8.

18 3 0
                                    

- No, Jungkook. - Dije mientras me daba un golpe en la frente claramente frustrada. - Más a la derecha. - Jungkook movió la cama a la derecha, pero esta solo se movió un centímetro. - ¿Qué parte de más a la derecha no entendiste? - Pregunté claramente fastidiada.

El "castigo" que le había puesto a Jungkook por haber dormido conmigo fue nada más y nada menos que ser mi sirviente por dos días. Desde hace ya un tiempo quería reorganización mi cuarto ya que como estaba me había aburrido, entonces aproveché la oportunidad y le dije a Jungkook que moviera las muebles por mí, pero el muy perezoso no los movía con suficiente fuerza.

Jungkook se giró en mi dirección evidentemente cansado y molesto por mis órdenes, se cruzó de brazos y apretó su lengua contra su mejilla.

- Hazlo tú, entonces. - Comentó seco y no se movió ni un milímetro, me estaba retando con la mirada y yo algo sorprendida me le acerqué peligrosamente a él.

- Teníamos un trato, Kook, no lo rompas. - Susurré muy cerca de su oreja mientras él dejaba de cruzar sus brazos. Escuché como su respiración se alteró un segundo para luego volver a la normalidad cuando me alejé.

Él suspiró y rodó los ojos, movió la cama hacia la derecha dejándola justo donde quería. Asentí satisfecha con el servicio y luego salí del cuarto.

Mi padre no estaba en casa, últimamente casi nunca lo está. Siempre tiene algún pretexto de que le salió algo en el trabajo y debe atenderlo, pero ya son más de cinco veces con la misma excusa, sé que oculta algo y lo voy a averiguar. He hecho varias hipótesis, una de ellas, y la que más lógica me es, es que consiguió novia y no sabe cómo decírmelo, pero yo no tengo problema con eso; mi madre se murió hace años y mi papá tiene derecho a ser feliz con quien quiera.

Entré en la habitación en la que Perry se convirtió en Jungkook y agarré una caja no muy pesada donde habían unas luces de neón con las que decoraría mi cuarto. Mi dirigí a este y encontré a Jungkook sobre mi puff azul. Parecía estar durmiendo, pero tal vez solo es una actuación para que lo dejara en paz.

Una idea cruzó por mi cabeza al ver como no hacía ni un solo ruido, ni siquiera su respiración se escuchaba, parecía muerto, pero algo en mí me decía que él lo hacía para poder escuchar si estaba en el cuarto o no. Salí de éste sin hacer ruido y bajé las escaleras para ir a la cocina, me encaminé hacia ésta, tomé un vaso y lo llené de leche.

Una sonrisa maliciosa se apoderó de mí imaginación mientras una risa malévola sonaba de fondo. Él sabrá lo que es "despertarse" como un Swift.

Al estar al lado de él, vacié la leche en su cara y pecho mientras éste se levantaba rápidamente y me veía con furia.

Ahora sí, T/n, las clases de educación física te servirán para algo.

Empecé a correr escaleras abajo mientras Jungkook gritaba mi nombre y corría tras mío para alcanzarme. No sé cómo pero no lo logró y logré salir hacia el patio trasero, tomé la manguera y apunté hacia la puerta de la casa, esperando a que Jungkook saliera por esta y así poder mojarlo. Sin embargo, pasaron los segundos y él todavía no salía, me atrevo a decir que ya pasaron minutos.

Escuché un ruido detrás de mí, aunque para cuando me giré ya era demasiado tarde. Ahí estaba él con una sonrisa aterradora acercándose a mí, yo lo apunté con la manguera, pero antes de que pudiera mojarlo él ya me la había quitado de las manos y me empezó a mojar. Atravesé el patio dispuesta a entrar a la casa, pero no llegué; él me tomaba de la cintura con un brazo mientras que no el otro me seguía mojando, gracias a Omma Jin que el agua de la manguera salía con menor intensidad que antes.

- ¡Jungkook, suéltame! - Grité molesta mientras me removía en sus brazos tratando de zafarme de su agarre.

- ¡No, yo no quiero ser tu sirviente más, eres irritable! - Siguió mojándome hasta que lo mordí y él me soltó. Estaba indignada por su comentario y por haberme mojado, así que tomé lodo que se había formado por el agua y se lo lancé, el lodo le cayó en la cara y en la ropa.

Mi peluche y yo [국 Y T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora