Capítulo 13 - NUNCA

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NUNCA


Abro mis ojos y siento el roce de las sábanas contra mi piel. Vuelvo a cerrar los ojos y disfruto de la sensación. Hacia tanto tiempo que no me sentía así... en casa. De repente siento una respiración en mi nuca y como un brazo se posa sobre mi cintura para apretarme fuerte contra un torso desnudo.

Sonrío tontamente y abro los ojos mientras me giro con cuidado. Apoyo mi cabeza en mi mano y observo como Marco duerme a mi lado. Me quedo un rato disfrutando de las vistas y deposito un beso en su mejilla para levantarme y bajar a la cocina sin despertarlo.

Al llegar pongo la música y comienzo a sacar los utensilios necesarios para preparar el desayuno. Unos pasitos corren por el suelo y Rome aparece por la puerta de la cocina.

- Hola chiquitín – digo mientras me agacho para acariciarlo - ¿Me has echado de menos eh? – sigo diciendo mientras le acaricio – Yo a ti también – respondo.

Dejo de acariciar a Rome y me dispongo a seguir cocinando mientras la música entra por mis oídos y hacen que me mueva a su son.

Estoy emplatando las tortitas cuando siento unos labios sobre mi cuello y unos brazos sobre mi cintura.

- Ummmm qué bien huele – me dice Marco al oído.

- Gracias – río cuando me da otro beso en el cuello.

Coge de mis manos la cuchara que tenía y la deja encima de la encimera para después coger mi cintura y girarme. No me dio tiempo a decirle nada cuando sus labios irrumpieron en los míos, comenzando una danza maravillosa que hacía mucho tiempo que no tenía, consiguiendo que sienta ese cosquilleo que recorre desde la punta de mis pies hasta mi cabeza, erizándome la piel.

- Buenos días amor – digo como puedo cuando nos separamos e intentando controlar mi respiración.

- Buenos días tomatito – me dice sonriendo.

- Calla anda – le digo dándole un golpe en el brazo mientras me pongo más roja y ahora no por el calor que he sentido sino de la vergüenza.

- Desayunemos que esto tiene una pinta... - dice mirando a la comida y relamiéndose.

Marco y yo desayunamos tranquilamente entre risas y besos, ya que no me ha dejado sentarme en una silla, sino en su regazo.

- ¡Joder! – dice Marco de repente levantándose de la silla.

- ¿Qué pasa? – pregunto mientras intento controlar el equilibrio ya que al levantarse casi me tira el suelo.

- Voy a llegar tarde a entrenar – dice mientras va hacia a las escaleras rumbo a la habitación.

AMOR ETERNO 3 || INCENDIOS || MARCO ASENSIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora