su rostro sin embargo las pecas de sus hombros son un poco más marcadas, su piel es súper blanca como la piel de un vampiro así de pálida y tan delicada como la más frágil cerámica, mientras que su hermano, su cabello conservaba ese peinado perfecto hacia arriba, su rostro es marcado como el de su hermana pero de una forma más poderosa, más marcado, su rostro se ve fuerte, definido, perfecto, su piel es igual a la de su hermana, no podía ver sus brazos pero aun así se veía musculoso. Los escucho conversar sobre el tema y me parece interesante.

—Que rápido su cerebro procesa la información. —les comento.

—Vimos una que otra clase de algunos ejercicios que están aquí. —ellos no me miran, siguen en lo suyo.

La misma mujer que me recibió antes entra con unas batidas nos lo ofrece, pregunta si queremos algo más pero los tres rechazamos. No puedo evitar mirarlos embobada me pregunto cuál es la razón por la que ambos hermanos se transfirieran cuando el semestre está acabando o se inscribieron a estas fechas.

Ambos parecen ser muy listos y misteriosos por las dichas razones, no negaré que en el momento en el que los vi a ambos me quede totalmente deslumbrada, justo ahora me odio por sonar como una tonta pero tampoco puedo negar lo deslumbrantes, atractivos y llamativos de ambos hermanos. Ellos son poseedores de esa aura misteriosa que grita «Hey estoy acá descíframe, descúbreme hay algo más de mí que no sabes» dan una impresión de ser muy antipáticos aparte de parecer que todo a su alrededor les da igual.

Haciendo un análisis sobre los mellizos me doy cuenta de que no se sus nombres, en el instituto no los presentaron a la clase, cosa a lo que no presté atención por estar completamente embobada mirándolos.

—Acabo de darme cuenta que no sé sus nombres y eso es raro ya que estoy en su casa. —ambos miran en mi dirección logrando asustarme ya que lo hacen de manera sincronizada y lenta...

—Roxanna. —habla él chico señalando a su hermana. —Y yo soy Ryan Adam. —Ambos vuelven a sus deberes de igual manera, sincronizados.

—Me gusta tu piercing. —dice Roxana sin mirarme. —¿Te dolió? Cuando lo hiciste. —se refiere a la perforación argolla del centro de mi nariz.

—Honestamente sí, me dolió pero muy poco, fue más como una pequeña molestia o picazón, creo que valió la pena, me gusta como quedo.

—Sí, a mi también me gusta. —habla Ryan con indiferencia mientras dirige sus bellos ojos azules oscuros hacia mí. —Se ve bonito. —instantáneamente dice eso y siento el calor subir a mis mejillas, una pequeña sonrisa de satisfacción se forma en sus labios.

Dios ¿Qué me está pasando? Me siento estúpida al ser tan superficial como para que me guste por su físico, me siento tonta al ponerme roja por un simple "Se ve bonito" siento que esto será un jodido desastre si no soy lo suficientemente cuidadosa.

Apartó la mirada rápidamente. —Ehm... Gra... Gracias.

—De nada. —la tranquilidad de su voz no me hace sentir tan incómoda. Pasan varios minutos en los que mantengo mi vista en todas partes menos en ellos hasta que decido mirar cómo van.

CastleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora