Capítulo 1: For the first time

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She is all laid up in bed with a broken heart

While I'm drinking Jack all alone in my local bar

And we don't know how,

How we got into this mad situation

Only doing things out of frustation

Trying to make it work but man this times are hard.

(...)

We're smiling but we're clos to tears

Even after all these years

We just now got the feeling that we're meeting

For the first time...

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-Lauren, mañana por la mañana llevaré el coche al taller. ¿Podrías ir a buscar a Dinah al instituto?- Gritó Julia desde la cocina.

-Claro cariño. A qué hora sale?

-A las 14:35.

-De acuerdo allí estaré.- Me acerqué a ella y le besé la mejilla.

-Yo ya me voy a dormir, estoy muy cansada. Buenas noches amor.

-Buenas noches.- Le sonreí y me fui a la cama.

Conocí a Julia en el primer año de universidad, ella estudiaba derecho, y yo, por aquel entonces literatura. Recuerdo que la primera vez que la vi llevaba una falda cortisima, dejando muy poco a la imaginación, cada persona que había en esa fiesta tenía sus ojos pegados en ella. Todos los hombres se le acercaban a ella invitandola a tragos pero ella ni los miraba, hacía como sino existiesen, y de pronto sus ojos llegaron a mi. Jamás había visto unos ojos como aquellos, un azul tan claro que parecía el cielo y me perdí rápidamente en ellos. Durante mucho tiempo fue lo único que vi. Cuando parpadé sentí unos brazos en mi cintura.

-Soy Julia, quieres bailar?

Esa misma noche nos acostamos, perdiendo mi virgindad con una total desconocida, que estaba buenísima. Mientras bailabamos todo el mundo nos miraba y pase de ser la chica solitaria bebiendo ponche en una esquina, al centro de atención en cuestión de segundos. Noté como algunos me miraban con envidia mientras que otros me comian con la mirada.

Muchas cosas cambiaron del viernes al lunes. Dejé la carrera de literatura por la de empresariales, y acabé profundamente enamorada de una demente, impulsiva, seductora, sexy, divertida, completamente loca,alma de la fiesta, rebelde, un tanto borracha, espontánea, y soñadora mujer.

Y allí estaba yo, casi diez años después, tumbada en una cama de matrimonio mirando el techo, pensando en donde acabó aquella mujer que que alguna vez amé. En que momento se nos acabo el amor. En que momento nos perdimos. Ahora era responsable, tranquila, ordenada, ambiciosa (demasiado), se había combertido en una de las mejores abogadas del pais (por no decir la mejor) y trabajaba sin parar. Había cambiado las faldas cortas por las que llegan hasta las rodillas, los vasos de vodka por copas de vino, las hamburguesas de un euro por unas de setenta y cinco, y los fines de semana en una cabaña por viajes de negocios.

Yo acabé empresariales y era dueña de una empresa. Me había combertido en una gran empresaria, la mejor del sector y la más joven. Nos iba muy bien, yo era la mejor en lo mío y ella la mejor en lo suyo. Grandes sueldos y un piso enorme, pero me sentia vacía. De pronto nos vimos envueltas por la rutina. De casa al trabajo y del trabajo a casa. Pasaba mucho tiempo sola por que nuestro horarios no coincidian y apenas recuerdo la última vez que hicimos el amor. No teníamos hijos pues aún éramos muy jovenes, no queríamos ser madres a los 27 años. Ella odiaba a los perros y yo a los gatos así que no teníamos ninguna mascota. Por suerte me quedaba Dinah.

Dinah era mi sobrina, aunque jamás me llamó tía al llevarnos sólo diez años, nos llevabamos muy bien y siempre intentaba pasar tiempo con ella. Nos mudamos a Nueva York por Julia, que al acabar la carrera le dieron una oferta de trabajo en la gran manzana y después abrió su bufet de abogados allí. Por lo tanto a pesar de llevar años aquí aún no conocía prácticamente a nadie pues mi trabajo no me lo permitía y digamos que nunca fui una persona muy sociable.

I want to hold your hand (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora