Arthur Fleck /Joker (Y Otros) x Lector/a: One-Shots & HCs

Paremos con este Dolor esta Noche

Original: ajokeformur-ray.tumblr.com/post/188490250591/lets-stop-this-pain-tonight-arthur-fleck-x

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Fue con dos golpes rápidos y suaves que tocaste la puerta del apartamento de Arthur, la pintura descascarada y las letras de latón que mostraban la información de su apartamento estaban tan oxidadas que las esquinas se habían reducido a un negro que dejaría algún tipo de residuo en tus manos . Oh... querías desesperadamente abrazar a Arthur y sacarlo de todo lo que estaba obstruyendo su camino.

Moviste apresuradamente la mano que habías usado para golpear para sostener la bolsa de compras que previamente había sido balanceada en un brazo; de la forma en que uno sostendría a un niño pequeño. Habías cocinado suficiente comida que duraría aproximadamente una semana para los Flecks; habías visto que Arthur tenía un congelador, así que tenías muchos de tus propios suministros en casa para cocinar para ellos. Habías visto a Arthur sin camisa en numerosas ocasiones, era su forma preferida de relajarse, y aunque lo encontrabas sorprendente y verdaderamente tan hermoso que a veces te parecía etéreo, la forma en que sus costillas parecían rasgar su piel si él se estiraba demasiado rápido te preocupaba. Todo estaba bien y era admirable para él cuidar desinteresadamente de los demás, pero ¿qué hay de él? ¿No vio que él merecía el mismo cuidado y más?

Una risita suave te sacó de tus pensamientos. Tu cerebro de repente volvió a la realidad. Ahí estabas, parada en la puerta de la casa de Arthur, pensando tanto en él que te habías perdido en tus pensamientos cuando él abrió la puerta. Estaba apoyado contra el marco de la puerta, con una sonrisa todavía en sus labios, mientras estaba allí mirándote.

"Tienes una mirada tan encantadora en tu cara, T/N. ¿En qué estás pensando? " Arthur dio un paso atrás para permitirte entrar en el apartamento y te dirigiste directamente a la cocina. Arthur y Penny iban a tener una comida caliente todas las noches a partir de ahora, te asegurarías de ello.

Demasiado perdida ahora en lo que estabas haciendo, sacando la comida de la bolsa, simplemente dijiste la verdad antes de poder aplicar el filtro mal utilizado de tu cerebro a la boca. "En ti"

Arthur parpadeó un par de veces antes de que una risita infeliz abandonara sus labios. "Está bien. No tienes que decírmelo"

Acabo de hacerlo, pensaste. Volviste a la comida y fue entonces cuando Arthur notó en qué te habías centrado. "T/N, ¿Q-qué es todo esto?" Sus palabras salieron a toda prisa y lo miraste para ver un gran ceño en su rostro. ¿Acaso pensó que hiciste esto como un acto de caridad? ¿Acaso piensa que eres una imposición sobre su propia casa? ¿Habías actuado sin pensar, como solías hacerlo? Eras impulsiva a veces, no podías evitarlo; el pensamiento, ah, a la mierda, era tan a menudo la motivación detrás de tus acciones que a veces no podías saber si eras responsable o no. A veces no querías saberlo. Era mejor tomar cada día tal como vino y dejar que tu futuro yo se preocupe por el problema. Ya lo tenías todo resuelto, de todos modos.

"Es comida para ti y Penny. He hecho lo suficiente para aproximadamente una semana. Dejaré más tan pronto cuando tenga tiempo". No le mencionaste que tomaste algunos turnos más para financiar esta amabilidad, y que tu propia cocina no tendría tanta comida por unos días hasta que te paguen nuevamente. De alguna manera pensaste que Arthur lo tomaría como una especie de insulto. Él no habló. Te giraste para mirarlo por encima de tu hombro y viste que se había tapado la boca con una mano, con los ojos brillantes de lágrimas dolorosas para evitar reírse.

Suspiraste en voz baja y lo abrazaste, tus dedos pasando por los cabellos en su nuca. Lo sostuviste a través de su risa, su cuerpo temblando con fuerza en tu abrazo. No dijiste nada, solo lo sostuviste, y cuando se ahogó con su risa, lo calmaste. ¿Qué más puedes hacer? Lo sostuviste hasta que el ataque se detuvo, y luego, cuando terminó, Arthur se dejó caer en tu abrazo y se derritió al tacto. Ansiaba tanto el afecto físico y estaba tan agradecido por cada toque que le diste que te rompió el corazón. Te pusiste de objetivo en los primeros días de tu amistad en darle caricias ocasionales, para hacerle saber que él existe, que él era real, y que tú lo veías.