CAPITULO 10: ADVERTENCIA

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ROSALIE

Tenía tanta curiosidad por conocer a la reina de este lugar que me escabullí de mis damas cuando se descuidaron. Caminé por pasadizos hasta que me perdí.

Pero era una princesa, había llevado mi tiara conmigo para que ningún hombre ordinario, si es que me cruzaba con alguno, se aventure a mirarme siquiera. Me encontré con muchos pajes, doncellas y demás gente sin importancia.

Llegué a unos jardines, o lo que quedaba de ellos porque parecían congelados, me abrigué más y caminé unos pasos por unos setos tan altos como muros, imaginaba que en primavera o verano esto sería un jardín verde, tal vez un laberinto. Había una fuente congelada y me detuve a observar unos tallados de cuervos, era tétrico.

—Una dama tan hermosa no debe andar sola— escuché una voz sensual detrás de mí. Me giré a verlo.

—Sólo estaba mirando, es un lugar hermoso y siniestro— dije admirando las paredes del castillo y los decorados.

—Si, todo aquí es como la reina, hermosa y terrible— dijo.

— ¿También viene al torneo?— pregunté.

—Sí. Vine a probar suerte, soy el rey Royce II de Rochester— me sonrió.

—Gusto en conocerlo, soy Rosalie de Burgundia— le tendí mi mano, la besó casi con frenesí.

—Princesa Rosalie, hermana de Jasper. La pedí en matrimonio la primavera pasada, si la hubiese conocido antes habría insistido hasta obtener su mano— me dijo con una amplia sonrisa, me miraba como si fuera a comerme, me dio miedo.

—No sabía que había pedido mi mano— murmuré.

—Típico de Jasper el soberbio— se rió.

—Mi hermano no es soberbio, debió tener sus razones. Y estoy segura que él no daría mi mano sin mi consentimiento— le dije orgullosa.

—Pero oí que ya ha dado tu mano por una buena parte de un tesoro, que buen negocio le resultaste— se rió.

—No me ha vendido, si es lo que piensa. Mi prometido es el rey de Xantia y yo estuve de acuerdo— le aseguré.

No me di cuenta que habíamos seguido caminando algo más alejados del castillo.

—Yo también soy muy rico si lo que buscas es oro, aunque ahora no estoy interesado en princesitas. No cuando hay una reina se ofrece como Bella de Islandia— murmuró, me ofendió su comentario.

—Pues es mejor que practique porque le va a ser muy difícil conseguir este reino— me estaba marchando cuando me tomó de una mano y me jaló hasta su pecho, empecé a temblar como una hoja.

—Quiero practicar como domar una yegua salvaje. Parece que en tu país las mujeres no saben tener la boca cerrada— me besó con fuerza, podía sentir el alcohol en su aliento, traté de zafarme pero él era muy fuerte, lo mordí con mucho coraje, quería salir corriendo pero me empujó hasta la pared más cercana y quedé sin aliento.

Sentí sus sucias manos acariciando mi cuerpo, buscaba los broches de mi vestido, apenas recuperé el aliento grité con toda mis fuerzas pero al instante volvió a taparme la boca con la suya, estaba asqueada, quería que parara, que me dejara ir, deseaba tener la fuerza de los hombres, de la reina de este lugar para poder patearlo y destrozarlo con mis manos. Pero no tenía esa suerte y este hombre me tomaría por la fuerza, a mí, una princesa, usada como cualquier mujer. Me daba mucha tristeza, así debían sentirse las mujeres comunes todo el tiempo, temiendo por su virtud, por ser tomadas a la fuerza. Tuve mucha compasión por ellas y por toda las que sufrían a manos de hombres desgraciados como el que tenía encima de mí.

VALKIRIA -Terminado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora