Mío

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Desperté, mi cabeza dolía y mis ojos seguramente estarían hinchados por tanto llorar, quería salir de ahí, cada minuto estando sólo y amarrado suponía mucho sufrimiento, incluso creo que lo pasaba peor cuando estaba solo, cuando estaba con él, extrañamente me sentía bien aunque me hiciera daño, en cambio, cuando estaba sólo me venían a la cabeza muchas preguntas y cada vez las respuestas que me imaginaba me daban más miedo.

¿Que cojones iba a hacer conmigo ? ¿Luego me mataría?

Él dijo que me haría suyo, lógicamente pensé en que iba a abusar de mí.
No pude seguir martirizándome con preguntas ya que en ese momento escuché cómo la puerta se abría.
Tenía una venda alrededor de mis ojos pero supuse que sería él.

- ¿H-hola? ¿Eres tu verdad?

- Claro bebé, no dejaría nunca que alguien te viera con tan poca ropa cómo ya te he dicho en varias ocasiones eres mío y hoy ha llegado el día en el que te enseñaré que significa eso.

Escuché unos pasos cada vez más cerca de mi, una mano se posicionó dónde me había marcado hace unos días y poco después sentí algo húmedo y caliente que supuse que era su lengua.

- Eres delicioso. ¿Lo sabías? Cada vez que te veía me daban ganas de probarte, de comerte... siempre has sido muy inocente y cariñoso y nunca te has dado cuenta de las intenciones que tenían los demás contigo, ni lo que provocabas en el cuerpo de los demás, y ahora te ves tan vulnerable, tan débil...

- P-ara por favor, no digas nada más, s-si me vas a hacer algo hazlo ya...- lágrimas empezaron a salir de mis ojos.

- No llores bebé, no debería decirte esto pero cuando lloras de alguna forma me enciendes más, quieres que me descontrole? Quieres eso verdad?

-N-no no, no quiero eso -dije intentado detener mis lágrimas.

- Ahora voy a darte la vuelta y para eso tendré que desatarte los brazos para luego volver a atarte pero del revés y no te vas a mover entendio? Créeme que no soy tan imbécil cómo para dejar alguna salida así que aunque pudieras escapar de esta habitación quedarías atrapado aquí, así que por tu bien, no hagas ningún movimiento extraño.¿Entendido?

-...

-¡Contéstame!

-S-si si, entendido- me desató un brazo y me dio la vuelta para volver a atarme y luego hizo lo mismo con mi otro brazo.

- ¿Lo ves pequeño? Es fácil si cooperas. Ahora dime pequeño... ¿Eres virgen?

- ¿Porque quieres saber eso?

- Dije -azotó con su mano mi espalda baja- Que - volvió a hacerlo- Si - una vez más - Eres - ahora lo hizo más fuerte haciendo que empezara a sollozar una vez más - Virgen? - me dio el último azote

- Si, lo soy...

- Muy bien bebé, te has mantenido virgen para mí, siempre has dicho que querías hacerlo con la persona indicada y esa soy yo cariño.

- ¡¿Vas a abusar de mí ?! -pregunté aunque ya sabía la respuesta.

- No cariño, no te voy a violar, yo te quiero, te amo tanto que podría ser incluso algo obsesivo, pero nunca podría hacerte daño, te voy a hacer el amor, lo disfrutarás tanto que me pedirás más. ¿Quieres saber una cosa? Aunque no te des cuenta tú también has estado siempre enamorado de mí. Y pude darme cuenta de que no ibas a dar el primer paso así que debía hacerlo yo.