Gretchen

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Val mi amor, te extrañó en donde estas?

-Juliana, ya basta. Tienes que continuar con tu vida - Levante la vista para mirar a Eva, para después volverla a bajar, todos los días era el mismo discurso de todos, porque nadie entendía que lo único que quería era saber que había pasado con Valentina- Ey!!!- se sentó a mi lado y levantó mi mentón para que la mirara- nos preocupas, desde que todo paso no has querido hacer nada, mal comes, mal duermes, y sólo estas aquí tirada en este sillón abrazada a las almohadas, no es justo...-la interrumpi antes de que siguiera.

-Y que pretendes Eva? Que siga con mi vida? Asi como si nada, como si ella nunca hubiera estado aquí, como si no existiera- esa última frase la dije en un susurro.

Habían pasado 3 meses desde que Valentina desapareció nadie sabía nada de ella, la policía no tenía ni una pista de su paradero, ya habíamos ido al menos cuatro veces a reconocer cuerpos siempre era lo mismo angustia, miedo y al saber que no era ella, volvía la luz, la esperanza pero al mismo tiempo la desesperación de no saber en donde estaba, porque no aparecía, ya se había descartado el secuestro, con los conocidos de la familia Carvajal se había buscado en hospitales de todo el país en ningún lado sabían de ella y no quedaba más que esperar un milagro que la trajera de vuelta, durante ese tiempo yo no había regresado a la oficina sólo me quedaba en su casa, mientras todos rehacian su vida yo no podía dejar de pensar en donde estaba, si estaba bien, si comia o necesitaba algo, el vacío en mi interior cada día crecía más.

-Oye no te pongas así, sólo intentaba ayudar, mira hoy tengo que ir a la cabaña, quieres ir? Puedes distraerte un rato.

Algo dentro de mi me pidió ir a ese lugar, Val siempre me lo había pedido y no había querido y ahora tenía la sensación de que debía estar allá. Seguí mi instinto, así que una hora después íbamos de camino, Val siempre se quejaba de que Eva conducía como tortuga y era cierto. Cuando Eva tomó el camino de terraceria, sentí una paz que hace mucho no sentía al bajarnos del carro recorrí todo el lugar con la mirada, tal vez ella tenía razón y en realidad era mágico el lugar voltee a nuestro árbol en donde tuvimos nuestra primera cita en donde le pedí que fuera mi novia, al recordar eso mis ojos no pudieron evitar las lágrimas camine por el lugar, la energía era distinta a cuando estuve con ella, al llegar al muelle vi a una niña que venía corriendo del bosque corría directo a la cabaña fui hacia allá, entre y el lugar era muy diferente a como lo recordaba y ella no está aquí para decirle que quedó hermoso que ya no me da miedo. En el comedor estaban sentadas Eva, Ale y Chivis quien me sirvió una taza de café cuando me senté con ellas. Me sentia extraña estando aquí pero me agradaba la sensación era como estar en casa y no sabía de donde venía esa paz que sentía.

La niña estaba sentada junto a Chivis escondida con su brazo y me miraba muy atenta con sus ojos color gris, tenía su cabello castaño de alguna manera me recordaba a Val, tenía un vestido blanco con figuras de catarina, le sonreí y ella paso por debajo de la mesa y volvió a salir corriendo.

-Es muy tímida, es mi bisnieta hija de Paloma- me sorprendí por la información ella fue mi compañera en la prepa antes de ganarse una beca en el extranjero para estudiar la Universidad, la niña tenía como 4 años y yo deje de ver a Paloma hace 5 - Si a todos nos sorprendió la noticia.

-Y Paloma? Ya regresó? -lo dije mirando a todos lados buscándola esperando que ella entrará por la puerta.

- No señorita, ella murio, a la niña la trajeron a México y desde entonces vive conmigo, aún no se adapta a nosotros siempre sale corriendo y tampoco ha querido hablar - tomé su mano para hacerle ver que tenía mi apoyo, pero un sentimiento cayó sobre mi, pensé en la niña aún estaba muy pequeña y crecería sin su mamá.

-Supongo que el cambio fue muy fuerte para ella - dije y mire por la ventana para ver a la niña en el muelle.
Me pare y salí otra vez, junte piedritas por el camino y fui junto a ella - Hola hermosa, me puedo sentar? - pensé que saldría corriendo pero sólo me miro y se hizo a un lado para dejarme sitio- como te llamas? - sabía que no me respondería pero aun asi lo intente - yo me llamó Juliana - abrió mucho sus ojitos pero no dijo nada y regreso su mirada el agua- sabes yo también extraño a alguien- le dije, ella tomó mi mano y la apretó, senti una paz cuando lo hizo en respuesta le enseñe mi mano para que viera que traía piedritas y me mostró una sonrisa hermosa y sus dientes perfectos le guiñe un ojo, tomé una piedrita y la lance ella me miro con asombro y comenzó a lanzarlas cada ves más fuerte, poco a poco agarró confianza porque no sólo sonreía sino que de su boca también salía un sonido muy hermoso que era su risa, la cual me hacía sonreír a mi también. En el tiempo sin Val siempre me sentía incómoda cuando estaba con alguien pero con la niña todo era muy distinto, cuando se acabaron las piedritas solo nos quedamos ahí, llegó Eva a avisarle que ya se iban, la niña me dio un abrazo y un beso y se fue corriendo, sonreí al ver que esquivó a Eva cuando la quiso atrapar, Eva se sentó a mi lado.

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