Ocaso perdido

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Una noche otoñal, una noche no como cualquier otra, esa noche magníficamente eléctrica como la rosa más roja, estrecha entre las otras, de esas con espinas, que en vez de pinchar te hipnotizan, no podía creer cuanto brillaba aquella noche la radiante y pálida luna, en aquél desliz donde vivíamos al fin.

Podía sentir con qué fin teníamos que sobrellevar el peso de las estrellas, con sus miradas puestas en ti, tu sonrisa era tan brillante como el diamante rosa de Paris.

No encontraba la mejor toma perfecta para fotografiar tu rostro encantador, ese rostro celestial, Dios me Bendijo. con tu belleza no hay dos,

Caminábamos cerca del amanecer, aún en el anochecer, en espera de la madrugada, para poder ver la negra noche aclarar con el radiante Sol, diciéndole hola a la hermosa luna, pues me contaron que entre ellos dos, una historia de amor se formó.


Era las Dos y cuarenta tres, caminábamos sin control por la cuidad, cantando nuestra canción, era magníficamente perfecta esa noche, Dios, no puedo olvidar; El recuerdo quedó, al igual que nuestra película (Lolita) ese films que nunca de nuestra mente salió.


Esa noche me contantes 10 secretos, el día anterior me dijiste que me contarías 16, y aún yo con mi inocencia creí que me contarías lo que no escucharía.

declararías tu amor a las carreteras vacías, y yo por fin con "El canto de las melodías" magníficas de Mozart, podría festejar hasta nuestra próxima reencarnación en donde podríamos vivir hasta la muerte, y ahí vivir por siempre en nuestras almas y creer que será para siempre nuestra vida en el umbral del limbo, donde de ahí no saldríamos hasta que el suceso Del infinito, nos volviera a unir al mundo mundano. A volver empezar de Cero.

(Todo eso pensé en ese momento)
._.

Las estrellas se alinearon en forma de Cometa, las siluetas de nuestras sombras eran perfectas, era hermoso verte sonreír, más en ti no comprendí, el cómo y por qué me trajiste aquí, a un lugar que nunca conocí, pero al ser sincero me encantó, desde ahí... Ese  lugar la vida me cambió.

Volviéndose así, mi lugar mágico, donde podría escapar de la tristeza, del miedo, del pavor, del dolor. Escapar del tormentoso día que nos alejó. "pero no quiero pensar en eso!", solo quiero volver a París y ahí vivir en nuestro recuerdo. Cuando del suelo una hermosa flor surgió y nuestro amor selló.


Hermoso lugar Paris ahí.

Faltaban Diez minutos para las seis, desde ahí podía ver, sentir el ocaso aproximarse, asomarse y saludar, marcar la hora para mencionar que el día acaba de comenzar, dejando atrás la mágica noche, y despertar de un sueño que nunca olvidó, pues el sol también esa noche se enamoró.

El acoso por fin llegó, el color más radiante que pudo ver/sentir, mi corazón.

De mi párpado una lágrima reboso, de ahí mi corazón se aceleró.

Acercaste tu mano a la mía, De ahí no lo creí, (¡¡No lo podía creer!!), En ese momento me Hele. De tal manera que la vista fija fijé a dirección al sol saliente, al amanecer horizontal, de ahí no volví a creer.

Tu mano rovosó, mi corazón en total se paró, al igual que de detiene el tren a más de mil millas, pues así forzosamente pude sentir el cantar de latir, lo sentí latir más que un motor.

Al instante en el que tomó mi mano, a los ojos me miró.

Con la torre Eiffel, la puesta de sol, el ocaso perfecto, esa sensación nunca mi alma la olvidó.

Este capítulo debió llamarse Noche mágica en París, más no entendí, por qué Paris en esos momentos no fue lo que vi.

Lo único que sentí fue a ti, la puesta del sol, tu calor, sentí todo menos París...

Pudo ser el epicentro, puedo ser el lugar, "el Bello cuento" que no se podrá olvidar, más mi alma siempre estará en el sitio especial, Junto mis recuerdos, más preciados que siempre estarán ahí hasta el final.

Tú sola presencia es la torre, tu solo suspiro es el ambiente festejo, algo no tan habitual, algo fuera de lugar.




Al final nuestro recuerdo perduró, pues ya conoces el resto de la leyenda "no certera", ya por lo visto olvidaste la carrera,

La cual le declaraste mi amor, la cual marcaste con manchas prohibidas pintando el concreto con lo más blando y sólido, lo que de tu cuerpo salió, cuando de noche la luna nos casó.


Ahora son las 3 de la tarde, el ocaso se perdió, ahora solo estamos el sol y yo, tu en Europa y yo en el sur pacífico escuchando tu canción, pasaron 6 meses, y no recibí ningún mensaje, aún estoy en la espera de la radio, para escuchar tu voz...

Parece algo loco, pero lo más cercanos que tengo a ti es un y mil recuerdos que siempre tengo dentro...


Mi único sueño en en estos momentos, es poder volver a ver tus ojos eléctricos, y gritar al cielo, lo que mis labios no pudieron gritar en aquel lugar que no podré olvidar.





Otoño del 2018

Poetry SummerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora