Demonios, otro día en el que tenía que despertar para ir al colegio.
Detestaba ir, pero, si quería vivir independientemente tenía que hacerlo, así le demostraba al viejo que podía arreglárselas solo, sin que metiera la narizota en su vida.Apenas era el primer día y ya estaba quejándose.
Ni siquiera tuvo que ir al curso de verano para acostumbrarse, porque el había sido recomendado como excelente estudiante.Sin ganas de nada, Todoroki se levanta quedando sentado en el futon, porfin se pone de pie y va camino al baño para darse una rápida ducha, desayunar e irse al colegio.
Ya estaba afuera de su casa, ahora caminaba tranquilamente en dirección al ya mencionado.
El podía irse en auto pero, se negaba a que Fuyumi o Natsuo le llevaran, ellos estaban ocupados y el viejo no contaba como una opción.
Sin darse cuenta, ya estaba entrando por el portón del lugar, camino por lo pasillos hasta llegar al aula que le correspondía, 1A.
No había llegado mucha gente, al parecer llegó temprano.
Solo vio a un chico rubio y de orbes escarlata, rayos, ese tipo parecía querer quemar el salón.El muchacho noto su mirada.
—¡Ey! ¿Qué me ves bastardo mitad y mitad?
Si, resultó mucho peor de lo que creyó, nota mental, no molestar a quien sea que fuera ese.
Sin dar importancia al recién insulto, se dirige a una banca ubicada en los asientos de atrás, tal vez durante alguna clase pudiera echar una siesta.
Los minutos corrían y los otros compañeros llegaban.
Llegó un chico alto de lentes y mirada seria.—Buen día compañero es un placer conocerlo soy Iida Tenya—se presentó el joven al rubio de hace rato.
—Tsk, solo eres un extra —escupió el contrario.
El ahora con nombre Iida, soltó un jadeo de indignación para agitar sus manos como un robot.
—No puedes insultar a alguien así, eso es totalmente irrespetuoso — empezó a reclamar al otro que solo chasqueo la lengua con fastidio.
Fueron llegando otros y otros, ya no estaba prestando atención.
No, hasta que oyó un fuerte ruido.
Alzo la cabeza del pupitre de su silla, para ver de que se trataba aquello.
—Estúpido Deku—bufo el rubio sonriendo sinicamente, mientras desde su silla veía hacia una dirección.
Siguió la mirada del muchacho y se encontró con un chico que al parecer había caído de bruces al suelo.
Tenía el cabello verde, rizado, no le vio el rostro, ya que este seguía en el suelo.
Una chica de cabello castaño se acercó al recién caído.
—¿Estás bien?El accidentado levantó la cabeza con tal rapidez que incluso pensó como es que no se hizo un esguince.
—Eh si...digo no... Si... Esto... Lo siento —comenzó a balbucear el interrogado.
—Uraraka Ochako mucho gusto - se presentó la chica.
Entonces empezó el calvario, el peligro, la adicción.
Aquel torpe chico, sonrió.
Jamas creyó que un ser humano podría sonreír de aquella manera. Sus pecosas mejillas se teñian de un adorable color carmín.Oh por las todos los cielos, el joven empezó a reír.
Era la criatura más bella que sus ojos heterocromos pudieron ver.
Ese debía ser un ángel.—Izuku Midoriya. —ahora el chico tenía nombre y apellido.
—Deku tan solo el primer día y te caes, de verdad eres un inútil—bufo el rubio.
—A... Esto... Hola Kacchan... —saludo Izuku con otra de sus sonrisas asesinas.
Diablos, debía estar preso por hacer esas sonrisas, podrían matar de un infarto a cualquiera.
El mano de robot llamado Iida se acercó al nuevo.
—Iida Ten—fue interrumpido.
—Lo he oído, es un gusto.
Entonces entre los que ahora era, Izuku, Ochako e Iida estaban hablando animadamente.
Quién sabe cuánto tiempo estuvo como idiota mirando al pecoso, debió ser bastante, ya que este volteó a mirarlo.
Y... Le sonrío...
Oh santísima mierda.
Al hacer eso, Midoriya volvió su atención a la amena charla con la castaña y el de lentes.
Las probabilidades de morir de taquicardia eran altas con ese chico en su clase.
Pero... ¿Por qué?
Tal vez debía pensarlo en otro momento, ahora al salón había entrado una larva mutante o algo así.
—Les tomó un minuto para que hicieran silencio, vayan a sus asientos.
Todos se sentaron, aquella larva no era una larva, ese era su profesor consejero, Aizawa Shota.
El resto del día fueron presentándose y conociendo a algunos profesores del lugar.En las presentaciones conoció el nombre de la bestia de cabello amarillo, era Bakugo Katsuki.
Se la pasaba gruñendo a todos por todo, parecía un animal rabioso.
También noto que Izuku Midoriya era muy nervioso.
Se sonrojaba con facilidad, sus mejillas se notaban más al hacerlo.Ok. Ya se dio miedo.
¿Qué mierda? ¿Acaso se volvió una especie de acosador?
No.
Qué va.
Jamás.
Bueno, no tanto.El día de clases terminó, estaba agotado,solo quería comer soba frío y dormir.
Mientras salía del recinto rumbo a su casa, vio algo que le dejó petrificado.
Era él otra vez.
Ese joven torpe de pecas, de sonrisa encantadora y reír sublime, veía unos árboles de sakura, las flores del mismo caían sobre su verdosa cabellera con la que el viento jugueteaba.Y ahí estaba otra vez, robándole el aliento, con esa diminuta acción que conseguía hacerle sentir emociones para las que aún no tenía nombre.
Sonreía al árbol, a las flores, a los pétalos, a la brisa, a la vida.
Finalmente el pecoso sigue su camino —probablemente hacia su hogar—dejando a un mitad albino con un revoltijo de todo en su ser.
Lo único que tenía en claro, le encanta la sonrisa de Izuku Midoriya.
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Regalame una sonrisa-Tododeku
FanfictionA Shouto le encanta ver esa sonrisa. Le encanta como ilumina cualquier día. Le encanta la manera en que hace saltar su corazón. Incluso estaba seguro que esa sonrisa podía opacar al mismísimo sol en verano. O tal vez curar el cáncer. Le encanta la...