APOCALIPSIS

DÍA OCHO.

                        ABBY. 

Aprieto mis ojos con fuerza y me aferro a Trevor buscando calor, mi cuerpo entero tiembla. 

—Abby no esta bien, pensé que estaba mejorando pero no, esta peor— Escucho la voz de Trevor llena de preocupación. 

—Tal vez contrajo un virus o algo, todo esta muy contaminado allá afuera— Responde Allan. 

—Esta embarazada— Dice Trevor y un silencio se forma en el lugar, un silencio tenso por alguna extraña razón. 

—Pues parece que no lo estará por mucho— Murmura una voz femenina que reconocí de inmediato, llena de enojo y odio. 

—Será mejor que no vuelvas a decir esa mierda—

—Solo mirala, no creo que pase de esta noche— Murmura entre dientes, intento abrir mis ojos pero no puedo, solo deseo aferrarme a Trevor y que me de un poco de calor. 

—Celia— Gruñe Allan luego de guardar silencio. 

—¿Y si se transforma en uno de esos monstruos?, ¿Y si nos ataca mientras dormimos?—

—Cierra la boca, malditasea— Le ordena Trevor. 

—Buscaré agua y paños, tal vez podemos bajarle la fiebre— Dice Allan —Por cierto... Felicidades— Añade, su tono más serio, algo extraño en Allan. 

Minutos después Trevor aún seguía cambiando los paños humedos en mi frente, no se cuanto tiempo había pasado, pero ahora podía abrir mis ojos y mirarlo. 

—Bebe un poco de agua— Susurra pasándome la botella, la acepto sintiendo mi garganta seca. 

El lleva su mano a mi mejilla y la acaricia, lo miro con una leve sonrisa débil. 

—¿Crees que lo logremos?— Pregunto bajo, el guarda silencio varios segundos, suspira  y asiente. 

—Haré todo lo posible porque así sea— Susurra con voz ronca —Los mantendré a salvo—

—¿Como sigue?— Interrumpe una voz, mi mirada se dirige a Allan. 

Él se inclina y me mira, sonríe levemente y coloca su mano en mi frente tomando mi temperatura. 

—Bajo bastante— Indica Trevor, Allan asiente estando de acuerdo. 

—Debes seguir luchando guerrera— 

—¿Guerrera?— Preguntó con diversión, la sonrisa de Allan se expande y se encoge de hombros. 

—Tengo miedo de que la fiebre vuelva— Interrumpe Trevor, parpadeo y humedezco mis labios. 

—Ya me siento mejor— Digo segura. 

—Sin embargo, es arriesgado que sigamos el camino, podría acurrirte algo, aun falta mucho por avanzar— Es lo que dice Allan mirando a Trevor, este asiente —Al menos aquí puede descansar—

—Creo, que lo mejor será que siga solo, buscaré algo, algún modo de traer ayuda aquí, tal vez pueda encontrar la manera de llegar rápido a los militares— Susurra Trevor. 

—Es peligroso si vas solo, iré contigo— Advierte Allan, pero Trevor niega de inmediato. 

—Debes quedarte con ellas aquí— Murmura, los latidos en mi pecho se aceleran. 

No quiero que Trevor se vaya, es peligroso que vaya solo, seperarnos no es una buena idea. 

—Necesito que cuides a Abby— Añade, su voz baja llena de súplica y su mirada apagada, trago con dificultad sintiendo el nudo en mi garganta.