6.

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A la mañana siguiente, Jungkook seguía durmiendo mientras yo me arreglaba para ir a mi colegio.

Salí del baño con una toalla envolviendo mi delgado, pero bien formado (según mis amigos) cuerpo. Me coloqué mi uniforme casi completo, solo me faltaba mi saco vino tinto y mis zapatos azul oscuro.

Sin hacer ni un solo ruido para no despertar a Jungkook, corrí por mi habitación de un lado hacia otro como loca. No están debajo de la cama, ni detrás de mi mesa de noche, tampoco en mi debajo de mi escritorio ni mucho menos en el baño. Malditos zapatos.

Salí de mi cuarto apresurada y bajé las escaleras tan rápido que me sorprendió que no me cayera. Me dirigí corriendo al cuarto de la lavandería y busqué en todos lados, saqué mi saco de la secadora y mientras me lo ponía corrí hacia la entrada de la casa.

¡Bingo!

"Llévate tus zapatos para tu cuarto, no hagas desorden". El comentario que mi padre me había hecho el viernes por la noche azotó mi memoria como una refrescante cachetada.

Me los puse rápido y mi papá bajó las escaleras.

- Oh, aquí estás. Fui a tu cuarto para darte esto. - Me muestra unos cuantos billetes, mi mesada, con esta me compraba todo lo que necesitaba en la semana. - Pero no estabas y ya sé porque. - Dijo mirando divertido mis zapatos sin amarrar. Yo solo tenía los ojos abiertos tanto que parecía que iban a salirse; Jungkook estaba durmiendo, estaba y mi papá no lo vio.

- H-hola, papá. Buenos días. - Saludé con una sonrisa nerviosa mientras cogía los billetes. Él me sonrió y se fue hacia la cocina para preparar el desayuno.

Cuando lo perdí de vista subí corriendo las escaleras, pero como soy tan estúpida, me tropecé con las trenzas sueltas de mis zapatos. Sin importarme nada, seguí con mi camino como si nunca me hubiera caído hasta llegar a mi cuarto.

Entré y no vi a nadie, un suspiro de alivio se me escapó, pero aún seguía algo preocupada. Escuché un ligero ruido en el baño y me acerqué para abrir la puerta. Adentro estaba un Jungkook algo agitado.

- La próxima vez me despiertas cuando salgas así de tu habitación. - Me reprochó jadeante. Le regalé una sonrisa de medio lado.

- No habrá próxima vez. - Le respondí y una sonrisa se dibujó en sus labios, pero la cambió en menos de un segundo. Se acercó a mí y yo por instinto retrocedí. - ¿Qué intentas?

No obtuve respuesta, solo siguió avanzando y me tomó del brazo, me llevó hasta el mesón del lavamanos y me sentó en el. Mi corazón fue a mil cuando miles de escenas eróticas llegaban a mi mente por este contexto.

- Estás sangrando. - Susurró casi inaudible mientras tomaba mi muslo con su delicada mano. Solté un jadeo sin pensar cuando el frío de mi pierna se volvió caliente. Él no lo tomó en cuenta y me miró espectante.

En mi rodilla tenía un raspón con algo de sangre, lo cual no me sorprende ya que mi piel es muy delicada y por nada ya se pone morada o se corta con facilidad.

- En el cajón de la derecha está el botiquín de los primeros auxilios. - Comenté con un hilo de voz, Jungkook asintió en silencio y sin soltar mi muslo abrió el cajón y buscó el botiquín. De el sacó alcohol, una bandita y algodón.Su toque era muy pequeño pero dejaba mil sensaciones en mi.

- Por suerte no fue grave. - Dijo concentrado como si se tratase de una importante cirugía. ¡Es muy tierno! Una pequeña sonrisita salió de mis labios y para que no la notara miré hacia otro lado.

Un pequeño gemido salió por mi garganta cuando el alcohol desinfectó mi herida, sentí como puso la bandita con mucho cuidado y luego botó el algodón y el plástico de la curita en la basura.

Mi peluche y yo [국 Y T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora