DÍA CINCO.

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                                ABBY. 

Allan hizo un llamado de alerta lo suficientemente alto que hizo que abriera mis ojos de inmediatos, me tomó unos segundos procesar donde me encontraba, parpadeo, Trevor a mi lado se suspende y se levanta de inmediato.  

—¡Arriba todos, hay que irnos!— Grita Allan desde abajo. 

Me levanto y el miedo me invade, ¿Y ahora que ocurria?, aun no terminaba de amanecer, aun estaba un poco oscuro, pero se notaba que estaba amaneciendo. Me termino de levantar, voy hasta mi mochila y la coloco sobre mi espalda, Trevor hace lo mismo y carga el arma en su mano, trago con dificultad, prefiero estar preparada y buscar el cuchillo en mi bolso y tenerlo en mi mano. 

Trevor corrió escaleras abajo para llegar donde Allan lo más pronto posible, mientras que yo me tome un poco más de tiempo tratando de ser más cuidadosa para no caer, cuando llegue a la primera planta todos ya se encontraban ahí, incluso la señora Alejandra y su esposo. 

—¿Que es lo que ocurre?—

—Muertos, son muchos, no se de donde salieron, yo... Me dormí unos minutos y cuando abrí mis ojos, son demasiados y vienen para acá, hay que salir ya— Explica Allan nervioso. 

—¿Como mierda te dormiste?— Le pregunta Celia enfadada y nerviosa. 

—No lo sé, estaba cansado—

—Eres un idiota— 

—Hice lo mejor que pude, si crees que lo hubieras hecho mejor por que no estuviste aquí vigilando—

—Solo tenias que mantener los malditos ojos abiertos, maldición, ahora por tu culpa podemos morir—

—No es momento de discutir, preparen sus cosas, y sigamos el camino— Intervine Trevor, me abrazo a mi misma, observo como Dereck corre a la habitación en la que estaba para ir por su mochila. 

—Escuchen, lo siento, de verdad es mi culpa—

—No es tu culpa, iban a llegar de todos modos— Susurro ante la angustia en su voz, el me mira y sonríe levemente, le correspondo. 

—Genial, si  ya dejaron de coquetearse, ¿Podemos salir ya?— Pregunta Celia enfadada, aprieto mis labios y la miro con molestia, ella eleva su ceja mirándome y rueda sus ojos. 

—Allan, ¿A cuantos metros de distancia están?— Pregunta Trevor, su expresión es seria y algo molesta. 

Allan se apresura a ir a la ventana, el hace un gesto y niega con su cabeza, el temor crece dentro de mi pecho, no quería morir aquí, no de esa forma tan horrible. 

—Menos de cien metros, tal vez unos setenta y cinco— Murmura con angustia y sin esperanza. 

—Tenemos menos de diez minutos antes de que lleguen— Dice Trevor negando con su cabeza. 

Dereck vuelve colocándose su mochila en la espalda, el nos mira a todos con preocupación. 

—Acabar con todos es imposible, solo tenemos un arma, salgamos por la parte trasera de la casa, y avancemos, ellos son mas lentos que nosotros, no nos alcanzarán— 

Todos escuchamos atentos a Trevor, Celia y Dereck son los primeros en irse a la puerta trasera, luego Allan, mi mirada se dirije a la señora Alejandra y a su esposo, trago con dificultad y me acerco a ellos. 

—Vengan con nosotros, a las afueras del Estado se encuentra el ejército, están asiendo evacuación a una zona segura— Les digo rápido, el esposo de Alejandra baja su mirada y retrocede hasta llegar al sofá y sentarse, frunzo mi ceño y miro a Alejandra. 

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora