Mío

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Mi cuerpo extrañamente reaccionaba a sus manos, su lengua... cada zona que tocaba la sentía arder, lo odiaba a él y odiaba a mi cuerpo por reaccionar de esa manera cuando yo por dentro cada vez estaba más destrozado. Cuando dejó de tocar cada parte de mi cuerpo bajó mi ropa interior, suspiré por la reacción que hizo mi cuerpo al cambio de temperatura en esa zona. Se levantó y escuché un ruido, no quería saber que estaba haciendo sólo quería que acabara toda esta tortura. Sus pasos cada vez se escuchaban más fuertes por lo que supe que volvía a estar cerca de mí.

-Mi intención era no prepararte para que disfrutaras del verdadero placer que causa el dolor, pero estás bastante asustado y cómo será tu primera vez he decidido tener un poco de compasión, pero tranquilo pequeño no te desesperes, eso no significa que no te lo haga duro.

Cada palabra que decía hacía doler mi cabeza, la droga que me había hecho inhalar empezaba a hacer efecto, mi miembro empezó a endurecerse.

Hizo un recorrido de besos des de mis tobillos hasta mis mulos internos donde se entretenió un rato lamiendo y dejando alguna que otra lamida, cuando acabó con esa zona se dirigió a mi espalda baja y allí empezó a besar, a dejar mordidas y a succionar, sabía a la perfección que eso dejaría marcas. Trazó una línea recta des de donde estaba hasta mi entrada con su lengua y empezó a introducirla, se sentía tan extrañamente placentero. Después de dejarme suficientemente mojado empezó a introducir uno de sus dedos, daba simples y lentas embestidas y poco después empezó a moverlo de forma circular, de repente metió otro dedo, quería pedirle que al menos avisara de los movimientos antes de hacerlos pero lo que sea que tuviera en la boca me impedía decir cualquier cosa que no fueran sucios sonidos cargados de un extraño placer. Con sus dos dedos ya dentro de mi entrada empezó a moverlos en forma de tijera estirando mi entrada y poco después añadió el tercero mezclando los tres movimientos previamente mencionados, primero realizaba movimientos circulares, luego en forma de tijeras y finalmente simulaba embestidas profundas. Al principio me sentía bastante incómodo hasta que hubo in movimientos que realmente me sacó un gemido, quise culpar a la droga y pensar que sólo me sentía excitado por eso pero, en lo más profundo de mí, sabía que eso realmente me estaba gustando. Sacó sus tres dedos y sin poderlo evitar solté un sonido de frustración al sentirme vacío.

-Tranquiló pequeño, ya no vas a tener que esperar más, voy a cumplir con mi objetivo y lo vas a disfrutar.
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En el siguiente capítulo habrá penetración, perdón por tardar tanto pero me suelo centrar más en los preliminares.