Capítulo VIII: Mate.

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¡Mierda! No lo podía creer, John...John...¡ERA MI MATE!. Jamás esperé tener a un Alfa de mate. Jamás; esperaba a una Omega sexy o incluso un hombre así, pero...¿¡Alfa!? Jamás me lo esperé, es...increíble.

Ayer cuando me besó y me dijo que era suyo el corazón me latió a mil por hora y, de hecho, nos habíamos dado cuenta de que éramos mates:

Flashback:

-Eres mío-volvió a repetir otra vez mientras me daba una sonrisa.

-¿Có...cómo?-dije sorprendido-¿Acaso eres...mi Mate?

-Sí, ahora eres mío, por siempre y para siempre-apretó más su agarre.

-Mierda, deja de apretarme tanto, joder-traté de safarme de su agarre pero no funcionó-. Además, no creo que seas mi Mate, eres un Alfa y yo igual. No podemos estar...

-¿Y qué? Así lo decidió la Diosa Luna, no podemos desobedecerla, además...-miró todo mi cuerpo-, no te ves tan mal-sonrió.

-Sí bueno, soy un Alfa ¿qué esperabas?-sonreí con orgullo-, pero...desde la primera vez que te vi había percatado un olor embriagador que pensaba que eras tú pero no quería tragarme esa cruda realidad.

-¿Estás tratando de decir que te doy asco?-frunció su ceño.

Sí, pensé, o simplemente me cuesta aceptarte.

-No, es solo que...¿dos Alfas? Jamás lo creí posible.

-Pues créelo porque así es la verdad. Ahora somos Mates, amantes y nada puede cambiar eso. Yo...te acepto como mi Mate, Wenn-se acercó otra vez a mis labios y me besó, de nuevo.
Esos labios que tanto he deseado me volvían loco. El olor llegó otra vez a mis fosas nasales y me invadió el deseo de querer hacerlo mío, de marcarlo.

Posé mis manos en su cabeza y lo empecé a alejar de mí lentamente para después pasar mi lengua por su cuello hasta llegar a su pecho.

-Mm...veo que estás muy excitado, no te preocupes, yo también-dijo y sonrió para después acostarme en la banca y posicionarse encima mío-. ¿De verdad quieres hacerlo aquí?-sonrió con lujuria.

Hubo un momento de silencio en donde yo estaba pensando en cómo coger a aquel Alfa, en cómo hacerlo mío. Estaba tan consternado en mis deseos y excitación que no me di cuenta de que él me estaba subiendo la camisa, dejando a la vista mi cuerpo bien fornido.

-¿Qué mierda haces?-digo para después detenerlo.

-Mm...veo que tienes un buen cuerpo, eh-se relamió los labios.

-Joder-me separé de él y me levanté para después mirarlo y chasquear la lengua al momento en el que recibí una sonrisa burlona de él.
Después de eso me volteé hacia mi izquierda y me percaté de que había una Omega con su hijo en brazos mirándonos con una cara de asco y, a la vez, sorprendida.

-Mierda-dije.

Fin del flashback.

Ahora estoy de camino a la biblioteca, acababa de salir de clases y...Lo sé, sé que si voy a la biblioteca voy a volver a ver a John, pero era el único lugar en donde podía hacer la tarea o estudiar. No tenía de otra.

-Hola Wenn ¿Cómo has estado?-preguntó Kennie.

De lo peor, pensé

-Bien, ¿y tú?

-Wenn, sabes que no me puedes ocultar nada, ¿verdad?-me miró atentamente a los ojos.

Di un suspiro antes de decir algo.

-Siempre lo descubres, ¿no, Kennie?-alcé una ceja.

-Claro, te conozco muy bien Wenn. Ahora dime.

-Ah, bien. Es que...he encontrado a mi Mate-dije para después dejar mi mochila a un lado mío y sentarme enfrente de ella.

-¡Eso es genial! Y dime ¿es linda?

-Bueno...-bajé mi cabeza en busca de palabras para poder decirle lo que pasó.

-Wenn ¿estás bien? No te ves muy alegre. Tú siempre has deseado encontrar a tu Mate, tanto que a veces pensabas que era yo-sonrió.

-Sí, pero mi Mate no es...lo que esperaba.

-¿Cómo?

-Es un Alfa, un jodido Alfa: sexy, increíble, adorable, fuerte y fornido-dí otro suspiro-. Pero...me vuelvo jodidamente loco cuando estoy con él.

-Wow, eso...Jamás creí que se podía una relación así-se llevó su mano a la boca tomando una posición de pensadora-. Pero quién soy yo para juzgar, si lo amas, adelante, ve con él-sonrió amablemente.

-No es fácil, Kennie. Preferiría estar contigo, amor-le guiñé el ojo para después acercarme a ella, y estaba a punto de darle un beso pero me detuvo con su dedo.

-Tranquilo mi Alfa, tienes que calmar tus hormonas si no quieres ser expulsado de aquí-se burló-. Ahora dime...¿lo amas?

Puse cara de desesperación y volví a posicionarme como antes.

-No lo sé, supongo que a veces sí y a veces no. Es que su olor me excita, todo de él, de hecho; pero a veces me pregunto si una relación así está bien-posé mi mano en mi cabeza para sostenerla mientras mi codo se apoyaba en el escritorio-. Él es jodidamente sexy-me relamí los labios-. Hasta podría foll...-en ese momento, Kennie me puso su mano en mi boca para impedirme hablar.

-Eh, tranquilo lobito-guiñó su ojo derecho-, eso dilo en su cara, no en la mía-quitó su mano para volver a la posición en la que estaba.

-Bueno, como sea-me levanté de mi asiento y agarré mis cosas.

-¿Ya te vas?- un sentimiento de morriña no tardó en aparecer en su rostro. No me gusta verla así, me lastima el corazón.

-Tranquila amor, vendré luego. Lo prometo-le dí un beso a distancia.

-Bueno, hasta pronto...mi alfa-me devolvió el beso a distancia y yo me relamí los labios.

Cuando me volteé hacia donde estaba la salida, me enontré con alguien que jamás quise encontrarme ya. No ahora.

Mate, pensé.

-Por fin te encuentro, amor-me guiñó un ojo para después acercarse a mí.

Mierda, pensé.

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