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— Dios mío!— exclamo viendo el desastre de la habitación, habían vidrios rotos en el suelo, ropa por todos lados, escombros,libros y astillas de madera.

En pocas palabras aquella habitación era un completo desastre y entre este, sobre la cama yacia un vampiro rubio leyendo un libro viejo y gordo, parecía muy tranquilo, nada que ver con el desastre que le rodeaba.

- No debiste haber venido.- hablo con voz ronca, sin verla a los ojos.

- Créeme si por mi fuera, no hubiera venido siquiera.- mascullo esquivando partes de madera, supuso que era parte de algún mueble que fue víctima de la irá de carlisle.

- ¿Entonces por qué viniste?

Ella dejó de observar el suelo, para posar sus ojos en el vampiro holgazán que estaba en la cama.

- Te recuerdo que tienes hijos que se preocupan por ti.- hablo con molestia.- No puedes encerrarte en una habitación por días, sin esperar que alguien no se preocupe por ti.

- Ellos pueden cuidarse solos.- mascullo con voz ronca pasando de hoja, Kayra rodó sus ojos y con un simple movimiento de manos, una estela dorada tiro el libro lejos de él.

Carlise le vio completamente sorprendido, y ella ni se inmuto.

- Puedes mentirle a ellos pero no a mi, Carlise.- hablo suavemente viéndole sería.

- ¿como hiciste eso?

- No cambies de tema.- hablo cansada, deseaba estar lejos de ahi. - Tienes que dejar fluir ese dolor o te terminara matando.

- no sería mala idea.- hablo tras unos segundos. Ella alzó una ceja.

- Es la manera más ridícula de morir! Esa muerte es la más cobarde de todas! Tienes que luchar en contra del dolor!

Carlisle posó su mirada oscura en Kayra, en ella de reflejaba el dolor que no dejaba salir. Relamio sus labios y dijo.

- No.

Kayra volteó a verle con incredulidad

- ¡Tan siquiera hazlo por tus hijos, no dejes que ella gane.!

- No.

Kayra suspiro tratando de sacarse el malestar de su cuerpo, no debía perder el control.

Se acercó al vampiro y se sentó a la orilla de la cama, Carlisle ni se inmuto recargo la cabeza en el respaldo de la cama viéndole.

— oye— suavizó lo más posible la voz, sabía lo que el estaba pasando, no era nada fácil, así que trato de hacerle entender de manera amigable su opinión.—  está bien estar mal a veces, no todo el mundo puede contener sus emociones. Se que nuestra condición no permite que lloremos, pero sí que sintamos.— Vi los dibujos del tapiz de las paredes no teniendo el valor de verlo a él.— Se que la amas, deja que el dolor fluya, no trates de contenerlo más.

El silencio respondió y kayra al ver que no planeaba decir nada más, asintió lentamente negándose a discutir, o insistir, no quería perder el control por una pelea sin sentido,  estaba arrepintiéndose de haber aceptado el ir ahí.

- Bien, has lo que quieras.- gruño para después caminar hasta la puerta de la habitación.

Estaba a nada de cruzar el umbral cuando algo la tomo del brazo bruscamente, su espalda choco contra la puerta cerrandola de un golpe, ella volteó molesta dispuesta a gritarle, pero fue callada bruscamente cuando algo se presionó contra sus labios.

Carlise la estaba besando.

Todo había pasado muy rápido, no podía moverse, el vampiro se encargo de tomar su cintura firmemente, no dejándola ir.

RESILIENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora