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Red miraba con aburrimiento como la nieve caía lentamente, era un día tranquilo... Para los estándares de la montaña que siempre era azotada por fuertes tormentas.

Le resultaba curioso como su cuerpo se había adaptado al punto de que ya no sentía tanto frío ante el eterno invierno. Ahora llevaba tan solo su chaleco y estaba perfectamente sentado sobre una roca, mirando hacía la civilización. Apenas era visible: la nieve y la altura no ayudaban de mucho.

Miró la pokebola en su mano, lanzado y atrapando, en un intento de distraerse; esperando que algún entrenador llegara a retarlo, aunque su intuición le decía que nadie llegaría. Suspiró algo decaído,todos lo días esperaba por un entrenador que estuviera a su nivel pero aunque alguien logrará vencer la tempestad del monte, al final perdían en un parpadeó.

Sabía que Green era el último líder a vencer antes de que a los aspirantes se les permitiera el acceso al monte Plateado. Esos aspirantes habían sido escasos, pocos lograban vencer a Green y si lo hacían, simplemente era porque el castaño no estaba dando el 100% de su capacidad. Red lo sabía, la liga obligaba a Green a ser un entrenador de nivel 60 y aunque le molestaba que limitaran a su rival, sabía que incluso con esas limitación, Green era tan buen entrenador y estratega que podía enfrentarse a entrenadores de mayor nivel y vencer.

Red sonrió al recordar a su orgulloso rival, no iba a negar que últimamente se le venía mucho a la mente, tal vez porque era la única persona que iba a visitarle y la única que podía darle una batalla entretenida. Pero sabía que había algo más allá de eso. Green inundaba todos sus pensamientos; gozaba bastante de la soledad de la montaña, pero tampoco le molestaría tener la compañía del castaño.

Se levantó de su lugar, caminando devuelta a la cueva que había adoptado como hogar, una vez ahí, todo su equipo salió para acurrucarse junto a la flama eterna de Charizard. Por un momento Red pensó en un entrenamiento intensivo, tanto para sus pokemon como para él, era normal pasársela ejercitando. Pero al ver a su equipo tan tranquilo, disfrutando del clima mas cálido de lo normal, decidió darles el día de descanso.

Se retiró a un lugar un poco más profundo de la caverna. Pikachu tuvo la intención de seguirlo, pero el entrenador se lo impidió y lo hizo regresar con los otros. Ahí todos entendieron que su entrenador quería un tiempo a solas.

Red llegó a una sala de la cueva que había sido adaptada para ser lo más parecido a un dormitorio. Claro, Green en sus visitas le traía muchas cosas, entre ellas, cientos de mantas que ahora eran parte de su cama, que más bien era un colchón inflable sobre un par de tablas.

Deslizó una cortina en la entrada, algo que Green también le había ayudado a instalar, según él para darle mas privacidad, irónico, ya que las personas más cercanas, estaban a kilómetros.

Aun así, estaba seguro de que no ser por la osadía que representaba la montaña, Green hace rato habría llevado el material para construirle una casa en la cima de la montaña. No pudo evitar sonreír de nuevo, no importaba lo engreído y desconsiderado que Green pudiera aparentar ser, el chico siempre de una u otra forma buscaba su bienestar.

En rincón se encontraba su vieja mochila, la misma que le acompañó en su primera aventura. De ahí sacó unos auriculares y un celular, uno con el que no estaba tan familiarizado, la tecnología había avanzado rápido en su ausencia. Green se los había regalado, junto con un par de pilas recargables, las que se llevaba y traía para que Red siempre tuviera el celular a la mano. Al principio el azabache no le vio sentido, ni siquiera tenía señal en ese lugar. Pero el castaño le aclaró que solo era para que pudiera entretenerse.

Y tenía razón, a veces era entretenido. Red prendió el aparato, tenía el 60% de la batería y todavía tenía una pila intacta, más que suficiente hasta la próxima visita del castaño. Paseó su mirada por los aplicaciones, lo único que sabía usar de forma decente era el reproductor de música, la cámara y un par de juegos.

30 Días de Originalshipping!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora