Capítulo 23: Pensando en ti

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Me levante de la cama e hice la ducha más rápida de mi vida y fui seguida por Nath, él tiene ropa extra en mi habitación. Ambos nos cambiamos pero su cabello y el mío seguían mojados, así que, encendí mi secadora y lo obligué a sentarse en mi típica silla de maquillaje que se encontraba frente a un gran espejo iluminado con luces tipo camerino.

-No pongas esa cara- Comencé a cepillar su cabello delicadamente mientras lo secaba- Quedarás hermoso cuando termine.

-Por como lo dices, creo que me dijiste feo- Se cruzo de brazos y arqueo su ceja. Solté una risa.

-Si, eres bastante feo. Horrible diría yo- Sonreí de lado mientras contenía la risa.

-Que graciosa- Dijo sarcásticamente- Pero este feo hombre hace que grites de placer- Entonces, recordé a Adam...y lo que acabo de hacer con Nathaniel. Esto no estaba bien-¡Auch!- Deje mucho tiempo la secadora causando que casi quemara el cuero cabelludo de Nath.

-¿L-lo siento, te hice daño?- Pregunte preocupada, aparte la secadora, dejándola en la mesa del tocador.

-Parece que te distraje. Casi me quemas la cabeza- Sonrío, pero yo seguía con expresión de preocupación- Linda, no pasó nada, estoy bien- Giro hacia mi y toco mi hombro.

-Perdón. No quería lastimarte- Acaricié su rostro lentamente.

-No es para tanto- Despeino su cabello pasando una mano sobre este- Ves. Mi cabello sigue intacto.

Me estoy sintiendo culpable otra vez...¿qué acabas de hacer Marian? , ¿esto es una señal? , debería parar?

-Es mi turno- Nuevamente Nath me saco de mis pensamientos regresándome a la realidad.

-Si, tienes razón- Ahora yo estaba sentada y Nath cepillo mi cabello. No pareaba de mover mis manos y mis pies.

-Estás lista. Ahora podemos bajar y hacer como que nada paso- Me levante y tambalee un poco.

Ya se que pasaron varios días desde el insistente de la comida pero seguía comiendo pequeñas o ninguna porción de comida, ya que, cada vez que veía la comida recordaba cuando estaba desesperada y e hice un atracón. Trate de olvidarlo pero ni el yoga me estaba ayudando.

-¿Estás bien?- Preguntó preocupado y me sujeto de mi mano a modo de no caer.

-Si, es solo que estos zapatos son un poco incómodos- Logré pararme por mi sola. Tienes que comer Marian, me regañe a mi misma.

-Okey linda- No estaba convencido pero de igual forma bajamos hasta el salón.

Nos sentamos en el sillón más grande para ver un poco  la televisión. En eso, mi Nana llegó con unas cuantas bolsas del supermercado y Nath como todo un caballero se ofreció a llevarse las más pesadas.

-La comida ya está lista jovencita Marian- Dijo Nana con una sonrisa resplandeciente.

-Gracias Nana, y podrías poner unos cubiertos más, Nath se quedará para comer- Sujete a Nath de la mano y nos dirigimos al comedor.

Comimos juntos y luego de eso ambos terminamos nuestros proyectos, aunque eran de materias diferentes, fue divertido sacar todos nuestros apuntes en la sala mientras comíamos palomitas.

-Como pasa el tiempo- Termine de guardar mis apuntes de Lengua.

-Sabes, nunca pensé que hacer un proyecto sería divertido- Guardó su laptop en su mochila y saco algo de esta misma- Creo tenemos que hacer proyectos más seguido- Extendió su mano y dejo ver una pequeña caja negra de terciopelo.

-Es un regalo para mi?- Junte mis manos y las llevé a mi boca.

-El otro día acompañe a mi madre de compras y dijo que te quedarían hermosos- Abrí la pequeña caja y logré ver unos hermosos pendientes color rosa.

-Son hermosos Nath, pero no tenías que darme un regalo- Los saqué por completo de la caja y pude ver cada detalle de estos.

-¿Te ayudó a ponerlos?.

-Claro- Le devolví los pendientes y sujeto mi oreja tiernamente y coloco ambos.

Saqué mi celular para usarlo como espejo y poder verlos puestos. Pero, me vi interrumpida por el sonido de la puerta principal.

-Adam...-Nuestras miradas se unieron y este se veía molesto, por no decir enfadado.

No pude sostener el equilibrio y caí repentinamente.

-¡Marian!- Escuché a ambos gritar mientras se acercaban a mi.

-¿Te sientes bien?- Adam fue el primero en preguntar.

-N-necesito agua- Me sentía algo mareada y sin fuerzas. Nath me levanto del piso y me recostó en el sillón más cercano.

-Voy por ella- Nath se fue un momento para buscar agua.

-¿Qué haces aquí?- Me reincorpore en el sillón y di leves toques a mi cabeza. Seguía doliendo.

-Eso no importa ahora- Sostuvo mi rostro en sus manos- Ahora necesito asegurarme que estas bien- Dijo autoritario.

-Mi niña- Nana se hizo presente y corrió hacia mi. Adam y yo nos separamos- Cuando Nathaniel me dijo lo que pasó vine directo a verte- Fijo su mirada en Adam- Señor Pierre, disculpe la conmoción, el señor Portela aún no llega pero no tardará.

-No se preocupe, lo esperaré- Adam se apartó de nosotros tres, creo que pensó que no era asunto suyo.

-Aquí tienes- Nath me acercó un vaso con agua.

-Gracias- Bebí el agua pero seguía un poco mareada.

-Necesitamos hablar Marian- Dijo Nana con tono serio.

-No me creí la primara vez que me dijiste que tus zapatos eran incómodos- Nath también estaba entre molesto y preocupado.

-Joven Nathaniel- Eso fue suficiente para llamar la atención de Adam- Nos podría dejar solas un momento.

-Si, claro. Te veo mañana preciosa- Tomo sus cosas y salió de casa agitando su mano.

-Vamos a mi habitación Nana- Supliqué.

-Claro- Pase mi brazo por los hombros de Nana y nos dirigimos a las escaleras. Esto sería cansado.

-Yo la llevó- Dijo Adam detrás nuestra, logrando que ambas giremos nuestras cabezas.

Adam se acercó hacia mi y cuidadosamente me cargo como princesa para subir las escaleras

Llegamos a mi habitación y me recostó en mi cama, quito mis zapatos y los dejo en el piso

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Llegamos a mi habitación y me recostó en mi cama, quito mis zapatos y los dejo en el piso.

-Lista- Dijo Adam con sus ojos fijos en mi.
Junto su mano con la mía y dimos un apretón causando que mis mejillas se sonrojaran, pero nuevamente Nana nos interrumpió haciendo que nos separáramos.

-Gracias Señor Pierre- Dí Gracias y sonreí un poco.

-No fue nada Señorita Marian- Me devolvió la sonrisa- Creo que ya debería irme- Adam se acercó a la salida de mi habitación, sino antes lanzar una última mirada- Esperó te sientas mejor- Cerró la puerta detrás de él.

-Que bueno que el Señor Pierre seguía aquí porque si no hubiera tardado más en traerte hasta aquí- Dijo Nana pero no le prestaba mucha atención ya que no dejaba de pensar en Adam.

Mi Pequeño PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora