20. Paseando con el destino (Capitulo Final)

245 5 13
                                    

No espero llegar a viejo y, lo que es más importante, realmente no me importa. Desde luego, no tengo ninguna aspiración de vivir hasta los 70. Sería muy aburrido. Me habré muerto e ido mucho antes.

Algunas personas se conforman con ser los segundos, pero yo no puedo. Lo veo como una derrota. Si puedes ser el número uno, entonces el número dos no es lo suficientemente bueno.

Lo que hago ahora mismo es lo que más me interesa, y estoy muy contento de que la gente compre mis discos y de que yo le guste. Sencillamente, no quiero darme por vencido. Cuando las piernas me fallen, seré feliz simplemente estando sentado y con vendas, ¡cosiendo calcetines para marineros! Sólo voy a detenerme si la gente deja de comprar mis discos. Mientras la gente siga comprando la música, todo irá bien. Cuando dejen de comprar mis discos me despediré y haré otra cosa, me convertiré en un artista del striptease o me dedicaré a pintar o lo que sea.

Seguiré adelante mientras escriba música y la gente quiera comprarla. Eso es muy importante para mí, pero no es lo único. No seré uno de esos actores histriónicos que siguen y siguen. Prefiero dejarlo estando en la cima y dedicarme a otra cosa.

Quiero seguir haciendo lo que hago, pero se tiene que pagar un precio y estoy bastante preparado para pagarlo. Para mí, lo que hago es lo prioritario y es lo que me encanta hacer. La música es lo que me hace seguir. Mi talento musical es como un escudo para mí. Puedo protegerme de todo tipo de cosas. Así que, esto es como librar una batalla todo el tiempo, pero no me importa mientras gane y consiga algunas cosas. Me he construido una especie de fe musical en mí mismo, y eso me hace seguir adelante.

Lo llevo en la sangre. Lo único que puedo hacer es componer música e interpretarla, y eso es lo que voy a seguir haciendo —creo que eso es lo que todos nosotros seguiremos haciendo— hasta que me muera. Si no hiciera esto, no tengo nada más que hacer. No sé cocinar, y no se me da muy bien ser un ama de casa. Me parece que llevo haciendo esto tanto tiempo que no sé hacer otra cosa. Sería muy vulnerable y no sabría qué hacer, así que tengo que seguir haciendo esto.

No es una cuestión de tener que seguir haciéndolo, por supuesto —he ganado mucho dinero y podría vivir fantástica y maravillosamente el resto de mi vida—, pero vivo de tal manera que tengo que hacer algo cada día. Tengo una energía nerviosa que me impulsa a estar haciendo algo. Tengo una voz en mi interior que me dice: «¡Frena un poco, te vas a quemar!». Pero no puedo parar. Es esta energía nerviosa que tengo. Básicamente compongo música y quiero seguir haciéndolo. Tengo muchas canciones y disfruto haciéndolas. ¿Sabes? Antes lo consideraba mi trabajo, mi empleo, pero ha llegado a un punto en el que, aunque sigue siendo mi trabajo, no estoy obligado a hacerlo. Siento que es algo que disfruto haciendo y es muy interesante. Aún tengo por delante muchos retos y voy a recibirlos con los brazos abiertos.

En el fondo, nos apreciamos y nos gusta la música que hacemos. En definitiva, eso es todo. Y si no nos gustara la música, pues adiós muy buenas. Realmente no sé qué cosas ocurrirán dentro de 20 años. Estaría muy bien si por entonces la gente siguiera comprando nuestros discos. Pero odiaría tener que hacerlo sólo para vender discos y ganar dinero. Lo hacemos porque nos interesa, y si perdiera el interés me largaría a hacer otra cosa. Me gusta probar cosas diferentes, y en este momento hay muchas cosas que podemos hacer en el seno de Queen. Quizá un día me diga a mí mismo: «Ya he hecho bastante con Queen, así que ahora haré otra cosa». Pero no sabría decirte si eso va a ocurrir mañana o dentro de dos años o de aquí a diez años. Vamos a esperar a ver qué pasa.

En estos momentos me lo estoy pasando bien. Simplemente quiero hacer las cosas a mi manera, y quiero disfrutar haciéndolas. Ahora mismo no me apetece mucho salir de gira. Es como cuando queríamos romper con la norma de disco-gira-disco-gira. En lo que a mí respecta, llevo dos años en el estudio —grabando el disco de Queen [The Miracle, 1989] y, antes, haciendo el disco de Montserrat Caballé— y pensaba que no era lo más adecuado para mí. Pienso que sería como volver exactamente a lo que dijimos que no íbamos a hacer.

Freddie Mercury Su Vida Contada Por El MismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora