9 Siempre contigo (Drarry)

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Multiverso: Cambio de rol - Saga de Harry Potter - JK Rowling
(Harry Potter y Draco Malfoy)


Harry estaba asustado.

Hacía tres semanas que todo su mundo había dado un vuelco tan brusco que se sentía mareado, confundido y altamente aterrado. Él venció a la muerte a muy tierna edad, sobrevivió a una vida tortuosa en la casa de su tía, al colegio, a la insurrección, al llamado señor oscuro y gracias a ello, su cicatriz ya no dolía, no más.

Harry era un mago, uno muy bueno, pero ya no, ahora era un simple muggle.

Después de que la gran batalla en Hogwarts se diera y cuando todo se había asentado, él entró al ministerio de magia donde se preparó para ser Auror, uno de sus sueños desde la escuela. Con su amigo Ron a su lado, ambos ya eran Aurores muy buenos, pero nuevamente, ya no más.

Él maldijo a los recuerdos que tenía en la mente y que todos se empeñaban en que no eran reales. Su novia, sus amigos, todos estaban empeñados en decirle que todo lo que había vivido no era real, nada era real para ellos y debido a que enloqueció tratando de encontrar el callejón Diagon y la estación 9 ¾, fue que lo internaron en la clínica donde ahora estaba. Su cabeza era un lío por momento pensando en que todos pudieran tener razón y él se había vuelto loco.

Levantó su mano y la quedó mirando un rato.

Su varita, la que había perdido por un tiempo y luego reparó con la de Sauco, ya no la tenía más. Por más que la buscó, no la pudo hallar. Bajó la mano y cerró los ojos intentando recordar que era lo que había sucedido, pero cada vez que lo intentaba un fuerte dolor de cabeza lo atormentaba, era como si un hechizo poderoso le impidiera recordar.

Abrió los ojos y miró su entorno, todo era tan nítido, el sol brillante entraba por la gran ventana que tenía la habitación privada que ocupaba en la clínica donde había sido ingresado. Todos le decían que eran sus nervios debido a la muerte de su padrino, Sirius Black en un trágico accidente de auto. Aunque él intentó decirle que había muerto en el ministerio de magia; todos, incluso sus mejores amigos, Hermione y Ron, lo habían hecho sentir un loco diciendo que no sabía de lo que hablaba.

Él ya se sentía loco, pero sabía que no lo era, al menos eso esperaba.

La habitación en la que estaba a pesar del sol, era fría. Harry se levantó de la cama, caminó hacia la cómoda que tenía frente a él y miró las diversas imágenes enmarcadas que adornaban el lugar. En una estaba él con Ginny riendo a la cámara, pero ella se veía distinta, traía ropa muggle a la moda y estaban en una réplica del callejón Diagon, ambos se veían felices y vestían los uniformes del colegio, pero se notaban que eran distintas a las que ellos usaron en el colegio.

En otra foto, estaba él y sus padres, la misma foto que Hagrid le había dado en el álbum en su primer día en Hogwarts, en otras estaba la orden del fénix auténtica y al lado, la orden que luchó contra Voldemort solo que cada una tenía una leyenda que decía "Club Fénix". En otra imagen estaba con Ron y Hermione en un lugar que no reconoció; sin embargo, todas y cada una de las imágenes estaba mal, no las mágicas que se movían, estas eran fijas y sin vida.

—Hoy despertaste más tarde —la voz familiar lo asustó.

Volteó a mirar a quien decía que era su doctor: Draco Malfoy.

Recordó nuevamente la primera vez que lo vio; en aquella ocasión lo había atacado y culpado de la locura que vivía, pero a medida que pasaron los días, se dio cuenta de que este Draco, no era el que había odiado toda su vida escolar. Este hombre tenía una personalidad completamente distinta y su apariencia era mucho más amable.

Las curiosas formas del amor - Fictober 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora