Adios

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Mi cuerpo tenía un ligero temblor aun cuando el clima era cálido. Bien sabía yo que eran los nervios de dar malas noticias nunca me gustaba escucharlas pero el saber que ahora yo tendría que hacerlas llegar el sentimiento era terrible más cuando sabes que destrozaras el corazón de una niña el cual ya ha sido lastimado de mil maneras. Juls apreto mi mano al sentir mis nervios, ella venia a mi lado en la camioneta de la escolta hoy no tenía fuerza para manejar, ya estábamos a pocos minutos de llegar y eso aumentó mis nervios.

-Tranquila todo estará bien- susurró. Pude notar cierto temor en su voz, aunque ella lo dijera muy en el fondo sabe que esto no será tan fácil, no estaba en nuestras manos como si leyera mis pensamientos agregó - pase lo que pase estoy contigo - me jaló hacia ella y dejó un beso en mi cabello. Como siempre cualquier contacto con ella me traía paz esa que necesitaba ahora cuando se abrió el portón para entrar a la casa de mis papás. La camioneta se detuvo y Ramiro nos abrió la puerta para bajar. Nos tomamos de la mano y caminamos a casa, tan grande eran mis nervios que parecía que caminaba en lodo sentía mis pies cada vez más pesados, al entrar Alice nos dijo que papá nos esperaba en su despacho fuimos para allá y toque la puerta.

-Adelante- respondió papá y deslicé la puerta del despacho, el nos recibió con un abrazo - Hola muchachas, paso algo? - se preocupó al ver nuestros rostros, trague saliva al notar regresar el nudo en mi garganta y sentir mis ojos humedecer, no dije nada sólo le entregue los documentos nos abrió las sillas para que nos sentaramos y fue hacia su escritorio leyendo, al finalizar levantó su mirada - Lo siento, veremos que se puede hacer - la esperanza regresó a mi, papá tenía muchos contactos tal vez se pudiera hacer algo - bueno en si las llamé por otra cosa, Juliana yo se que ya detuvieron a tu papá pero quiero que sigan con la seguridad un tiempo más - Fruncí el ceño - Solo por precaución -  aclaró - Yo se que es tu papá - Juliana negó.

-Lo entiendo, el nos hizo mucho daño - murmuró

- Así es y no quiero otro susto por eso quiero mantener por un tiempo la seguridad - las dos asentimos ante su explicación - y sobre esto deja ver que puedo hacer - iba a agregar otra cosa pero el timbre de su celular lo interrumpió.

- Te dejamos para que atiendas, necesitamos hablar con Gretchen - explique mientras nos parabamos y caminabamos a la puerta, no podía seguir postergando lo inevitable, intenté sonreír pero mi sonrisa quedó a medias. El nos hizo una seña con el pulgar  deseandonos suerte al momento que atendía la llamada. Caminamos hacia el cuarto de entretenimiento conociendo a Gretchen seguro estaba jugando videojuegos nos asomamos y no estaba nos dirigimos a la cocina para preguntar si sabían donde estaba pero no había nadie, al mirar hacia el jardín la vi junto a los muros de la casa muy cerca de la alberca por instinto apreté más fuerte la mano de Juls ella se detuvo y se puso frente a mi, acomodo unos mechones de mi cabello, tomó mi rostro entre sus manos y depósito un pequeño beso en mis labios.

- Amor yo se que es difícil, pero debemos estar fuerte para ella - con sus pulgares hacia pequeñas caricias detrás de mis orejas cerré mis ojos. Un poco más tranquila la abracé y escondi mi cara en la base de su cuello, respire hondo y dejé que su maravilloso olor recorrierá cada parte de mi ser después de inhalar y exhalar varias veces sentí a Juls extremecerse.

-Val si sigues haciendo eso... - dejo salir un suspiro cuando lo volví a hacer y por primera vez en el día una sonrisa sincera se formó en mi boca retire su cabello y le di un beso cargado de intensiones debajo de su oreja siguiendo por su menton hasta llegar a la boca ya cuando nuestro cuerpo nos pidió aire unimos nuestras frentes - Val me encantaría seguir pero creo que no es el momento ni el lugar - añadió a regañadientes.

-Lo se - admiti - sólo necesitaba canalizar mis nervios en otra cosa- me reí.

 -Oye - me dio un leve empujón y camino hacia la puerta, la abrace por la espalda y entrelace sus manos con las mías.

La ConexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora