⚘ Durmiendo . . .✧

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Green volvía a casa después de un día tediosamente agotador. Realmente le cansaba mentalmente que ningún entrenador le durara mas de dos minutos, a veces era frustrante no tener rivales a su nivel. Además de que el alto mando no le permitía mostrar todo su potencial durante las batallas oficiales de la liga.

-Lance es un llorón - Se burló al saber que fácilmente podría superar al actual campeón.

-Aún no entiendo porque te gusta ser líder de gimnasio.

Green dio un pequeño grito, acompañado de un sobresalto. Apenas había encendido la luz de la sala y se encontraba a Red sentado en el sofa, como todo un psicópata acosador.

-Ya te he dicho que no puedes irrumpir en mi casa- El castaño gruñó.

-¿Por qué me diste una llave, entonces?

Green suspiró frustrado, tenía razón, nunca debió darle ese poder. Pero es que a veces Red bajaba de incógnito del Monte Plateado y era mejor que tuviera un lugar donde ocultarse de las multitudes que lo admiraban; era un secreto de los dos, así como era secreto que Green un par de veces al mes subía la montaña para surtir de provisiones al campeón legendario.

-En fin ¿Qué haces aquí?- El líder de gimnasio se quitó la chaqueta, pasando directo a la cocina para comer algo ligero e ir a dormir, aunque sospechaba que Red no se lo permitiría.

-Te atrasaste con las provisiones - Comentó, sin ser un verdadero reclamo.

-Oh. Lo siento - El castaño se golpeó mentalmente ¿cómo pudo olvidarlo? -Mañana iré de compras. Pero ahora solo quiero dormir.

Red le miró mal.

-...

Y Green supo que su novio estaba irritado, era insufrible cuando dejaba de hablar y eso sólo pasaba cuando estaba frente a cualquier otra persona o se molestaba con el castaño.

-No me importa, contrario a ti, no tengo todo el día para holgazanear en la nieve, así que si me permites, iré a dormir.

-¡...!

-¡No uses ese tono conmigo tú bajas una vez cada mil años!

-...

Green se sonrojó a más no poder. A veces olvidaba que Red llegaba a ser demasiado directo.

-Eres un pervertido insensible.

Con los dientes rechinando, el de ojos ámbar subió casi corriendo a su habitación. ¿A caso el estúpido de Red no podía bajar de esa estúpida montaña solo para tener una estúpida cena romántica o algo así? ¡No! Al parecer solo bajaba a saciar sus instintos mas primitivos.

Mientras tanto, Red escuchaba como Green azotaba la puerta de su habitación, confundido por su enojo. Solo quería una noche de sexo que los librara del estrés a ambos ¿Eso era malo?

-Dejaré que se calme un momento.

Y con eso, se levantó para comer algo, realmente necesitaba comer.

Después de unas horas dónde destruyó y reconstruyó la cocina, decidió subir a la habitación.

Se sorprendió al ver que la puerta no tenía seguro y sonrió creyendo que del otro lado estaría esperando su sensual novio para pasarlo bien.

Ingenuo, su desilusión fue mayúscula al ver como Green estaba bajo las sabanas, con el caballo húmedo, un aroma fresco y una cómoda pijama negra.

Gruñó por lo bajo, estaba a punto de marcharse y regresar a casa, pero un sonido le hizo detenerse.

-Red...- Llamó entre sueños, con las mejillas sonrojadas y la respiración algo acelerada.

30 Días de Originalshipping!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora