Venganza [Maratón 2/4]

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STEVE

Bucky le estuvo echando el mal de ojo a Tony por el resto de la tarde. Obviamente, su odio hacia los ratones iba más al extremo de lo que me había imaginado. Tony todavía no me había delatado como su cómplice, pero me tenía aguantando la respiración. De cualquier forma, cuidaría mis espaldas.

Después de que todos se fueron, Tony quería tener algunas cosas hechas en su casa antes de venir. Johnny y Morgan quisieron quedarse con él, así que me imaginé que estaría solo por un rato. No me esperaba que Peter quisiera venirse conmigo. Por supuesto, Tony dijo que estaba bien, y definitivamente no me importaba, así que los dos nos dirigimos a mi casa.

—Tony me dijo que ustedes platicaron hace un rato... acerca de tu otro padre.

Desee que Tony me hubiera dicho de lo que hablaron hace rato. Esto me ponía nervioso.Peter arrugó su nariz.

—Él no es mi papá. Él no me quiso.

Su voz era triste, pero se encogió de hombros como si no fuese la gran cosa. Aparqué el coche a un lado.

—Hey— dije suavemente, atrayendo su mirada hacia mí—. Él no te conoció. Si lo hubiera hecho, no habría manera de que él hubiera podido apartarse. A mi entender y parecer, él se lo pierde y yo me lo gano.

—¿Tú quieres ser mi papá?—preguntó como si no pudiera creérselo.

—Si puedo hablar con Tony sobre ello—contesté—¿Eso está bien para ti?

Sus ojos se iluminaron.

—¡Sí!—Entonces empezó a divagar emocionadísimo. —¿Podemos ir a pescar? Papá intentó llevarme, pero atrapó una anguila y brincó fuera del bote. Él abuelo dijo que asustó a todos los peces. Fue divertido.

Solté una risita.

—Estaré feliz de llevarte a pescar, pero por ahora lo mejor será que lleguemos a casa antes de que tu papá esté ahí. Pensará que te secuestré.

—¿Puedo conducir?—preguntó.

—Pregúntame de nuevo cuando puedas alcanzar los pedales—me comprometí.

Peter sonrió.

—Tenía que preguntar. Papá hubiera dicho que no.

Si era lo suficientemente afortunado para ser su padre, sabía que me iba a mantener con pies de plomo. El chico era demasiado listo para su propio bien, pero no lo habría querido de otra forma.

Llegamos antes que Tony, así que Peter tuvo la idea de que deberíamos hornear algo para cuando ellos llegaran. Afortunadamente, tenía una de esas mezclas de galletas de chocolate listas para hornear en la nevera. El producto final nos hizo parecer como chefs gourmet. Mientras Tony no encontrara el papel de envoltura, no notaría la diferencia.

—Cariño, estamos en casa—canturreó Johnny mientras caminaban dentro de la casa.

Tony estaba sosteniendo a Morgan, quien inhaló profundamente.

—Huelo galletas.

Sonreí y los besé a ambos en la mejilla.

—Peter y yo hemos estado esclavizándonos en la cocina toda la noche para hacerles estas a ustedes, chicos.

—¿En serio?—dijo Tony—Yo uso las que son listas para hornear.

Bueno, mierda. Suspiré.

—Nosotros también.

Sonrió.

—¿Esclavizándose, huh? ¿Qué? ¿No pudieron abrir el empaque?

—Yo hice esa parte—dijo Peter orgullosamente.

¡Tony Stark es un secuestrador!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora