Capítulo 6: Guerra de Harina

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Jane Hopper 

La madre de Ben era muy amable. Nos trataba como a unos hijos más. Habíamos pasado la tarde haciendo galletas yo y Beverly para los chicos entre risas y chismes antiguos de la señora Hanscome. Todo esto me recordaba tanto a...

Hawkins. 

Quiero decir, todo era tan parecido... Los lugares, el pequeño momento que vivimos hace un momento y la gente... 

Los lugares, derry, el pueblo, un pueblo igual a Hawkins, con su tienda de videojuegos, una escuela donde estaban los que eran molestados y los chicos populares. El momento de hace rato. Todo tan parecido. El miedo. La desesperación por llegar a un refugio. La forma en la que el cielo se tapó con grises nubes que cubrieron la luz del sol. Y, lo más importante, la gente pero, más específicamente, los chicos con los que nos encontramos en la nueva escuela, todos me recordaban a... 

Nosotros. 

Yo, Will, Mike, Lucas, Dustin, Max... Pude, de alguna forma, vernos reflejados en los chicos de la nueva escuela, en Richie, Eddie, Beverly, Stan, Mike, Ben, Bill, todos ellos eran tan parecidos pero, a la vez, tan diferentes a nosotros. Es decir, solo junten los lazos, parecía como si hubiéramos viajado a un Hawkins de otro mundo, el mismo lugar, solo que con algunos cambios. 

Y, con respecto a los chicos que se hacían llamar "el club de los perdedores" era una especie de "club audiovisual": Lucas Sinclair y Mike Hanlon, decididos a hacer todo por sus amigos, mantenerlos unidos, líderar. Max Mayfield y Beverly Marsh, rudas, divertidas, valientes, determinadas. Dustin Henderson, Stanley Uris y Ben Hanscome, inteligentes, trabajadores, amantes de los libros. Eddie Kaspbrak y Will Byers, tímidos, asustadizos, los más pequeños del grupo. Bill Denbrough y yo, los dos dando todo por nuestros amigos, ayudando, liderando, salvándolos del peligro, protegiéndolos... 

Y, aquí va el detalle que no pude pasar por alto apenas vi al chico de cabello negro y lentes entrar al salón donde Will y yo tomamos clases esa mañana: Richie Tozier y Mike Wheeler. Sus personalidades eran distintas, muy distintas, pero, si nos dejamos ver por el físico, claramente diría que son gemelos, incluso, la primera vez que vi a Richie en serio creí que era Mike, me había acercado hasta su lugar para envolverlo en un abrazo y preguntarle qué hacía en Derry pero, al ver que no me reconoció, me alejé. 

Ese no era mi Mike.

Mike no haría nunca eso. 

- ¡Están listas las galletas, chicas! - Exclamó con felicidad la señora Hanscome, sacando un par de guantes para no quemarse las manos a la hora de sacar las galletas. 

- Hey, Jane, ¿estás bien? - Me llamó la atención Beverly, por un segundo me había olvidado de que no estaba sola en la cocina. 

- ¿Ah? - Me perdí por un segundo pero, al alzar de nuevo la vista y darme cuenta de que la chica pelirroja de cabello corto me estaba mirando sentada encima de la mesa. - Sí, estoy bien, solo pensaba en cómo esto me recuerda al lugar donde vivía... - Le mandé una pequeña sonrisa y me encogí de hombros, quitándole importancia. 

- Lo entiendo, puede que todo esto te resulte un poco extraño y... asustadizo. Y mudarse puede parecer dificíl pero, hey, mira el lado positivo, ahora estás con nosotros, con el club de los perdedores. Ambos. Tú y Will ahora son perdedores. 

Sonreí, me sentía bien, me gustaba formar nuevamente parte de un grupo de amigos que me recordaba al club audiovisual, pero algo me decía que no debería de estar ahí, que no debería de estar en Derry. 

Algo andaba mal.

- Bev... 

- ¿Sí?

Estaba a punto de contarle todo, de contarle en realidad quiénes éramos, qué hacíamos ahí en realidad, dejarlo todo en secreto era difícil, decirle a Richie lo mucho que se parecía a Mike, decirle a los perdedores lo mucho que me recordaban a mis amigos... Pero no podía hacerlo. No podía decirles y arruinar la pequeña amistad que estábamos formando. 

Stranger Things & It (Bad Dream)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora