Mi Pequeño Pecado

Capítulo 12: Ella me ama

Me desperté gracias a los rayos del sol que iluminaban mi rostro. Restregue mis ojos con mi mano y fue entonces que recordé lo de anoche.

-Así que te gustan los juegos. Pues en este yo gano Adam- Dije en voz alta.

Me levante de mi cama, lave mi rostro para después maquillarme y me vestí para bajar a desayunar.

Al bajar a la primera persona que me encontré fue a Nana.

-Buenos días Nana- La salude con un beso en la mejilla.

-Buenos días señorita Marian. ¿Gustas algo de desayunar?

-Claro, ¿y mis padres?- Nana pensaba que decirme.

-Los señores Portela salieron en la madrugada a asuntos del trabajo a New York. Supuse que estaba enterada- ¿Ni siquiera tuvieron la amabilidad de avisarme? Odio que hagan eso.

-Gracias Nana. Creo que hoy tomaré el desayuno en mi habitación- Subí las escaleras y entre cabizbaja.

Corrí hasta llegar a mi cama, me tumbe en ella y solté un par de lágrimas.

-Parece que todo volvió a ser como antes- Susurre para mi misma pero me levante de nuevo y limpié las pocas lágrimas que aún se encontraban en mi rostro.

Cinco minutos después Nana entro con una bandeja con el desayuno.

-Créeme que entiendo tu molestia. Tus padres no te avisaron, tal vez se olvidaron, ya sabes como los trae todo el trabajo- Por mas trabajo que sea creo que por educación o por ser su HIJA, deberían de avisarme. Me conformaría con un mensaje o una llamada...

-No te preocupes por mi Nana, este tipo de cosas ya no me afectan- Mentira.

-Levanta esa cara mi niña. Mira- Levanto la bandeja que tenía mi desayuno favorito- Este sera nuestro secretito, desayuna algo que te guste mientras tu Madre no se entere.

-Claro Nana- Pose mi dedo índice en mis labios para después hacer un ruido de 'shhhhhh'. Ambas dimos una risa.

Disfrute de la mañana en mi habitación y luego terminé mis deberes.

Recibí un mensaje de Nath.

-Nath🥺💕: Hola preciosa!

-Hola guapo!

-Nath🥺💕: ¿Cómo esta la mujer más hermosa del mundo?

-Muy bien!- Mentira.

-Nath🥺💕: ¿Tienes algo planeado para hoy?

-La verdad no, ¿por qué no vienes a comer?- Me haría bien pasar el rato con alguien que me entiende.

-Nath🥺💕: Claro, hasta entonces princesa.

-Te espero, besos.

Baje rápido a la cocina y le dije a la cocinera, que su nombre es Eva, que preparara algo delicioso para comer.

Subí a mi habitación para tomar una ducha y arreglarme.

Nana tocó la puerta.

-Adelante- Me mire al espejo.

-Nathaniel esta abajo.

-Bajo enseguida, gracias Nana- Baje las escaleras y vi a un chico demasiada guapo al cual ahora puedo decir que es mi novio...

-Llegue preciosa- Me dio un tierno beso.

-Pasemos a comer de una vez galán-
Di una risita. Lo tome de la mano y lo arrastré hasta el comedor.

Nath y yo disfrutamos de la comida en la terraza mientras hablábamos.

-¿Entonces tus padres no te avisaron?- Suspiré.

-No...Esto me recuerda a- Deje de hablar sin terminar la oración pues mis ojos habían empezado a cristalizarse.

-Marian...- Rápidamente Nath se levantó de su asiento y me abrazó. No se porque pero su tacto me tranquiliza- Todo estará bien preciosa.

Nos quedamos unos minutos más en esa posición, hasta que Nana nos interrumpió.

-Señorita Marian- Me separe de Nath y limpie por completo mis ojos-Y buenas tardes joven Nathaniel.

-Buenas tardes señora Cinthia- Respondió Nath.

-¿Qué pasa Nana?- Lucía algo nerviosa.

-Me apena mucho pedirle esto señorita Marian pero...mi hermana, Renata enfermó y no tiene a nadie más que cuide de ella. Esperaba que- No la deje terminar.

-Tomate todo el tiempo que necesites Nana, y no te preocupes por el dinero. Hablaré con mis padres y ellos entenderán tu situación- La tome de la manos y la abrace.

-Muchas gracias- Nana trabaja tanto que merece tener tiempo libre con su hermana.

-Ahora ve con tu hermana y salúdala de mi parte cuando estés con ella- Nos volvimos a abrazar y salió casi al instante.

-En el fondo eres una chica muy generosa- Nath estaba a un lado mío viendo como Nana tomaba su bolso y se despedía apresuradamente con su mano.

-No con cualquiera- Nath unió nuestras manos y entrelazamos los dedos. Suspiré- Vamos adentro y veamos una película-Conduje a Nath hasta mi habitación.

-¿Alguna película en especial?- Pregunte mientras me recostaba en mi cama.

-¿La qué sea?- Nath preguntó con una sonrisa pícara.

-Si, la que sea. Y hazlo antes de que me arrepienta de haberte preguntado- Di palmaditas con mi mano sobre mi cama dando a entender que Nath tendría que estar a mi lado.

-Veamos Diario de una pasión- Okey... no era para nada la película que esperaba, creía que diría una película de acción o algo por el estilo.

-Esta bien Romeo- Dije con algo de burla. Finalmente Nath se recostó a mi lado.

Íbamos a la mitad de la película cuando empecé a quedarme dormida. Me sentía cansada, pero no físicamente sino que emocionalmente, todo lo que ha pasado en este corto tiempo me está volviendo a agobiar, y no quiero recaer de nuevo en... no es bueno pensar en ello.

Algunos piensan que soy una adolescente con la vida más que arreglada, padres millonarios, calificaciones impecables, novio de mi misma clase social, popularidad, belleza, etcétera.

Solo hay alguien que en este punto de mi vida me hace querer vivirla al límite, Adam.

-¿Marian?

-S-si es solo que- Bostecé- Tuve una pequeña siesta.

-Nada de pequeña. La película acabó y ve la hora que es- Desvíe mi mirada al reloj que estaba en la pared y joder, eran las diez de la noche.

-Perdón, es solo que estaba algo cansada- Me estiré.

-Tengo que irme preciosa- Nath me dio un beso pero antes de que se levantara lo detuve.

-Quédate esta noche conmigo- Estaba siendo honesta con él, por esta noche quería estar al lado de alguien. Sentirme protegida.

-¿Me estás tratando de seducir?- Le di un golpe con mi almohada y ambos empezamos a reír- Okey guerrera, me quedare pero primero tengo que llamar a tu suegra.

-No hay problema, ella me ama- Dije en tono arrogante.

-Y ella no es la única persona que lo hace- Otro beso.

Después de la llamada ambos nos volvimos a recostar. Yo solo me acurrucaba en el pecho de Nath. Tal vez no lo quiero aceptar pero...esto me esta empezando a gustar.