Epílogo

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En el frío de una noche de invierno una luz estaba cegando completamente al menor mientras pequeñas gotas de sudor bajaban por su frente.

Tomaba aquel aparato entre sus manos, no lo soltaría, nunca lo haría. Aquel que tenía grabado con letras doradas las iniciales HJ.

Estaba feliz, luego de tanto tiempo por fin había logrado estar feliz. Levantó su rostro a encarar el cielo, allí estaba la luna encargada de iluminar todo el manto negro con sus hermosas acompañantes, las estrellas.

Y a pesar de haber miles destacó una en específico, aquel astro que bien conocía luego de estudiar un poco de astronomía. Sirius, la estrella más brillante y hermosa de todo el cielo nocturno.

Le gustaba comparar aquella con su novio, con su lindo y precioso Jinnie quien, en vida, opacaba a cualquiera a su alrededor. Podías pasarte toda la noche viendo el brillo de sus ojos, un brillo que era único del mayor y que hasta el último momento amó y sigue amando.

Sin querer una lágrima escapa al recordar a su amado, al que juró amar por el resto de sus días.

La música comenzó a sonar y así los gritos del público, empezaron a hacerse presentes al reconocer la canción que estaba por cantar.

Tu y yo somos como fuegos artificiales y sinfonías explotando en el cielo.

¿Recuerdas cuando nos conocimos?

Como si todas las piezas de mi perdido corazón finalmente se encontraran.

¿Recuerdas nuestro primer beso?

Así que detén el tiempo aquí.

¿Nuestros abrazos?

A la luz de la luna.

¿Acaso puedes recordar?

Porque no quiero cerrar los ojos nunca más.

Sin ti me siento roto, como si fuera la mitad de un todo.

Eras mi todo.

Sin ti no tengo una mano para sostener.

Creo que algún día estaré, en el lugar que estaba, justo ahí, junto a ti.

Extrañarte duele tanto Hyunjin.

La luna y las estrellas no son nada sin ti.

Tu tacto, tu piel.

Ojalá no hubieras sido tú.

No hay palabras que puedan explicar lo mucho que te extraño.

El sentimiento es demasiado abrumador, demasiado fuerte.

Quiero volver a sentirme completo.

¿Puedo recostarme a tu lado?

Junto a ti.

Como me sentía a tu lado.

Y asegurarme que estás bien, cuidaré de ti.

Volver a besarte y a dormir entre tus brazos

No quiero estar aquí si no puedo estar contigo...

¿Puedes volver a mi aunque sea por un minuto?

¿Puedes oír mi llamado?

El público aplaudía efusivamente hacia su ídolo mientras le gritaban lo bien que lo había hecho. Jeongin agradeció con lágrimas en sus ojos. Estaba cumpliendo su sueño, el sueño que había compartido con Hyunjin.

No iba a decir que no fue difícil, sería mentir, empezando por lo complicado que resultó para él superar la muerte de su novio. Fueron años en los que sus ganas de vivir estaban por los suelos, no salía de su habitación, no comía y toda la situación en la que estaba preocupaba a sus amigos y a su madre.

Minho y Jisung, Seungmin y Changbin, quienes se mudaron a su pueblo, e incluso Felix y Chan habían sido el pilar que lo hacía mantenerse en pie. Lo visitaban casi todos los días en los que le llevaban comida y lo consolaban, algunas veces hasta logrando sacarlo del cuarto.

Después de dos años de estar en lo mismo se dió cuenta de que, quizás, a Hyunjin no le daría la paz que necesitaba si no lograba soltarlo. Si no dejaba de vivir en sus recuerdos sin superarse por lo que decidió por fin tomar las riendas de su vida.

Retomó sus clases de canto y practicó hasta el cansancio sin rendirse hasta que logró entrar a una agencia, tuvo la suerte que lo vieron como un potencial gran solista y no se equivocaron.

Jeongin llenó de carisma y talento los escenarios desde el día uno, su carrera simplemente crecía cada vez más. Nadie podía no caer ante él, ante su sonrisa, ante su personalidad amable.

Y ahí, en ese escenario el cuál era el primero de su gira, se dió cuenta que lo había logrado, por él.

Por Hyunjin.

Y por sus amigos quien lo veían desde el público con sonrisas en sus ojos.

Por su mamá.

Por él mismo.

Porque jamás olvidaría a su Hyunjin y tampoco dejaría de amarlo.

Pero al menos podría seguir con su vida.

Creía en que el destino iba a volver a juntarlos en algún momento.

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Hyunjin corría mientras veía como el ascensor se estaba por cerrar frente a sus ojos, tenía todos los bocetos listos en su mano para entregarlos pero estaba llegando tarde.

Había estado trabajando en ellos toda la noche por lo que a la hora de levantarse el sueño le jugó una mala pasada

Vió con una última cara de sufrimiento extremo la puerta del ascensor cerrarse frente a sus ojos y en cuestión de un segundo bajaron todas las posibilidades, podía subir por las escaleras o esperar a que el ascensor volviera y ni siquiera pudo decidir puesto que el ascensor se volvió a abrir dejando ver a un chico de cabellos rojos asomándose.

Estaba sonriéndole tímidamente y Hyunjin no hizo más que quedarse embobado viendo al contrario hasta que su voz llamó su atención.

─ Umh, sube... deberías subir

Hyunjin sintió su cuerpo temblar pero lo hizo subió, no sabía por qué se sentía así, no sabía que le pasaba a su cuerpo pero se sentía raro.

─ G-gracias

Vió como el pelirojo lo miró con curiosidad.

─ Yo... ¿te conozco de algún lado?

─A mi también se me haces conocido, pero no sé de donde

Hyunjin le sonrió y el contrario lo imitó.

─ Me llamo Yang Jeongin

¿Por qué de repente sus ojos ardían?

─ Hwang Hyunjin

Sintió al contrario abrazarlo por un momento cosa que lo sorprendió pero sentía como si no fuese la primera vez que este lo hacía, cosa que era extraña.

El pelirojo se apartó rápidamente al notar lo que hizo y se disculpó.

─ Yo... lo siento, no sé por qué

Y esta vez fue Hyunjin quien abrazó el cuerpo del más bajo.

No sabía por qué, pero sabía que el destino había mandado a aquel pelirojo a él, y no iba a dejarlo ir.

Destiny; HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora