Desperté en la enfermería de la escuela, la cual había visitado en varias ocasiones a causa de mis "mareos" durante mis años en aquel centro. Por eso mismo, la reconocí de inmediato. Estaba estirada en esa cama, un tanto dura para mi gusto, tapada hasta el pecho y con un par de miradas clavadas en mí.
A pesar de que lo veía todo borroso por la poca costumbre a la luz, supe que una de aquellas personas era Kevin. Al parpadear un poco, mi visión volvió a la normalidad para dejarme observar quién más esperaba por mí.
- ¡¡Jane!! ¿Cómo te encuentras? Dios... casi me das un infarto al tardar tanto en el baño... -El moreno posó una de sus manos en su pecho mientras suspiraba aliviado al verme con los ojos abiertos.
Sin contestar, me di cuenta de que estábamos completamente solos en aquella sala. Busqué bien con la mirada ese segundo sujeto porque ¿no había dos personas justo cuando desperté? Seguramente, la confusión sería a causa del golpe o de la caída... cada día me quedaban menos neuronas vivas, já...
- ¿Jane? -El chico preocupado me llamó de nuevo al ver que no respondía a su cuestión.
- Estoy bien... aunque... me duele mucho la cabeza. Espera... ¿Has entrado al baño de las chicas? -Alcé una de mis cejas analizando a mi amigo, el cual negó rápidamente con ambas manos.
- Le dije a una de primero que entrara a verte. Pensé que tardabas mucho... hasta para tener estreñimiento. -Ya volvió el humor de ese chico quien ahora reía para animarme ante su propia broma, consiguiendo que también esbozara una sonrisa.
- Seguro que has seducido a esa pobre chica con tus ojitos de cachorro abandonado. Eres un playboy. -Negué con la cabeza indignada aunque no pude ocultar mi risa, que fue acompañada por la expresión de "Me has pillado" de Kevin.
Ese día me enviaron pronto a casa, saltándome las últimas horas. Era inicio de curso y ya había perdido varias clases como cada año. Los profesores estaban informados de mis faltas aunque desconocían el motivo real de mi ausencia o malestar. El centro pensaba que estaba medio enferma y que me daban recaídas cada ciertos días, obviamente, no les pensaba contar el problema con los espíritus.
Pasé todo lo que quedaba de día estirada en la cama, descansando en mi cuarto mientras reflexionaba de los hechos que habían ocurrido recientemente. Cuando uno está en silencio, tiende a pensar más de la cuenta... tanto que el sueño no acudía a mí.
Por un lado, estaba la caja vieja que me envió mi abuelo antes de morir. Esa contenía cientos de información relacionado con el otro mundo. Al acordarme, me levanté perezosa de aquel lugar sagrado y abrí el cúbico para tomar uno de los libros. "Remedios contra todo mal." Reí pesadamente ante el título, puesto que no era muy original, aun así lo abrí con curiosidad de saber qué contenía ese montón de papeles viejos.
Para mi sorpresa, ese libro estaba escrito a mano. Además de estar ilustrado con dibujos que acompañaban cada palabra grabada en aquellas páginas amarillentas que luchaban contra el paso del tiempo.
- "El fin de nuestros días llegará cuando los muertos no se sientan a gusto en su umbral y deseen también vagar en nuestro hogar." -Murmuré aquella frase, esa predicción que mi abuelo había comentado en su carta. ¿Ese era mi trabajo? ¿Impedir la unión de ambos mundos?
Aunque no lo entendía bien, puesto que yo era capaz de ver ambas almas, sabía que si los muertos conseguían interactuar con libertad en nuestra dimensión, todo cambiaría para peor. Miedo, terror, caos... todo se volvería negro y rojo, rojo de tanta sangre derramada. Sería una lucha territorial como muchas que salían en las noticias.
Suspiré sin saber por dónde comenzar. Había tantas cosas que desconocía que era imposible empezar a resolver ese problema sola. De repente, un nombre apareció en mi mente: Josh. El amigo que mi abuelo nombró podría ayudarme, tenía que intentar contactar con él antes de meterme en un lío.
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Poor Dead Boy
Paranormal[EN CURSO] Jane Winchester, 18 años. Una chica con un don especial. Kevin wang, 18 años. Un mejor amigo frustrado. Ian, edad desconocida. Un fantasma "acosador". - "No tengo tanto tiempo como para desperdiciarlo con los problemas de gente ya muerta...