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Carlisle corrió lo más rápido que pudo con kayra entre sus brazos, sentía las vibraciones del suelo en sus pasos y el revolotear de los árboles haciendo a las aves volar despavoridas.

Pronto sus pies perdieron el control y cayó al suelo ante el movimiento brusco de la tierra, más no soltó a su mujer en ningún momento.

Trato de levantarse pero las vibraciones que el poder de kayra causaban, le impedía siquiera el ponerse de pie.

Tomo a Kayra entre sus brazos y la sentó en su regazo, tomo su rostro notando la mirada afligida y con dolor de la castaña que se perdía en algún rincón de su mente.

— Kayra, mi amor. Tienes que calmarte.— pidió entre jadeos asustado por el brusco movimiento de su alrededor, estaba preocupado por la manada, su familia y el pueblo, sabía solo un poco de lo que los poderes de la Nova, y lo que veía en esos momentos le decia que el solo conocía la superficie de aquel don que tanto la atormentaba.

Kayra no respondió, su mirada dorada yacia perdida en la nada pura, estaba en una especie de trance.

Los cientos de recuerdos que había escondido por siglos en su mente habían vuelto golpeándole con fuerza, el dolor seguía ahí después de todo ese tiempo, eran demasiados sentimientos en menos de un día y la mente de kayra trataba de asimilar cada uno.

Edward había roto uno de los muros que ella había construido con recelo para poder continuar viviendo y los recuerdos junto con sus sentimientos salieron por aquella fisura como si de una fuga se tratase.

Kayra se sentía morir, estaba agobiada por tanto pero no podía demostrarlo, todo aquel problema era solo entre kayra y su mente, nadie más que ellos dos.

Estaba sola de nuevo, y eso comenzaba a carcomerla, hasta que lo escucho.

— Kay, por favor.— pidió Carlisle desesperado acariciando sus mejillas, la mirada en los ojos de su amada le asusto terriblemente— Todo estará bien, estoy aquí, y no pienso irme a ningún lado.

La apego a su pecho con fuerza, besando su cabello múltiples veces diciendo palabras dulces queriendo calmarla.

Y funcionó.

El suelo dejo de temblar poco a poco al igual que los árboles, y pronto kayra se removió levemente, volteo a ver a Carlisle y parpadeo.

— ¿Carlisle?

El aludido sonrió aliviado y acaricio su mejilla levemente.

— Aquí estoy mi amor.

Ella volteo a todos lados notando las grietas del suelo que les rodeaba y las múltiples hojas de los árboles en el suelo, trato de levantarse pero fallo cayendo al suelo siendo detenida por el doctor.

— Cuidado.— Musitó tomando su cintura.

— ¿Fui yo no es cierto?— murmuró viendo el desastre, Carlisle no respondió y ella cerró sus ojos.— contestame.

— Si.— respondió rendido.— Nadie salió herido, todo está bien.

— No! Nada está bien!— chillo frustrada soltandose de su agarre.— Pude haberlos matado!

— No fue tu culpa.— trato de tomar sus manos.

— Si lo fue! No debí dejarme debilitarme de esa manera, no debí siquiera venir aquí!

Carlisle la tomo de la cintura al oírle y negó varias veces.

— Escúchame, lo que pasó no fue tu culpa, Edward jugo con tu mente, fue su poder el que te hizo descontrolarte.

— Yo debo saber controlarme.

— No siempre se puede. Lo sabemos bien.— contesto con pesar juntando sus frentes.— Él hizo mal, apesar de saber lo que podría pasar.— tomo su mentón alzando su mirada.— No fue tu culpa, ¿oíste bien? No lo fue.

Kayra asintió levemente y se abrazo a él con fuerza, Carlisle correspondio el gesto sintiendo una ira profunda hacia el causante del dolor de su mujer.

Sin embargo se quedó en silencio protegiendo a Kayra entre sus brazos, había visto el dolor puro en sus ojos y se negaba a volver a dejar que eso pasara.

Beso su frente y tomo sus manos.

— Vamos a casa, tienes que descansar.

Con su agarre firme en su mano, la guío hacía su hogar, sus hijos al verlos corrieron hacía su madre y ella retrocedió varios pasos antes de que la tocarán.

— Por el momento no se acerquen, no hasta que esté segura.

Los chicos comenzaron a parlotear siendo detenidos por Carlisle.

— Obedezcan a su madre.— pidió severo sin soltar a la vampiresa.— Hablaremos después.

Sin más subieron a la habitación de Carlisle, tenía un pequeño sofá largo en medio de varias estanterías de libros y el rubio se acostó ahi con kayra sobre él, pego su mejilla en su pecho y cerró sus ojos sintiendo las caricias de su pareja en su cabello.

— Perdón por meterte en este embrollo.— susurro jugando con el botón de la camisa del vampiro.

— No tienes que disculparte de nada mi cielo.— murmuró apegandola a su cuerpo aún más si era posible.— Todos pasamos por un descontrol alguna vez.

— Tarde mucho en recuperarme cuando lo tuve por primera vez.— respondió sin dejar de juguetear con el botón.— Temo no poder recuperarme.

Carlisle tomo la mano que jugaba con su camisa y la llevo a sus labios.

— Está vez yo estaré contigo y prometo no dejarte caer.

Kayra alzo la vista hacia Carlisle que le vio intensamente, la vampiresa sintió una presión en su pecho, y sintió las ganas de llorar, pero no lo hizo.

Simplemente se inclino sobre el besando sus labios profundamente demostrando así su eterna gratitud.

Le quería tanto que no había palabras para expresar su sentir. Y ese gesto fue perfecto para el momento.

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MAJO
4-01-2020

RESILIENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora