Parte 1

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Habían pasado ya tres años desde que la familia Graves-Scamander había adoptado a un pequeño niño supuestamente muggle de cabellos oscuros, bautizado bajo el nombre de Credence Graves, luego de ser adoptado.

Hasta al cumpleaños numero cinco del pequeño, aquella familia de tres había vivido una vida completamente tranquila y común, viviendo en New York, pero con constantes viajes a Londres. Desde que fue adoptado, el infante no mostró ningún signo de magia, eso a sus padres no les preocupaba, finalmente, fue adoptado en un orfanato muggle, pero, a la semana de celebrar su quinto cumpleaños, el niño, jugando con la varita de su padre en la oficina de este mismo, logro hacer de una manera para nada intencional, que los archivos que su padre tenía sobre el escritorio salieran volando por todo el lugar, causando así que el niño empezara a reír, mientras su padre sentía como un pequeño tic aparecía en su rostro ¡Había pasado horas ordenando todo eso! Como para que su hijo lo desordenara todo con un simple movimiento con la varita. Pero, su expresión cambio de una forma demasiado drástica, causando que, de una forma sorpresivamente nada molesta, viera al niño con una sonrisa que se extendía de oreja a oreja, levantándose a cargarlo mientras lo alzaba por los aires.

—¡Eres un mago! — Exclamo el director mientras mantenía a su hijo alzado por los aires, aunque en eso pudo apreciar como su dulce esposo entraba a la oficina, sujetando entre sus manos a una cría de Escarbato. Newt les observo, pidiendo una explicación del porque la oficina estaba tan desastrosa.

Percival Graves, puedes decirme porque tu oficina esta hecha un desastre. — ordeno el pelirrojo mientras alzaba una de sus cejas y caminaba a dejar la cría de Escarbato a su maleta. Después se cruzó de brazos, dispuesto a regañar a su esposo, pero su pequeño bebé se le adelanto, hablando emocionado.

—¡Mami! — grito el niño, para removerse entre las manos de su padre, hasta poder saltar contra los brazos de su madre. Al ser cargado por el pelirrojo, le miro bastante emocionado, colocando sus pequeñas manitas en los hombros de este. —Papi dijo que soy un mago, mami. — Hablo con emoción mientras ocultaba su rostro en el cuello de Newt, este mismo acaricio su cabello con cariño mientras lo cargaba.

—¿Qué? — Fue lo único que de los labios del magizoolgo escapo, utilizando un tono bastante desconcertado. ¿Es que acaso Percy había enloquecido? Porque Newt estaba casi completamente seguro que su pequeño Augurey era un no mágico. El pelirrojo negó mientras hundía sus dedos entre los cabellos de su hijo, sin dejar de acariciarlo. —Percival ¿Enloqueciste? — Comento mientras se hacia camino entre los papeles y se sentaba en el sofá, acunando a su hijo entre los brazos.

—¡No enloquecí! — Fue la primera respuesta dada por el auror, escuchando como su pareja le murmuraba un 'No me grites', se disculpó, para después utilizar un hechizo de orden rápido, logrando que su oficina estuviese nuevamente en orden, camino a sentarse junto a su esposo. —Te juro que fue Credence él que desordeno todo mientras jugaba con mi varita, en verdad. — Hablo intentando convencer a su pareja, aunque fue en vano. Hasta que el mismo Newt vea a su hijo ejecutando magia, no lo iba a creer. —¿Amor...?

Percy, por favor, no uses a tu hijo como excusa de tu propio desastre. — Pidió mientras se levantaba del sofá, tomando el abrigo de su hijo y colocándoselo al niño con cuidado. —Me llevo a Credence a casa, tengo que preparar la comida y pronto será su hora de dormir. — Declaro, mientras avanzaba a la salida de la oficina, dejando su maleta de criaturas en aquel lugar. Se detuvo para ver a su esposo. —Cariño ¿Nos acompañas hasta la salida de la MACUSA? Y te dejo mi maleta, después me la llevas, por favor. — Pidió con un dulce tono de voz, guiñándole un ojo al director, para después salir de la oficina sin dejar de cargar a su hijo. Camino un par de pasos por delante de su pareja, aunque se apiado de la reputación de su esposo, y empezó a caminar a su lado mientras sonreía de forma cariñosa. Una vez llegaron a la salida, el pelirrojo se despidió con un dulce beso de su esposo, y este último obviamente correspondió, sacudiendo los oscuros cabellos de su hijo.

The magical baby and daddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora