Capítulo IV: John.

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Al día siguiente no todo sucedió como siempre: fui a la universidad, después a la biblioteca y, antes de ir a mi casa, tuve que ir a comer con Zen, el Omega que ayudé aquella vez en la cafetería.
Después de que lo ayudé nos conocimos bien y nos hicimos amigos. Sé que es raro ver a un Alfa siendo amigo de un Omega, ya que se supone que debería de estar, como cualquier Alfa, cortejando al Omega, tratándolo mal y esas cosas, pero yo no era así.

-Hola, Wenn-me dijo con una sonrisa. Él estaba vistiendo una sudadera gris con un estampado azul marino, con 2 líneas azules en las mangas; un gorro azul marino, unos jeans negros y con unos tenis verdes. Se veía bien.

-Hola, Zen-dije, contestándole con una sonrisa.

-¿Cómo estás?

-Bien, ¿y tú?

-De maravilla. Bien, hora de comer-posicionó sus manos como si fuera a rezar, algo de las costumbres japonesas antes de comer. Después de que pedimos la comida empezamos a comer.

Zen se percató de algo que estaba saliendo de mi mochila: el gafete de aquel Alfa.

-¿Qué es eso?-dijo en un momento de detener la comida que estaba a punto de salir de su boca.

-Oh, ¿esto?-agarré el gafete y se lo mostré-. Es de un Alfa que se le cayó en una biblioteca.

-No sabía que los Alfas se robaban entre ellos.

-Bueno eso solo con las parejas, pero no intentaba robárselo, más bien regresárselo, pero fue demasiado tarde-iba a poner de vuelta el gafete en su lugar pero él me detuvo.

-Espera..., ¿puedo verlo?

-Claro-le extendí la mano para dárselo-, aunque no creo que tenga tanta importancia. Después de todo no lo he visto de nuevo.

-Espera...yo...conozco a este Alfa y su universidad.

-¿Cómo?, ¿en serio?

-Sí, pero...-agachó su cabeza, como si aquel Alfa fuera intimidante-, este Alfa es muy frío y rudo, no te recomiendo ir a devolvérselo, es probable que lo malinterprete. Podría hacerte daño.

-Pff- me reí fuertemente, sacando una que otra carcajada. Después me incliné para atrás (con mi silla) para intentar detener mi risa. Está claro que ningún Alfa ha podido intimidarme, yo era el líder-. Me gustaría verlo intentándolo-dije una vez recuperé mi aliento.

-Wenn, esto es en serio. Él sí es un Alfa serio.

¿Qué insinúa?, pensé.

-Tranquilo, no va a pasar nada. Lo tengo todo controlado; solamente quiero dárselo, no creo que haya ningún problema.

-Quizá pienses así, pero él...es difícil de tratar, rara vez habla con los demás y eso si son amigos y/o familiares. Pero si quieres intentarlo...

-Solo dime en dónde está esa universidad. No sé exactamente en dónde queda.

-Está bien, pero tendrás que dejarme ir.

-¿Qué? No puedes, es una universidad de Alfas, te harán papilla-dije preocupado y con una pequeña intensión de reírme.

-E...eso ya lo sé, por eso...

-¿Por eso qué?-levanté una ceja.

-Por eso vas a estar tú, para cuidarme-volteó a ver hacia otro lugar, tratando de evitarme.

-¿Pero qué?- volví a reírme, pero después llegó un momento en el que paré mi risa para ponerme serio, lo cual puso a Zen tenso-. Eso no va a suceder. Solo dame la dirección de la universidad y ya. Es demasiado peligroso. ¿Y si llega un momento en el cual nos tengamos que separar? ¿Qué pasará cuando lleguemos? Está claro que no puedes ir, ERES UN OMEGA-remarqué las últimas palabras con mi voz de Alfa, haciendo que él se estremeciera.

Alguien más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora