Ya ha pasado un año desde que paso el accidente de los dragones, nunca supe lo que me paso aquel día, Deliz estaba inconsciente y el profesor me evitaba cada vez que le habla de ese tema. Por otro lado todo iba muy bien con el único cambio de que el entrenamiento se había intensificado en respuesta a los constantes ataques y las bajas en la guardia para así poder sustituir a los soldados caídos por egresados de la academia.
Como todos los sábados a todos no llegaba correspondencia de nuestras familias, mi madre siempre me mandaba unos de sus postres y una carta y yo le mandaba una foto en un lugar diferente de la academia o con un amigo. A todos le llegaba correspondencia menos a Jess, nunca la he visto retirando una carta.
Matt -Iram vamos para la plaza-
-Ya quede de ir con Jess, Deliz y los gemelos-
Matt -Ok-
Me fui para la plaza pensando en que foto le mandaré la foto a mi madre.
-Iraaaaaaam- me llamaron todos a la vez.
-Hola-
Jess -¿Como esta?-
-Con mucha hambre-
Luke -Como siempre-
Deliz -Tanto que come y no engorda-
-Algún día Deliz-
Ordenamos la comida luego de comer los gemelos se marcharon. Dijeron que tenían que practicar un ataque combinado. Y Deliz dijo que tenía que descansar ya que ayer tuvo una práctica.
-Jess necesito una idea para mandarle una foto a mi madre-
Jess -¿Cómo se llama tu madre?-
-Jessi, ya tengo una idea para la foto, vamos a tomarla-
Jess -¿A dónde me llevas?-
-Es una sorpresa-
Jess -Ok-
-Jess ¿porque no te llegan cartas de tu familia?-
Cuando le hice la pregunta inclino el rostro y vi como una lágrima bajaba por su mejilla.
-Perdón no quería hacerte sentir mal-
Jess -No, no te preocupe ya estoy acostumbrada a que me hagan esa pregunta pero no puedo evitar llorar cada vez que me acuerdo de aquel día-
-¿Y qué fue lo que pasó aquel día?-
Narra Jess
-Hace ocho años cuando apenas tenía siete años de edad pasos algo que iba a marcar toda mi vida. Ese día todo comenzó como siempre, un día completamente normal hasta que en la tarde se escucha una gran explosión en el centro de Blanch la ciudad donde vivo. Poco tiempo después tocan a la puerta dos soldados a buscar a mis padres que eran considerados los cazadores más poderosos.
Mamá -Jess quiero que obedezcas a tu madre y te quede en la casa y no salga-
Inmediatamente sale de la casa sin decirme otra cosa. Por desgracia mía no obedecí a mi madre y fui de tras de ellos. Cuando llegue al lugar de los hechos veo como mis padres estaban peleando contra un dragon real, vi como el dragón tenia acorralado a mis padres. En un momento de la increíble pelea el dragón se detiene y me mira a los ojos, con tan solo una mirada sentí todo el poder que tenía el dragón y como el miedo recorría mi sangre. El dragón fue a atacarme mi piernas no respondía del miedo, veía como sus garras se acercaban a mi cuando de repente veo un cuerpo que se pone en medio y es atravesado por las garras del dragón. Cuando mis ojos se adaptan bien a la situación me doy cuenta de que era mi padre que se sacrificó por mí. Las lágrimas corrían por mi cara, no podía dejar de llorar
El dragón intenta atacarme, pero mi madre se puso en medio, el dragón tenía una gran fuerza y con solo agitar sus alas nos mandó a volar a mi madre y a mí. Sentía un gran dolor corriendo por mi cuerpo, mi vista estaba nublada y mi cuerpo no reaccionaba. Solamente escuchaba la voz de mi madre.
Mamá -Jess quiero que te cuides muchos, quiero que entres a la academia y sea una buena estudiante, no deje que otra persona te haga sufrir y lo más importante quiero que vivas una vida feliz sin remordimiento, sin odio y no sufras por lo que paso, se feliz porque paso, adiós-
Esas fueron las últimas palabras que escuche de mi mama acto seguido me dio todos su poder para que yo pudiera vivir. Mi cuerpo, ya que era muy joven, no aguanto tanto poder y el poder que sobro se manifestó en mi ojo izquierdo y gracias a eso pude ver algo antes de caer inconsciente, lo que vi fue como mi madre murió con una sonrisa en su rostro. Eso es todo lo que recuerdo.
Narra Iram
Veía como las lágrimas corrían por su rostro sin para y la agarre y limpiando sus lágrimas.
-No llore y sigue el consejo de tu madre y se feliz porque tuviste buenos momentos con ellos-
Jess -Ok, gracia-
-Mira ya llegamos-
Jess -Pero si fue aquí donde no hicieron la prueba-
-Colócate en el centro y sonríe-
Jess -¿Me tomaras la foto a mí?-
-Si-
Reverso de la foto
Hola mamá ella es Jess, la conocí el primer día de clase y no hicimos buenos amigos, ella me acuerda mucho a ti no solo por el nombre sino por su actitud alegre, compasiva y adorable.
Adiós, te quiero.