I tried. JJK

Extra 3.

-Jeon... Te dije que no teníamos que salir del país para tener una luna de miel "memorable"- los invitados a nuestra boda seguían en nuestra casa, Jimin fue designado para continuar con la fiesta luego de que nos despedimos. Cambiamos nuestros trajes por algo más cómodo y estábamos ahora sentados en primera clase en un vuelo a nunca jamás, porque mi queridisimo esposo no había gustado decir dónde iríamos, mientras tanto él tomaba mi mano y besaba cada dedo de ella mientras sonreía.

-Oye, vamos, necesitamos hacerla inolvidable, y para mi hermosa esposa, sólo lo mejor- dió un beso estruendoso al dorso de mi mano, luego acarició mi mejilla.

-¿Al menos me dirás a dónde iremos? - él sonrió cerrando sus ojitos y negando con la cabeza.

Entonces me recosté sobre su hombro y me dispuse a dormir, tiempo después sentí su respiración acompasada. También él se había dormido.

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-No... Puedo... Creerlo- dije mirando aquel camino entre la naturaleza por el cual nos guiaba nuestro chofer -Jeon... ¿cómo es que tú supiste...? - los ojos se me pusieron llorosos y él me abrazó para luego besar mi cabeza.

-¿Que siempre habías querido venir a la Toscana?- me apretó a su cuerpo y yo comencé a besar su pecho causando su risa -No sería un buen esposo si no conociera tus deseos... - sonreí y lo abracé fuertemente -Eso, y que tu hermana tuvo la amabilidad de informarme tu deseo cuando estaba muriendo porque no sabía cuál sería el lugar perfecto.

Reí y estiré mi cabeza para besarle, el gustosamente me recibió con una sonrisa.

Llegamos un tiempo después a una agradable casa rústica, en medio de la nada. Sólo vegetación y un agradable lago se veían en el paisaje, Jeon le dió instrucciones al chofer de quedarse en la casa de los empleados que estaba a unos setecientos metros de la que por esa semana sería la nuestra. Bajamos el equipaje, y Kookie me iba explicando muchas situaciones. Al parecer alquiló el lugar y quienes lo limpiarían, lo harían cuando estuviésemos de paseo conociendo los lugares que él mismo había buscado para que nos divirtieramos.

La casa era enorme, mucho más de lo que se veía por fuera. Cada espacio estaba iluminado por luces amarillas. Había una chimenea en la sala de estar. Cuando terminamos de recorrerla, llegamos a la habitación principal, donde dormiríamos. Anteriormente, Jeon y yo cenamos cuando bajamos del avión, eran las diez de la noche cuando aterrizamos, pero aún así moríamos por comer algo.

Me dijo que podía ir a bañarme en la ducha del primer piso, que él buscaría las llaves de la habitación principal porque al parecer habían dejado la puerta con llave.
Asentí y tomé mi maleta, moría por tomar una ducha, y además tenía otra sorpresa para él...

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-Amor... ¿Estás lista? Ya conseguí las llaves- habían pasado unos veinte minutos, y yo aún no terminaba de arreglarme.

-Salgo en unos minutos más, ¡espérame allá!- dije terminando de aplicar mi mascarilla de labios, era maravillosamente rápida para actuar.

-Está bien cariño, pero apresúrate, te extraño- sonreí como una idiota. Una idiota muy enamorada.

Pasaron unos quince minutos cuando por fin me sentí preparada. Había comprado una bata para dormir blanca, bastante linda a decir verdad, también llevaba lencería del mismo color debajo de ella, esperaba que le gustara. Pensar en él de esa manera me hacía sonrojar... Dejé mi cabello suelto luego de lavarlo y secarlo, las ondulaciones naturales aparecieron y limpié completamente mi rostro del maquillaje que llevaba más temprano ese día.

Dejé mis cosas en aquella habitación y subí silenciosamente al piso donde se encontraba mi ahora esposo.

-Jeon...- él se encontraba al borde de la cama de aquella habitación. No podía creer lo que veían mis ojos.