One-Shots [Poth]

¿Y tú qué harás?

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Goth lleva triste desde hace un tiempo y sus seres cercanos lo notaron.
Palette lo visita de sorpresa. Como siempre lo hace.

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[Narración en 1ra persona]

Recuerdo que los segundos pasaban y yo seguía triste.

¿Es normal? Sí, es normal que una persona se sienta triste por un tiempo.

Los seres vivos somos así. Todo lo que es felicidad, tristeza, enojo, etcétera... pueden durar segundos, incluso minutos y horas.

¿Pero qué pasa si te sigues sintiendo como una basura andante incluso cuando pasaron horas?

Quiero decir, cuando esas horas pasan a ser días; de días a semanas; y de semanas a meses... Y de meses a años.

Y yo sigo aquí, igual de triste y solitario. Como siempre.

— No quiero nada más que morir. —dije con voz desanimada.

No quiero comer, no quiero hablar, no quiero hacer nada.

Soy inmortal. Nada importa. Lo que no haga ahora, lo podré hacer después. Tengo todo el tiempo del mundo porque jamás moriré.

Por favor, quiero morir.

—Fiesta, fiesta~ y pluma, pluma gay~ —miré mi celular con disgusto.

¿Quién mierda pusó esa canción como tono de llamada? Ugh.

Ah, es Palette.

Mi dulce estrellita en mis noches de oscuridad. Disculpame, pero ahora quiero estar solo.

Sé que no te gusta que no te conteste tus llamadas, pero no estoy de animos.

— ¡¿Por qué me cortaste?! —gritó un chico. Me asusté y lo miré horrorizado, tan solo para darme cuenta de la cara de osito enojado que puso.

¿Cómo llegó aquí?

—¿Qué haces aquí? —dije cansado. El miedo duró poco al verlo con sus mejillas infladas.

—Vine a verte. —dijo con su voz más suave y se acercó a mi cama con esa sonrisa brillante.

Me equivoqué, Palette no era una estrella, era un sol. Brillaba tanto, a pesar de todo lo malo. Y es uno de los pocos que me brinda una calidez inigualable.

Su inocencia, su preocupación.

Es tan puro y yo tan sucio...

—Ah... Por cierto, no me he bañado. —me sinceré y se sentó a mi lado.

—No me digas. —su tono sarcástico me hizo sonrojar y le di un golpé en el hombro. Simplemente soltó una risa juvenil.— Ya, no te enojes. Te notó mal, ¿Estás bien?

—Palette, ¿Acaso me veo bien? —Señalé mi rostro para que notara mis ojeras.

—¿Qué sucede? —ladeó la cabeza y fruncí el ceño.