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Nueve meses después.

Alice, Bella y Edward yacían frente a los Vulturi, Aro sonreía enormemente al verles tan asustados, olfateo el aroma de la sangre humana y relamio sus labios.

— Me sorprende que todo se haya solucionado Edward.— hablo el vampiro con voz cantarina.— Hablaste con Kayra y tú bocadillo sigue vivo después de todo. ¡Es un final Feliz!

Edward hizo una mueca, no todo se había solucionado, solo había discutido con su padre por teléfono al no querer pasarle a kayra para disculparse, agregándole que Isabella estuviera literalmente a nada de morir drenada por el clan.

Se culpo por lo que sucedía.

Tras leer la carta que le había dejado donde Kayra se disculpaba por no haber sido una buena madre, y haberle mentido, la realidad cayó en su cuerpo, había lastimado a la mujer que amaba en verdad y angustiado ante la idea de perderla para siempre corrió en su búsqueda durante meses.

La culpa comenzó a carcomerlo vivo, se alejó de todo, pero jamás encontró algun indicio de dónde estaba, nadie sabía dónde se encontraban, Carlisle se había encargado de ello, decía que no quería perturbar la paz que sentía kayra.

Edward se iba a rendir, hasta que Alice se compadeció de él, y le ayudo a buscarla, cuando planeaban ir a buscarlos tras una intensa llamada con su padre,  su hermana vio como Isabella moría en un accidente de moto.

Edward no pudo con otra culpa, así que decidió acabar con su vida, Alice fue por Isabella tras comprobar que seguía viva y  siendo la persona más cerca que encontró la llevo consigo para convencer a su hermano de no hacerlo.

Habían llegado a tiempo, pero fue tarde, los Vulturi los habían visto.

Ahora sabían de la existencia de Isabella, y tenían que convertirla en uno de ellos.

Edward solo podía pensar en lo estúpido que había sido, y en lo mucho que su madre se molestaría.

Aro se acercó a Isabella que se tenso ante la cercanía, y este al estirar su mano, espero a que la humana lo tocará.

Isabella tras un asentimiento de Alice, tomo su mano. La risa de Aro resonó en todo el lugar alterando los nervios de los Cullen.

— Impresionante! No puedo ver nada!— Chilló, soltó su mano.— Tendrás un don Impresionante cuando te vuelvas una de nosotros.

Isabela alzó la vista viendo al líder que caminaba a su trono, y pronto olvidó por completo que todos ahí tenían un oído supersónico cuando ella pronuncio en un jadeo.

— ¿Como el de kayra?

Alice abrío sus ojos enormemente y Edward se tenso por completo, su hermana adoptiva le dio una mirada de indignación y decepción que le dolió al vampiro.

— Cállate bella.— gruño Edward en un susurro que ofendió a la aludida.

Aro,pudo haberlo dejado pasar, pero al ver la reacción de los Cullen, supo que había algo más detrás de todo eso.

— Que tiene de impresionante el leer historias?— pregunto Marcus aburrido, el preferiría estar leyendo algún libro de su biblioteca en vez de estar ahí.

— Bella adora a kayra — respondió Edward rápidamente, quería distraerlos de alguna manera, si su corazón latiera estaría palpitando como un colibrí.— Adora su don.

Aro le ignoro, y estiró su mano hacía Alice que veía aterrada a su hermano, ninguno sabía que hacer, la vampira veía a su hermano con desesperación e incredulidad. Había divulgado a la humana el secreto que Kayra ocultó toda su vida.

Edward bajo la vista impotente maldiciendo aquella vez en la que comentó sobre el poder de su madre, queria llorar y ya no despertar pero, nada de eso ocurrió.

Alice no tuvo otra opción, así que  le dio su mano a Aro que ante el toque, los ojos del líder se abrieron de impresión y la soltó con una gran y demoníaca sonrisa.

— Tal parece que la pequeña Kayra tiene un segundo don.— comentó a los otros líderes.

— Es imposible.— grito Marcus al borde de su asiento, en sus años de vida jamás había visto algún vampiro con más de un don.

— No lo es.— Hablo Aro al tomar la mano de un débil y derrotado edward.— Pero me temo que sus hijos solo saben un poco de eso.

— ¡Nos ha mentido! — chillo Caius levantándose rápidamente de su asiento.

— Sh.— silencio Aro a sus hermanos, luego sonrió.— Debe de tener sus razones. ¿Saben que? Me encantaría visitarlos

— Están de viaje.— respondió Alice temblorosa.— No sabemos con exactitud...

— En ese caso querida.— interrumpió Aro viendo a la vampira.— Les daremos tiempo, tenemos unos pendientes que atender antes de verlos, así que, ¿les parece que les otorguemos un mes para que vengan a visitarnos.?— pregunto burlón.

—Me parece justo. — intervino Caius, sus ojos brillaban ante la idea de una próxima pelea, posó sus ojos en los Cullen y espero una respuesta.

Alice simplemente asintió, incapaz de pronunciar palabra alguna, sus ojos yacían brillosos ante las lágrimas estancadas.

Aro sonrió sínico, asintió y camino a su trono de nuevo, dejandolos ir.

Cuando salieron de ahí, caminaron unas cuadras en silencio con la humana pisandoles los talones. Cuando en un callejón un borrón se lanzó contra Edward que se estrelló contra la pared haciéndola crujir.

Bella soltó un grito ante el movimiento repentino y cuando el polvo se esfumó, vio a Alice tomar del cuello de la camisa del vampiro con una mirada filosa y llena de ira.

— Que es lo que has hecho?!— mascullo entre dientes, en un siseo conteniendo la furia.

— Lo siento.— hablo Edward incapaz de verle a los ojos, Isabella a su lado gritaba que se separaban pero ninguno la escuchaba.

— ¡Mamá confío en ti! ¿Y así le pagas?!

Tras un segundo de silencio, la vampira lo soltó, y camino fuera del callejón, siendo seguida por Isabella que se encontraba confundida ante su repentino enfrentamiento.

Edward solo se mantuvo en silencio, con el arrepentimiento latiendo en su cuerpo, cerro sus ojos angustiado.

Habían condenado a su propia madre.

Fin de la primera temporada.
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Corre! Lee el siguiente capítulo!!.
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